Como piezas rotas escojo al azar un puñado de palabras y conformo con ellas un puzzle imaginario.
Transparencia,
profundidad,
embestidas,
imprevisible laberinto,
carne,
Con las piezas rotas el cerebro imagina las suturas del sexo, el laberinto imprevisible de las embestidas de la carne.
La transparencia de los deseos,
un sexo que rezuma deseos calcinados.
Un puñado de palabras que como lenguas y dedos furiosos horadan el centro de lo más profundo de tu corazón.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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