sábado, 23 de noviembre de 2013

OTOÑAL


La tarde se desvanece estres espasmos de viento seco.
Un manto de hojas secas deja huecos entre los montones de suelo.
Las aceras vacías miran con ojos nocturnos las luces de los hogares.
Hogares como claraboyas preñadas al acecho de la intemperie.

Un viejo pasea su misterio entre cartones, la esencia de su profundo lecho.
Todos los caminos son sombras pedigüeñas.

La noche llega.
El otoño golpea la maza.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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