La razón. de una cósmica existencia
renueva ciertas dudas terrenales.
¿Qué dioses abrirán otros portales
cuando el cuerpo se vuelva solo esencia?
¿La mente salvará tanta falencia?
¿Habrá seres perfectos o virtuales?
¿Podremos aprender –simples mortales–
a convivir, obviando toda urgencia?
Somos soplo de vida que se amasa
en barro terrenal. Tras la riqueza,
apuramos la copa de la suerte.
Un breve lapso. Nuestra carne pasa…
La ceniza no sabe de belleza,
pero eterniza el tiempo de la muerte.
Primer premio Carta Lírica
Efraín Barbosa -Argentino-
No hay comentarios:
Publicar un comentario