Oigo sus voces en mi garganta.
Sin medida, una vida me habita.
Busco las palabras que se aman despiertas
al final de su auténtica mirada.
Habla un aroma interminable abrazado
al pecho del sol
que besa los labios de la noche
y no se quema.
Parte su clamor en mi boca,
y cuando cae la primera gota de lluvia
deja acariciar todas las maneras de vivir.
Llueven rosas…
Del libro “Una mujer escribe este poema” de MÓNICA LÓPEZ BORDÓN -Las Palmas de Gran Canaria-
Publicado en la revista Archivos del Sur
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Hace 2 horas
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