Me remuerden los recuerdos
habitando recovecos de mi amiga soledad.
ya no sé si me arrepiento del recuerdo
o de la propia soledad.
Abrazado a la mentira
de la noche en que te amé,
abrazado a mi mentira
susurré que te olvidé.
Moribundo de otras vidas
suplicando que ese ayer,
como el agua detenida
se consuma sin correr.
Tantas piedras he tragado
por cubrir un sentimiento,
tus resquicios mi pasado,
mi presente es de cemento.
Del amor soy refugiado,
del dolor el aliado,
un maldito convencido
del silencio tan cautivo.
Pero…
¿Quién detiene los recuerdos?
¡qué fragilidad!
a lomos de los vientos.
Cada noche los encierro
Y, como el mar,
huyo a mi destierro.
Pero siempre regreso
al despertar,
pero siempre regreso
porque no puedo luchar,
porque no olvido tu lecho,
el lecho de tu mar,
porque no olvido tu cielo,
el cielo del soñar.
No quiero morir despierto
ni vivir sin respirar.
El recuerdo donde vuelo
es recuerdo sin final,
solo sé que solo quiero
que tú seas mi recuerdo,
mi presagio y mi deseo,
mi futura realidad.
Gustavo González -Valladolid-
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