Siempre sentí por Israel y el pueblo judío cierta simpatía. Hice su dolor mío, empaticé con él. Su injusto e histórico sufrir es inhumano, pero eso no justifica lo que ahora hace el gobierno de Israel con Gaza. Creo que no hay que callar ante lo que uno considera injusto, y menos cuando corre la sangre de inocentes. Yo lo hago como sé, con este poema.
De nuevo la sangre de inocentes
se derrama a raudales.
Mentes asesinas e inhumanas
vuelan en sus naves homicidas
cargadas de muerte por el odio,
diabólicos inventos para guerras
que desgarran las carnes inocentes.
Corazones de hielo, mentes satánicas
que no ven más allá de su interés
impasibles ante el dolor y el sufrimiento.
Sade, hades, inframundo del sufrir
que ha brotado de la tierra yerma
de mano de las bombas y los tanques
sembrándola de muerte.
¿Qué dios puede guiar con tal malicia
para llevar el terror y la muerte al inocente?
¿Es que han matado a Dios
o es que su dios es leviatán?
Satán escupe fuego sobre Gaza
sembrando la semilla del odio y de la muerte
y los pecados de Hamás
los pagan los niños inocentes.
¿Quién pagará los pecados de Israel
que siembra Palestina
de dolor, terror y muerte?
Antonio Porras Cabrera -Málaga-
No hay comentarios:
Publicar un comentario