Te contemplo bailar y tu corazón está lejos,
tu cuerpo miente mientras destrozas con tus gestos y tus roces,
los rezos de mi alma.
Cualquiera, alguien
alguien, cualquiera,
que no titubea,
que sabe que tú no eres tú
que estás a mil kilómetros
de los destrozos que causas.
Y bailas sumisa y libre,
y bailas por no llorar.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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