Una planta que sembrar
historia que no termina
Este maniático azar,
Jesús y la cocaína.
Esta espera sin nombrar
que me convierte en objeto:
¿Dónde perdí el amuleto,
el árbol, dios, el camino?
Porque marcar el destino
la incertidumbre es un reto.
Escrito está el pentagrama
en una tierra aborigen,
nadie conoce el origen...
Hoy es más grande la cama.
Quién pregunta, quien reclama,
quien acusa al artesano,
tan distante, hereje y llano
que desconoce el estrés.
Este mundo esta al revés...
El silencio no es humano
Del poemario Consejos locos y retazos de la vida de Maydell Morales
sábado, 31 de marzo de 2012
MURMURAR EN EL DESIERTO
Casi nunca es suficiente murmurar en el desierto. Los susurros sólo son efectivos cuando se hacen ante el oído de una persona amada. El desierto no entiende de palabras bellas, ni de gestos, ni siquiera de aspavientos; sólo la arena es dueña y señora de sus espacios. Por eso, no basta murmurar injusticias y desasosiegos, hay que gritarlos: para que la voz agónica reverbere en ecos constantes entre los pedregales y las arenas del erial que nos puedan rodear. Hay que romperse a gritar: dejarse los pulmones y la voz para que, al menos, el aire y la tierra del desierto puedan saber de nuestros desvaríos.
El silencio es cómplice. Decía Lawrence de Arabia que el desierto le gustaba porque estaba limpio... Pero la limpieza no es sinónimo de justicia; como mucho, de asepsia, y ésta, por ajena a la naturaleza, puede ser tan falsa como los cristales de la feria que deforman los reflejos. El desierto produce esos silencios, provoca esa sensación de abandono en la que cualquiera se puede dejar llevar -al más mínimo descuido- y morir en vida, deambulando, finalmente, por esos espacios repletos de vacío.
No, no odio al desierto por ser desierto, sino por la soledad que acompaña al caminante, por el silencio que intenta imponer a sus habitantes, por la forma tan cruel que tiene de cubrir las osamentas de sus víctimas con una áspera sábana de arena. No puedo odiar el desierto porque está con nosotros desde siempre; del nacimiento a la muerte. Pero sí hay que procurar no susurrar en el desierto, porque no sirve para nada. Hay que gritar, desahogarse, romper las cortinas de acero que lo limitan por todo su perímetro y, quizá, atisbar a su través algún oasis, o una utopía.
Publicado por Francisco J. Segovia -Granada-
El silencio es cómplice. Decía Lawrence de Arabia que el desierto le gustaba porque estaba limpio... Pero la limpieza no es sinónimo de justicia; como mucho, de asepsia, y ésta, por ajena a la naturaleza, puede ser tan falsa como los cristales de la feria que deforman los reflejos. El desierto produce esos silencios, provoca esa sensación de abandono en la que cualquiera se puede dejar llevar -al más mínimo descuido- y morir en vida, deambulando, finalmente, por esos espacios repletos de vacío.
No, no odio al desierto por ser desierto, sino por la soledad que acompaña al caminante, por el silencio que intenta imponer a sus habitantes, por la forma tan cruel que tiene de cubrir las osamentas de sus víctimas con una áspera sábana de arena. No puedo odiar el desierto porque está con nosotros desde siempre; del nacimiento a la muerte. Pero sí hay que procurar no susurrar en el desierto, porque no sirve para nada. Hay que gritar, desahogarse, romper las cortinas de acero que lo limitan por todo su perímetro y, quizá, atisbar a su través algún oasis, o una utopía.
Publicado por Francisco J. Segovia -Granada-
PUEDE
La orfandad de tus ojos me priva y me contagia.
Los músculos de la tele arrecian.
Yo practico nudos en la yugular de los insensatos.
Y me acuerdo para ir tirando,
de la huelga de tus ojos cuando se convertían en toda sospecha.
Sospecha tal, que si mi dedo meñique tapara el túnel caliente del fin del mundo,
presumo que no seremos ni aire.
Y lo mejor,
regresar dócil como un gato de hierro a enhebrar el instante rígido de los deseos perpendiculares siempre.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
Los músculos de la tele arrecian.
Yo practico nudos en la yugular de los insensatos.
Y me acuerdo para ir tirando,
de la huelga de tus ojos cuando se convertían en toda sospecha.
Sospecha tal, que si mi dedo meñique tapara el túnel caliente del fin del mundo,
presumo que no seremos ni aire.
Y lo mejor,
regresar dócil como un gato de hierro a enhebrar el instante rígido de los deseos perpendiculares siempre.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
CARTA A KAMALA
Hola, querida Kamala, hacía mucho tiempo que no te escribía una carta, pero han sido, como suele ocurrir casi siempre, los avatares del destino terrenal lo que me ha impedido escribirte, aunque como sé que siempre estás ahí, que siempre me escuchas impertérrita, que nunca me fallas, eres mi musa-conciencia y eso me encanta, porque contigo me puedo explayar y decirte lo que quiera, porque sé que siempre me escuchas atentamente. Contigo no tengo que medir mis palabras, como con los humanos, para no herir susceptibilidades o decir mentiras piadosas o verdades a medias, noto en tu semblante que te quedas horrorizada con lo que te cuento, pero así funciona por desgracia ésta triste sociedad del nuevo milenio y mira que las cosas parecían que iban a cambiar, pero seguimos igual, los proyectos no se cumplen, las utopías no se hacen realidad y la vida sigue igual… que siempre, qué pena verdad, pero así es la cosa y no tiene remedio.
Claro mujer no todo es malo, por ejemplo en ésta sociedad la mujer está poco a poco integrándose, sin prisas, pero sin pausa en todos los sectores empresariales, aunque sigue habiendo muchos machistas desalmados que cometen atrocidades, no se puede cambiar el Mundo bruscamente y sabemos que las leyes van detrás de los cambios sociales, cuando debería ser al revés.
… Llevo esperándote aquí sentado muchos años, querida Kamala, quiero hacerte real, de carne y hueso, para sentir las pasiones de tu cuerpo, tus caricias, tus abrazos, tus besos, quiero materializarte y bajarte del Olimpo de mis sueños-despiertos y que acudas presurosa a mi lado, estés dónde estés, no importa la distancia, iré a buscarte, surcaré mares, océanos, desiertos, hasta llegar hasta ti y rehacer mi maltrecha vida rutinaria, en busca de nuevos horizontes, de nuevas y renovadas caricias y besos, no perderé nunca la esperanza de conocerte… espérame querida Kamala…
Juan Montero Lobo “Visnú" -Segovia-
Claro mujer no todo es malo, por ejemplo en ésta sociedad la mujer está poco a poco integrándose, sin prisas, pero sin pausa en todos los sectores empresariales, aunque sigue habiendo muchos machistas desalmados que cometen atrocidades, no se puede cambiar el Mundo bruscamente y sabemos que las leyes van detrás de los cambios sociales, cuando debería ser al revés.
… Llevo esperándote aquí sentado muchos años, querida Kamala, quiero hacerte real, de carne y hueso, para sentir las pasiones de tu cuerpo, tus caricias, tus abrazos, tus besos, quiero materializarte y bajarte del Olimpo de mis sueños-despiertos y que acudas presurosa a mi lado, estés dónde estés, no importa la distancia, iré a buscarte, surcaré mares, océanos, desiertos, hasta llegar hasta ti y rehacer mi maltrecha vida rutinaria, en busca de nuevos horizontes, de nuevas y renovadas caricias y besos, no perderé nunca la esperanza de conocerte… espérame querida Kamala…
Juan Montero Lobo “Visnú" -Segovia-
viernes, 30 de marzo de 2012
IV JORNADAS DE PUERTAS ABIERTAS
Mañana sábado 31 de Marzo el Colectivo Conileño de Artistas celebra su IV Jornadas de Puertas Abiertas de 11 a 14 horas. Se podrá visitar el taller donde trabajan los miembros de este colectivo y verlos pintar sus cuadros.
EXPOSICIÓN
EL COLLAR
Este es uno de los cuadros expuestos en la III Exposición la Mujer y las Artes Abrazos
Un bello collar de negras perlas,
con su mágico brillo,
atrae a mis ojos negros
que no consiguen zafarse
de su atracción que le lleva
a fijarse en la mujer del collar.
Una mujer segura de si misma,
segura de lo que pinta.
Y estás segura porque en pintar
ha puesto todas,
todas sus ilusiones,
y porque ahora sabe que es capaz
de expresar con los pinceles
cuanto su alma siente.
Y cuanto siente su alma
es una inmensa y gran felicidad
que su cara refleja
y transmite al resto del cuerpo.
JOSÉ LUIS RUBIO
DECLARACIÓN DE AMOR
I
En tu altar quemé mi último incienso
y desgrané mis solitarias rosas,
hoy reclamo tu amor, ninfa preciosa,
aquejado de un dolor, triste e inmenso...
Me duele el sentimiento cuando pienso,
que soñé contigo en las horas dichosas
y guardé con amor todas tus cosas,
esperando la hora del regreso...
Calló la flor y doblegó la rama,
con vértigo que todo lo avasalla,
como imagen eterna de lo inerte...
Pero mi corazón que es tenue llama,
ganó al amor su última batalla,
en las postrimerías de mi muerte...
II
Porque cerré los ojos de mirar cansados,
junto al chorro callado de la fuente
y allí te vi, Loretta, eternamente,
más hermosa que todo lo soñado...
Soñé que era un enfermo enamorado,
de la línea sin pliegues de tu frente,
de tus ojos de diosa, que silentes,
me arrastran a la locura y al pecado...
Estoy loco de amor, mi quilla rota,
vagando por tus olas encrespadas,
hundida en espumas argentadas,
toda mi juventud dura y remota...
Cuervos marinos con sus negras plumas,
olfatean mi cadáver destrozado
y te llevan en las frías brumas,
¡el corazón de un hombre enamorado...!
ALFREDO MACÍAS MACÍAS-Huelva-
En tu altar quemé mi último incienso
y desgrané mis solitarias rosas,
hoy reclamo tu amor, ninfa preciosa,
aquejado de un dolor, triste e inmenso...
Me duele el sentimiento cuando pienso,
que soñé contigo en las horas dichosas
y guardé con amor todas tus cosas,
esperando la hora del regreso...
Calló la flor y doblegó la rama,
con vértigo que todo lo avasalla,
como imagen eterna de lo inerte...
Pero mi corazón que es tenue llama,
ganó al amor su última batalla,
en las postrimerías de mi muerte...
II
Porque cerré los ojos de mirar cansados,
junto al chorro callado de la fuente
y allí te vi, Loretta, eternamente,
más hermosa que todo lo soñado...
Soñé que era un enfermo enamorado,
de la línea sin pliegues de tu frente,
de tus ojos de diosa, que silentes,
me arrastran a la locura y al pecado...
Estoy loco de amor, mi quilla rota,
vagando por tus olas encrespadas,
hundida en espumas argentadas,
toda mi juventud dura y remota...
Cuervos marinos con sus negras plumas,
olfatean mi cadáver destrozado
y te llevan en las frías brumas,
¡el corazón de un hombre enamorado...!
ALFREDO MACÍAS MACÍAS-Huelva-
ROMANCE SACRO
A Nuestro Padre Jesús
le rezo a solas y le pido,
por toda la gente sana
que va sembrando delirio;
por la calle La Amargura
el Cristo me da su abrigo.
Sigue la gente, descalza
se va clavando los chinos,
en las calles empedradas
le van donando suspiros;
que Nuestro Padre Jesús
ya escucha lo que le digo.
Como todos los devotos
de este barrio ayamontino,
se precian, Señor, se precian
de los dones de su Cristo;
el hombre más silencioso
sigue invicto su camino.
¡Dame la luz de los cielos!...
¡Dame la paz, como amigo,
te entregaré el corazón
por los senderos, perdido;
yo voy buscando la gloria
igual que busco el cobijo!
El alma de los poestas
la llevas tú, y a presidio,
te llevaron los malvados
por el Monte "Los Olivos"
dejaste tú aquellas penas
que se convierten en lirios.
JERÓNIMO DORADO -Ayamonte-
le rezo a solas y le pido,
por toda la gente sana
que va sembrando delirio;
por la calle La Amargura
el Cristo me da su abrigo.
Sigue la gente, descalza
se va clavando los chinos,
en las calles empedradas
le van donando suspiros;
que Nuestro Padre Jesús
ya escucha lo que le digo.
Como todos los devotos
de este barrio ayamontino,
se precian, Señor, se precian
de los dones de su Cristo;
el hombre más silencioso
sigue invicto su camino.
¡Dame la luz de los cielos!...
¡Dame la paz, como amigo,
te entregaré el corazón
por los senderos, perdido;
yo voy buscando la gloria
igual que busco el cobijo!
El alma de los poestas
la llevas tú, y a presidio,
te llevaron los malvados
por el Monte "Los Olivos"
dejaste tú aquellas penas
que se convierten en lirios.
JERÓNIMO DORADO -Ayamonte-
DE LA RIGIDEZ DEL CÓDIGO
Flor de frío
que brota
en invierno
turbio río
que desemboca
en el papel
palabras que de la boca
son
un querer sin ya querer
de un amor que se hizo roca
de esperar y padecer.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
que brota
en invierno
turbio río
que desemboca
en el papel
palabras que de la boca
son
un querer sin ya querer
de un amor que se hizo roca
de esperar y padecer.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
MOTIVOS PARA RODAR EL EJE DEL GARROTE
Entonces nací a la una de la tarde
era muy tarde para volverme atrás
esta niña no tuvo nada desde ese día
ni un padre ni una madre
a veces es mejor ser de probeta.
Rota cruz, micro ágatha traslúcida
es mi corazón piedra crujiente
que lastima entre el pecho
y la punta del pezón.
Saber quién debo ser es algo inexplicable
Heliogábalo me retuerce el cuello
porque no acabo de verme en el espejo platónico.
Estoy en cualquier sitio y en ninguno
en todas partes estafo la crónica tanática.
Resurrección, no soy la heroína del baño
ya el cadalso se cansó de esperar por mí
no voy a llegar pronto en este atajo
pues la sopa conventual tiene cola de lombriz.
Asisto al ágape de Maldoror con alas de mariposa
el páncrea de mis hormigas tiene el polvo de estrellas
estulticia, nigromancia, necedades
disquisiciones del consensus ómnium
al pie de estas letras.
ISBEL Mª ÁLVAREZ TEMES-Cuba-
era muy tarde para volverme atrás
esta niña no tuvo nada desde ese día
ni un padre ni una madre
a veces es mejor ser de probeta.
Rota cruz, micro ágatha traslúcida
es mi corazón piedra crujiente
que lastima entre el pecho
y la punta del pezón.
Saber quién debo ser es algo inexplicable
Heliogábalo me retuerce el cuello
porque no acabo de verme en el espejo platónico.
Estoy en cualquier sitio y en ninguno
en todas partes estafo la crónica tanática.
Resurrección, no soy la heroína del baño
ya el cadalso se cansó de esperar por mí
no voy a llegar pronto en este atajo
pues la sopa conventual tiene cola de lombriz.
Asisto al ágape de Maldoror con alas de mariposa
el páncrea de mis hormigas tiene el polvo de estrellas
estulticia, nigromancia, necedades
disquisiciones del consensus ómnium
al pie de estas letras.
ISBEL Mª ÁLVAREZ TEMES-Cuba-
DUELO
Mi religión, una espera enlazándome. Angustia tensa, tira.
Que no la quiero es mentira. Extrañado soy beso muerto
y resisto como puente en la envidia del barco en el puerto.
Es que ya no me quedan frases para escaparle a la cuerda.
Se van perdiendo mis palabras por laberintos foráneos,
acaso con mi provocar al verbo no he llegado a cobijarla.
Y duerme. Allí, donde al amparo de su luz todo es bello
se extinguieron mis momentos en crepitar de párpados.
Mi otro y adyacente hemisferio, son sus ojos en canción
mi espina. Piedras en su ungir de acastañado sacramento
van lastimándome como en páramos. Erial desconsolado,
su voz define el clima. Como dos cintas de suave bordado
en azul equilibrio de pluma se desenvuelven mis manos,
para tocarla. Estación del otoño en que se frustra mi viaje.
Retorno abrasador vacío, saturado de omisión y quebranto.
Que en la incongruencia de su ignorancia no haya advertido
la caricia del ave impedida de vuelo. Y me ha dolido tanto.
FLAVIO E. LUCIANI-Argentina-
Que no la quiero es mentira. Extrañado soy beso muerto
y resisto como puente en la envidia del barco en el puerto.
Es que ya no me quedan frases para escaparle a la cuerda.
Se van perdiendo mis palabras por laberintos foráneos,
acaso con mi provocar al verbo no he llegado a cobijarla.
Y duerme. Allí, donde al amparo de su luz todo es bello
se extinguieron mis momentos en crepitar de párpados.
Mi otro y adyacente hemisferio, son sus ojos en canción
mi espina. Piedras en su ungir de acastañado sacramento
van lastimándome como en páramos. Erial desconsolado,
su voz define el clima. Como dos cintas de suave bordado
en azul equilibrio de pluma se desenvuelven mis manos,
para tocarla. Estación del otoño en que se frustra mi viaje.
Retorno abrasador vacío, saturado de omisión y quebranto.
Que en la incongruencia de su ignorancia no haya advertido
la caricia del ave impedida de vuelo. Y me ha dolido tanto.
FLAVIO E. LUCIANI-Argentina-
COMO SIEMPRE
No me ves.
No me oyes.
Parece que me aparto.
Que todo terminó.
No.
Todo sigue.
Te escucho.
Te miro.
Estoy a tu lado.
Como siempre.
ARSENIO M. LÓPEZ MORADO-Cartagena-
No me oyes.
Parece que me aparto.
Que todo terminó.
No.
Todo sigue.
Te escucho.
Te miro.
Estoy a tu lado.
Como siempre.
ARSENIO M. LÓPEZ MORADO-Cartagena-
NARCISO
Este es uno de los poemas presentados al II Certamen Internacional Poemas de Amor
Narciso soy, lo sé.
Que no renuncio al espejo,
cuando tu amor me piensa y me refleja.
Me miro en ti, lo sé.
Que tengo miedo de no ser tú,
sino un reflejo del yo cautivo
en la quietud de un planeta
mutilado de suspiros.
En ti me ahogaré, también lo sé.
Aunque para entonces, tú, yo,
quizás hayamos florecido en un
nosotros de agua perpetua
y nada tendrá mayor importancia.
Mª FERNANDA TRUJILLO-Sevilla-
Narciso soy, lo sé.
Que no renuncio al espejo,
cuando tu amor me piensa y me refleja.
Me miro en ti, lo sé.
Que tengo miedo de no ser tú,
sino un reflejo del yo cautivo
en la quietud de un planeta
mutilado de suspiros.
En ti me ahogaré, también lo sé.
Aunque para entonces, tú, yo,
quizás hayamos florecido en un
nosotros de agua perpetua
y nada tendrá mayor importancia.
Mª FERNANDA TRUJILLO-Sevilla-
DULCERÍA
El frasco que era de arropes
ahora está pleno de sosería,
por su perfil chorrean refunfuños,
presunciones,
rehúsos,
hollines.
No podemos ser menos molestos
desde donde estamos
y alguna vez
deberíamos convertirnos en la memoria
del dulzor
de todos los frascos
que ya no.
JUAN DISANTE -ARGENTINA-
ahora está pleno de sosería,
por su perfil chorrean refunfuños,
presunciones,
rehúsos,
hollines.
No podemos ser menos molestos
desde donde estamos
y alguna vez
deberíamos convertirnos en la memoria
del dulzor
de todos los frascos
que ya no.
JUAN DISANTE -ARGENTINA-
ORUGAS
El pequeño Tito sufría indecibles tormentos por las noches. Mientras sus padres dormían, dos enormes orugas entraban por la ventana. Una se erguía sobre sus padres y los rociaba con una sustancia que aseguraba un sueño profundo. La otra iba hasta la cuna del pequeño Tito y lo laceraba con el ácido que desprendían sus vellos hirvientes. El pequeño Tito era entonces alzado de la cuna por la oruga, que lo envolvía en un capullo junto a ella misma, mientras sus vellos seguían lacerándolo. En una horrenda metamorfosis que duraba hasta la madrugada, la oruga se convertía en una gigantesca mariposa que curaba las heridas del pequeño Tito con el polvo de sus alas y lo depositaba, sano y salvo, sobre su cuna, para luego salir por la ventana con su compañera. Por más que llorara durante estos extraños acontecimientos, sus padres no podían oírlo, pues estaban sumidos en un plácido sueño en el que veían a su hijo jugar con mariposas a la luz de la luna.
Jorge Gómez Jiménez(Venezuela)
Publicado en la revista digital Minatura 117
Jorge Gómez Jiménez(Venezuela)
Publicado en la revista digital Minatura 117
MOMENTOS
I
Graciosa bondad
por sentirse portento
con picardía en los labios
antifaz del contento.
II
Riendo la cría va
cantando el crío viene
sus futuros unirán
entre cañas y helechos
amores futuros, aún en barbecho.
III
Amar es, sentimentalismos aparte,
no dar para recibir, sino recibir dando.
Como el arte en sus trazos
nos dibujamos el uno
con las pinceladas del otro.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
Graciosa bondad
por sentirse portento
con picardía en los labios
antifaz del contento.
II
Riendo la cría va
cantando el crío viene
sus futuros unirán
entre cañas y helechos
amores futuros, aún en barbecho.
III
Amar es, sentimentalismos aparte,
no dar para recibir, sino recibir dando.
Como el arte en sus trazos
nos dibujamos el uno
con las pinceladas del otro.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
CUANDO YO, TODAVÍA
Cuando yo, todavía, no era tan
repugnante como ahora
y
poderoso
se me acercaron ustedes
los que no estaban avisados
y les colapsé
la condición de esperanzados
colaboradores
Vamos, embóquenle al goce
que les proporciona
mi desprecio.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argentina-
repugnante como ahora
y
poderoso
se me acercaron ustedes
los que no estaban avisados
y les colapsé
la condición de esperanzados
colaboradores
Vamos, embóquenle al goce
que les proporciona
mi desprecio.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argentina-
BREVERÍAS
2641
Cuanto más me limitas o prohibes,
más cerca estoy de ti, más me seduces;
cuanto más te derramas o te exhibes,
a mayor desapego me conduces.
2642
Doblemente la vida decepciona:
Al no lograr aquello a que el deseo
nos impulsa en perenne zarandeo;
y al conseguir lo que nos apasiona.
2643
Verte sin conseguirte me desgarra
las más íntimas fibras, y agonizo.
Pero si no te viera, ¿a qué se agarra
mi espíritu en un mundo quebradizo
que amenaza absorberme en sus honduras?
En tal irrealidad, eres el faro
brillando en lontananza, y me aseguras
al menos la utopía en que me amparo.
2644
Oh, la fascinación de lo prohibido,
quebrar las normas, invadir terrenos
bloqueados, y en cónyuges ajenos
desbordar el caudal de la libido.
Tal vez sin ley la sed se extinguiría
de salirse del molde concertado.
Pero ¿cómo vivir sin el pecado
que nos canta su dulce melodía?
2645
Yo pienso cuando callo;
al hablar se destruye el pensamiento.
Por eso en el silencio me amurallo,
entre los brazos del recogimiento.
En esa soledad fluye la idea,
sin quedar recortada en el vocablo,
que, falsificador, la bastardea.
Pensar es serio, y al pensar, no hablo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-
Cuanto más me limitas o prohibes,
más cerca estoy de ti, más me seduces;
cuanto más te derramas o te exhibes,
a mayor desapego me conduces.
2642
Doblemente la vida decepciona:
Al no lograr aquello a que el deseo
nos impulsa en perenne zarandeo;
y al conseguir lo que nos apasiona.
2643
Verte sin conseguirte me desgarra
las más íntimas fibras, y agonizo.
Pero si no te viera, ¿a qué se agarra
mi espíritu en un mundo quebradizo
que amenaza absorberme en sus honduras?
En tal irrealidad, eres el faro
brillando en lontananza, y me aseguras
al menos la utopía en que me amparo.
2644
Oh, la fascinación de lo prohibido,
quebrar las normas, invadir terrenos
bloqueados, y en cónyuges ajenos
desbordar el caudal de la libido.
Tal vez sin ley la sed se extinguiría
de salirse del molde concertado.
Pero ¿cómo vivir sin el pecado
que nos canta su dulce melodía?
2645
Yo pienso cuando callo;
al hablar se destruye el pensamiento.
Por eso en el silencio me amurallo,
entre los brazos del recogimiento.
En esa soledad fluye la idea,
sin quedar recortada en el vocablo,
que, falsificador, la bastardea.
Pensar es serio, y al pensar, no hablo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-
TODA TÚ
Toda tu,
menuda y gracil, majestuosa y elegante.
Toda tu,
deslizándote con paso firme.
Toda tu,
impregnando la estancia de aromas dulzones.
Toda tu,
cruzándonos tiernas miradas.
Toda tu,
corazón sensible y alma de artista.
Toda tu,
me enloqueces cautivándome en silencio.
Toda tu,
me motivas en cuerpo y esencia.
Toda tu,
dominándome a cada paso.
Toda tu,
me posees a cada tacto.
Toda tu,
emocionándome a cada mirada.
Toda tu,
me derrites a cada roce.
Toda tu,
me enervas a cada palabra.
Toda tu,
conquistándome a cada sonrisa
Toda tu, me invades lentamente.
Toda tu...
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
menuda y gracil, majestuosa y elegante.
Toda tu,
deslizándote con paso firme.
Toda tu,
impregnando la estancia de aromas dulzones.
Toda tu,
cruzándonos tiernas miradas.
Toda tu,
corazón sensible y alma de artista.
Toda tu,
me enloqueces cautivándome en silencio.
Toda tu,
me motivas en cuerpo y esencia.
Toda tu,
dominándome a cada paso.
Toda tu,
me posees a cada tacto.
Toda tu,
emocionándome a cada mirada.
Toda tu,
me derrites a cada roce.
Toda tu,
me enervas a cada palabra.
Toda tu,
conquistándome a cada sonrisa
Toda tu, me invades lentamente.
Toda tu...
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
SONETO
SONETO CUYO FIN NO ES OTRO QUE EL DE PERPETUAR
EN LA MAGIA MISMA DEL SONETO LOS SENTIMIENTOS DE
UN HOMBRE ENAMORADO Y CONSCIENTE DE LO
EFÍMERO DEL AMOR EN ESTE MUNDO
Cuanto vivo por vos guardarlo intento
celosamente, amada, en la alta nave
de un soneto feliz que, en forma de ave,
le dé vuelo eternal al sentimiento.
Sé muy bien que mañana, cualquier viento
hará cambiar en mí lo que hoy es clave,
y no irá a vuestra puerta ya mi llave,
que a puerta nueva irá por alimento.
Por eso es mi deseo, amada mía,
cuanto siento por vos dejar escrito
en poético espacio enamorado.
Pues creo en el poder de la poesía;
y un segundo de amor será infinito
si queda en un soneto al fin guardado.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
EN LA MAGIA MISMA DEL SONETO LOS SENTIMIENTOS DE
UN HOMBRE ENAMORADO Y CONSCIENTE DE LO
EFÍMERO DEL AMOR EN ESTE MUNDO
Cuanto vivo por vos guardarlo intento
celosamente, amada, en la alta nave
de un soneto feliz que, en forma de ave,
le dé vuelo eternal al sentimiento.
Sé muy bien que mañana, cualquier viento
hará cambiar en mí lo que hoy es clave,
y no irá a vuestra puerta ya mi llave,
que a puerta nueva irá por alimento.
Por eso es mi deseo, amada mía,
cuanto siento por vos dejar escrito
en poético espacio enamorado.
Pues creo en el poder de la poesía;
y un segundo de amor será infinito
si queda en un soneto al fin guardado.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
ME PRESENTO
... un día que Dios estuvo enfermo,
grave.
C. Vallejo.
Yo nací para estar sola.
El tiempo lleva su estudio.
Yo nací con el preludio
de las noches, sin estola,
sin palabras, sin aureola,
sin perfil, sin latitud.
Mi cuerpo es el ataúd.
La realidad es absurda.
Llevo en la lengua una burda
sílaba, historia, quietud.
Vivir es un intervalo
entre el tiempo y yo, una vela
sin estampa, la zarzuela
repetida de un regalo.
Amo las noches, exhalo.
Yo nací con la tardanza
de las ruptura, en la danza
de nacer sin más cosecha.
Perdón olvidé la fecha…
Yo nací, no hay esperanza.
Nacer es un aforismo
que lleva metamorfosis.
La vida se da por dosis
de sexo, de catecismo,
por razones en un mismo
calendario de renuncias.
Yo nací, por las denuncias
esperan otros. Lamento
haber nacido, no miento.
Yo nací: tú ni pronuncias
la existencia de mi sombra.
Nací en la crisis del mundo
y no había ni un segundo
para dios. Nadie me nombra.
La ciudad ya no se asombra
de perderme en estos males.
Espero que tú no exhales
la nostalgia del entorno.
No hay cuerpos, ya no hay retorno.
Yo nací… no hubo señales.
Del trabajo Consejos locos y retazos de la vida de MAYDOLL MORALES PÉREZ
grave.
C. Vallejo.
Yo nací para estar sola.
El tiempo lleva su estudio.
Yo nací con el preludio
de las noches, sin estola,
sin palabras, sin aureola,
sin perfil, sin latitud.
Mi cuerpo es el ataúd.
La realidad es absurda.
Llevo en la lengua una burda
sílaba, historia, quietud.
Vivir es un intervalo
entre el tiempo y yo, una vela
sin estampa, la zarzuela
repetida de un regalo.
Amo las noches, exhalo.
Yo nací con la tardanza
de las ruptura, en la danza
de nacer sin más cosecha.
Perdón olvidé la fecha…
Yo nací, no hay esperanza.
Nacer es un aforismo
que lleva metamorfosis.
La vida se da por dosis
de sexo, de catecismo,
por razones en un mismo
calendario de renuncias.
Yo nací, por las denuncias
esperan otros. Lamento
haber nacido, no miento.
Yo nací: tú ni pronuncias
la existencia de mi sombra.
Nací en la crisis del mundo
y no había ni un segundo
para dios. Nadie me nombra.
La ciudad ya no se asombra
de perderme en estos males.
Espero que tú no exhales
la nostalgia del entorno.
No hay cuerpos, ya no hay retorno.
Yo nací… no hubo señales.
Del trabajo Consejos locos y retazos de la vida de MAYDOLL MORALES PÉREZ
CUANDO SALGA EL SOL
Cuando salga el sol,
viajarás en tu altivo rocín
por jardines frondosos y paredes de luz.
Cuando nazca el sol,
con tu piragua bruñida,
surcarás jeroglíficos de besos
y treparás sin esfuerzo,
escalones de barro.
Cuando resurja el sol
te refrescarás con la sonrisa de un niño
y comprobarás que tu piel se convierte
en un océano fosforescente.
Cuando florezca el sol
serás la reina de las miradas
y un torrente de vida
en ebullición.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
viajarás en tu altivo rocín
por jardines frondosos y paredes de luz.
Cuando nazca el sol,
con tu piragua bruñida,
surcarás jeroglíficos de besos
y treparás sin esfuerzo,
escalones de barro.
Cuando resurja el sol
te refrescarás con la sonrisa de un niño
y comprobarás que tu piel se convierte
en un océano fosforescente.
Cuando florezca el sol
serás la reina de las miradas
y un torrente de vida
en ebullición.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
ITINERARIO II RUTA DEL CÁDIZ DE FERNANDO QUIÑONES
Hora: A las 10.00 horas en la Plaza de la Catedral. Casa Hidalgo. Punto de encuentro.
Interviene: Pepa Parra. Por la Fundación Caballero Bonald.
(Manifiesto por el reconocimiento de la población civil a Fernando Quiñones).
10.35: Mijitas del Freidor, calle Flamenco.
Interviene: Antonio Serrano Cueto.
Poema leído por Paco Camas de la Asociación Argónidas
10.45 horas: Muelle de Cádiz. Junto al emplazamiento del Vaporcito.
Intervienen: David Palomar y Anabel Rivera
Interpreta: Antonio Estrada
Lee: Carmen Sánchez por la asociación de personas lectoras
11.00 horas: Monumento a las Cortes de Cádiz. Bicentenario.
Interviene: Javier Osuna y el cantautor Paco Medina.
Subida por las murallas de San Carlos. Alameda.
11. 15 horas: Plaza de Mina. Museo.
Interviene: Inma Márquez y Antonio Flor
Lee: Representantes de Indocencias: José Luis Rubio y Rosario Sánchez…
11.30 horas: APC. Reivindicamos la faceta periodística del Quiñones articulista.
Interviene: Fernando Santiago (Presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz)
Emilio López Mompell (Periodista y amigo del Poeta)
Marieta Cantos (Profesora de la UCA y estudiosa de su obra)
Cecilia Martínez Bienvenido (coautora de El baúl del pirata)
12.00 horas: Casino Gaditano
Intervienen: Ana Rodríguez Tenorio, Ripoll y Fenández Palacios. Canta: Nacho Moreno.
Crónicas del Al-Ándalus. Y otras anécdotas…
12.30 horas: Oratorio de San Felipe. Más Cádiz, Iberoamérica y más Bicentenario.
Interpreta: Alejo Martínez y Las damas del 3x4
Alberto Ramos (Experto en Bicentenario, Catedrático de Historia de la UCA)
Lectura de un texto de Amalia Vilches por Paloma García
13.00horas: Teatro Falla. Alcances o concurso Carnaval
Interviene: Antonio Martínez Ares.
13.30 La Caleta
Presentación que Quiñones hizo al libro de Osuna y Erasmo Ubera sobre las piedras de La Caleta.
Alfonso Baro. Cantautor.
Valcárcel.
Compromiso ciudadano. Intervienen: Miguel Ángel García Argüez y Fernando Lobo
14 horas: Monumento a Quiñones y Peña Juan Villar. (Presidente de la Peña)
Ofrenda floral y de arenques.
Intervienen: Familia Quiñones, Luis Quintero, Juan Gómez Macías
Interpreta: Mariana Cornejo y Carmen de la Jara
Tras la comida, a partir de las 15. 30 intervienen representantes de colectivos, asociaciones literarias de la provincia y otros invitados como los grupos La Canalla y La Buena Mujer, el saxofonista Pedro Cortejosa y Javier Ruibal. Joaquín el Niño de Sola.
Colectivos: Pléyade, Indocencias, Azahar, Sostenes, Colectivo de Personas Lectoras, Fundación Caballero Bonald, Fundación Quiñones... Resto de adhesiones en el blog.
Gráficos: Jap Peralta y Fermín Aparicio.
Cartel: Juan Gómez Macías
Edición de carteles: Eduardo Albaladejo de El Boletín.
Confección el mapa guía de la ruta con referencias. A la Prensa Gaditana que tiene tanto arte...
Nuestro agradecimiento a todos los participantes, a todas las colaboraciones y todos los hombros arrimados tan necesarios….
LA ORGANIZACIÓN
Interviene: Pepa Parra. Por la Fundación Caballero Bonald.
(Manifiesto por el reconocimiento de la población civil a Fernando Quiñones).
10.35: Mijitas del Freidor, calle Flamenco.
Interviene: Antonio Serrano Cueto.
Poema leído por Paco Camas de la Asociación Argónidas
10.45 horas: Muelle de Cádiz. Junto al emplazamiento del Vaporcito.
Intervienen: David Palomar y Anabel Rivera
Interpreta: Antonio Estrada
Lee: Carmen Sánchez por la asociación de personas lectoras
11.00 horas: Monumento a las Cortes de Cádiz. Bicentenario.
Interviene: Javier Osuna y el cantautor Paco Medina.
Subida por las murallas de San Carlos. Alameda.
11. 15 horas: Plaza de Mina. Museo.
Interviene: Inma Márquez y Antonio Flor
Lee: Representantes de Indocencias: José Luis Rubio y Rosario Sánchez…
11.30 horas: APC. Reivindicamos la faceta periodística del Quiñones articulista.
Interviene: Fernando Santiago (Presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz)
Emilio López Mompell (Periodista y amigo del Poeta)
Marieta Cantos (Profesora de la UCA y estudiosa de su obra)
Cecilia Martínez Bienvenido (coautora de El baúl del pirata)
12.00 horas: Casino Gaditano
Intervienen: Ana Rodríguez Tenorio, Ripoll y Fenández Palacios. Canta: Nacho Moreno.
Crónicas del Al-Ándalus. Y otras anécdotas…
12.30 horas: Oratorio de San Felipe. Más Cádiz, Iberoamérica y más Bicentenario.
Interpreta: Alejo Martínez y Las damas del 3x4
Alberto Ramos (Experto en Bicentenario, Catedrático de Historia de la UCA)
Lectura de un texto de Amalia Vilches por Paloma García
13.00horas: Teatro Falla. Alcances o concurso Carnaval
Interviene: Antonio Martínez Ares.
13.30 La Caleta
Presentación que Quiñones hizo al libro de Osuna y Erasmo Ubera sobre las piedras de La Caleta.
Alfonso Baro. Cantautor.
Valcárcel.
Compromiso ciudadano. Intervienen: Miguel Ángel García Argüez y Fernando Lobo
14 horas: Monumento a Quiñones y Peña Juan Villar. (Presidente de la Peña)
Ofrenda floral y de arenques.
Intervienen: Familia Quiñones, Luis Quintero, Juan Gómez Macías
Interpreta: Mariana Cornejo y Carmen de la Jara
Tras la comida, a partir de las 15. 30 intervienen representantes de colectivos, asociaciones literarias de la provincia y otros invitados como los grupos La Canalla y La Buena Mujer, el saxofonista Pedro Cortejosa y Javier Ruibal. Joaquín el Niño de Sola.
Colectivos: Pléyade, Indocencias, Azahar, Sostenes, Colectivo de Personas Lectoras, Fundación Caballero Bonald, Fundación Quiñones... Resto de adhesiones en el blog.
Gráficos: Jap Peralta y Fermín Aparicio.
Cartel: Juan Gómez Macías
Edición de carteles: Eduardo Albaladejo de El Boletín.
Confección el mapa guía de la ruta con referencias. A la Prensa Gaditana que tiene tanto arte...
Nuestro agradecimiento a todos los participantes, a todas las colaboraciones y todos los hombros arrimados tan necesarios….
LA ORGANIZACIÓN
jueves, 29 de marzo de 2012
LEYENDO
Tumbada en la cama,
en la oscuridad de su cuarto,
en la noche silenciosa,
cuando todos duermen
y nadie vendrá a molestarla,
lee totalmente concentrada,
ajena a cualquier otra cosa
que la rodea aunque siempre
atenta a todo ruido
que provenga del pasillo.
Ningún ruido la distrae,
en esta noche oscura,
sólo la lectura la atrae
y nada le hace, nada,
apartar la vista de los negros
renglones del libro abierto
sobre la blanca almohada.
Posiblemente vive o sueña
con los protagonistas
sintiéndose tal vez ella
una más de la historia.
JOSÉ LUIS RUBIO
EL CANTO DEL LOCO
"Amor casi de un vuelo me ha encumbrado"...
FRAY LUIS DE LEÓN
Este amor que me sube a la cabeza
por ese vuelo donde, a muerte o vida,
ciego voy con la lámpara encendida
que me alumbre en la duda o la certeza...
No puede ser amor esta tristeza,
noche ahora y después amanecida,
radiante el alma y la razón perdida
sin brújula al timón de mi entereza.
Pero ¿qué podrá ser si no es bastante
pasión, que ni me apresa delirante
ni me encierra ne su cárcel de amargura?
Véngame ya el misterio desvelado:
si "Amor, casi de un vuelo me ha encumbrado",
secreto no ha de ser tanta locura.
Te llamaré, a la tarde, por teléfono
con la carne vencida de nostalgia
y sé que no estarás por esos pagos
donde te archiva cauta la memoria.
Pero, Sandra, si tú no eras del viento
que corre atravesando con su furia
puertos y puertas, muelles desolados,
madrugadas en frías estaciones...,
sin saber la locura que lo arrastra.
Si en tu casa de pámpanos y espumas
se mecía el silencio entre tu cuerpo
moreno, Sandra, en la apacible estancia
de fresca desnudez, si dulcemente,
verso a verso, leías mis mensajes
de letra ardiente en los atardeceres,
deseándome, frente al monitor...
Sandra ¿dónde estarás, ahora mismo,
sin papeles, sin dios, y sin mochila?
LUIS DE BLAS-Alcalá de Henares-
FRAY LUIS DE LEÓN
Este amor que me sube a la cabeza
por ese vuelo donde, a muerte o vida,
ciego voy con la lámpara encendida
que me alumbre en la duda o la certeza...
No puede ser amor esta tristeza,
noche ahora y después amanecida,
radiante el alma y la razón perdida
sin brújula al timón de mi entereza.
Pero ¿qué podrá ser si no es bastante
pasión, que ni me apresa delirante
ni me encierra ne su cárcel de amargura?
Véngame ya el misterio desvelado:
si "Amor, casi de un vuelo me ha encumbrado",
secreto no ha de ser tanta locura.
Te llamaré, a la tarde, por teléfono
con la carne vencida de nostalgia
y sé que no estarás por esos pagos
donde te archiva cauta la memoria.
Pero, Sandra, si tú no eras del viento
que corre atravesando con su furia
puertos y puertas, muelles desolados,
madrugadas en frías estaciones...,
sin saber la locura que lo arrastra.
Si en tu casa de pámpanos y espumas
se mecía el silencio entre tu cuerpo
moreno, Sandra, en la apacible estancia
de fresca desnudez, si dulcemente,
verso a verso, leías mis mensajes
de letra ardiente en los atardeceres,
deseándome, frente al monitor...
Sandra ¿dónde estarás, ahora mismo,
sin papeles, sin dios, y sin mochila?
LUIS DE BLAS-Alcalá de Henares-
LA ESPERANZA DE VIVIR
Llamas esperanza al dolor
que se esconde tras la esquina
porque corres por las sendas
que encamina al amor.
Tiene la esperanza de vivir
sabes de la vida,
ni hacia donde vas
ni hacia donde vienes.
Sin embargo está con vida
con amor al que amor no tiene
va comprando sueños
al que sueños vende
con la esperanza de vivir.
Luego los cambia por penas
porque eres tú así.
Das sabiduría
al que no tiene
ni siquiera esa esperanza.
La esperanza está muerta en él
y tú la tienes viva.
Porqué buscas esperanza de vivir
si ya vives teniéndole a él.
Volverás a tener su amor
y volverás a tener su esperanza
que tanto buscas
la esperanza de vivir.
JACINTO SOLÉ
que se esconde tras la esquina
porque corres por las sendas
que encamina al amor.
Tiene la esperanza de vivir
sabes de la vida,
ni hacia donde vas
ni hacia donde vienes.
Sin embargo está con vida
con amor al que amor no tiene
va comprando sueños
al que sueños vende
con la esperanza de vivir.
Luego los cambia por penas
porque eres tú así.
Das sabiduría
al que no tiene
ni siquiera esa esperanza.
La esperanza está muerta en él
y tú la tienes viva.
Porqué buscas esperanza de vivir
si ya vives teniéndole a él.
Volverás a tener su amor
y volverás a tener su esperanza
que tanto buscas
la esperanza de vivir.
JACINTO SOLÉ
QUISIERA
Quisiera ser tu paraguas
cuando la fuerte lluvia arrecia.
Tu refugio seguro,
íntimo, secreto.
Ser ojo atento
que te ve sin mirarte.
Oído discreto que, a distancia,
escucha tu silencio
cuando gritas tu dolor o tu alegría.
Quisiera, ante ti, estar presente
en mi ausencia.
Que nos una tan sólo
un especial sentimiento.
Ser dos vidas libres,
paralelas.
Encontrarnos, si acaso,
en el remoto infinito.
Y no pedirte nada.
ARSENIO M. LÓPEZ MORADO-Cartagena-
cuando la fuerte lluvia arrecia.
Tu refugio seguro,
íntimo, secreto.
Ser ojo atento
que te ve sin mirarte.
Oído discreto que, a distancia,
escucha tu silencio
cuando gritas tu dolor o tu alegría.
Quisiera, ante ti, estar presente
en mi ausencia.
Que nos una tan sólo
un especial sentimiento.
Ser dos vidas libres,
paralelas.
Encontrarnos, si acaso,
en el remoto infinito.
Y no pedirte nada.
ARSENIO M. LÓPEZ MORADO-Cartagena-
EL CAMINO DE LA DUDA
El
hombre
camina
sobre dudas
y
des
can
sa
sobre certezas,
pues
los
p
i
e
s
del
que
cree
conocer
una sola verdad
se
oxidan
como
si
sus
párpados
es
tu
vi
e
ran
secos.
FELIPE RUBIO LÓPEZ-Madrid-
hombre
camina
sobre dudas
y
des
can
sa
sobre certezas,
pues
los
p
i
e
s
del
que
cree
conocer
una sola verdad
se
oxidan
como
si
sus
párpados
es
tu
vi
e
ran
secos.
FELIPE RUBIO LÓPEZ-Madrid-
MIS PARAJES
No borres los recuerdos por la edad
no los aperejes con la soledad
para que, por que contar horas
días o meses que han pasado
todo lo que se ha tratado
en dulces o amargos bregares.
La vida precisa siempre
conjugaría como un todo
valoré mi habitad, vieja por edad
por toda Cuba me fui
que paisajes que rincones
su naturaleza pude apreciar.
En todos ello busqué
un rincón acogedor
para poder precisar, disfrutar
uno por uno sus detalles.
Olvidé lo que para mí
se convirtió en miedo aterrador
rayo, truenos centellas
y con su iluminación
destellos de claridad
me ate a su realidad.
Ver de Cuba sus riquezas,
sus rincones sus parajes
a través de sus mensajes
que su mundo me ofrecía.
PETRA DEL VALLÍN PEÑA-Cuba-
no los aperejes con la soledad
para que, por que contar horas
días o meses que han pasado
todo lo que se ha tratado
en dulces o amargos bregares.
La vida precisa siempre
conjugaría como un todo
valoré mi habitad, vieja por edad
por toda Cuba me fui
que paisajes que rincones
su naturaleza pude apreciar.
En todos ello busqué
un rincón acogedor
para poder precisar, disfrutar
uno por uno sus detalles.
Olvidé lo que para mí
se convirtió en miedo aterrador
rayo, truenos centellas
y con su iluminación
destellos de claridad
me ate a su realidad.
Ver de Cuba sus riquezas,
sus rincones sus parajes
a través de sus mensajes
que su mundo me ofrecía.
PETRA DEL VALLÍN PEÑA-Cuba-
NEW YORK, NEW YORK
Ciudad
de verticales ternuras
de proyectos, de esperanzas
de un cielo al que casi alcanza
el cristal y el hormigón.
Ciudad
que con sabor a amargura
llora triste una canción
de desgracia partitura
que su sueño mutiló
la inmensurable locura
con que el terror actuó.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
de verticales ternuras
de proyectos, de esperanzas
de un cielo al que casi alcanza
el cristal y el hormigón.
Ciudad
que con sabor a amargura
llora triste una canción
de desgracia partitura
que su sueño mutiló
la inmensurable locura
con que el terror actuó.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
ENCRUCIJADA
Este es uno de los poemas presentados al II Certamen Internacional Poemas de Amor
En un lugar así,
no cabría la indiferencia.
La boca, en una noche chocolate,
en una noche así,
acudiría, pronta, como fruta madura,
a la llamada imperiosa del deseo.
En un lugar como éste,
donde nada más exista,
donde el aire oprima como una condena,
los ojos renegarían del merecido sueño,
para vigilar, ansiosos, tu regreso.
En este lugar que sólo tú conoces,
donde las horas se perfilan lentas,
violentamente mudas, interminablemente muertas,
esta lengua podría reinventar tu contorno por enésima vez.
Mª FERNANDA TRUJILLO LEÓN-Sevilla-
En un lugar así,
no cabría la indiferencia.
La boca, en una noche chocolate,
en una noche así,
acudiría, pronta, como fruta madura,
a la llamada imperiosa del deseo.
En un lugar como éste,
donde nada más exista,
donde el aire oprima como una condena,
los ojos renegarían del merecido sueño,
para vigilar, ansiosos, tu regreso.
En este lugar que sólo tú conoces,
donde las horas se perfilan lentas,
violentamente mudas, interminablemente muertas,
esta lengua podría reinventar tu contorno por enésima vez.
Mª FERNANDA TRUJILLO LEÓN-Sevilla-
SUBE EL TELÓN
Noche he tejido la esperanza
con la tibieza de mi mano sobre tu alma.
Noche olvide mi rostro en la pasión de las palabras.
Noche respiré despacito, despacito.
Escucha.
Mi corazón hoy actúa con el canto de su voz.
¡Madre, ahora que soy madre!
Comprendo que mis hijos van delante de mí
y no puedo alcanzarlos.
SARA GRACIELA OVEJERO -ARGENTINA-
Publicado en la revista Estrellas Poéticas 47
con la tibieza de mi mano sobre tu alma.
Noche olvide mi rostro en la pasión de las palabras.
Noche respiré despacito, despacito.
Escucha.
Mi corazón hoy actúa con el canto de su voz.
¡Madre, ahora que soy madre!
Comprendo que mis hijos van delante de mí
y no puedo alcanzarlos.
SARA GRACIELA OVEJERO -ARGENTINA-
Publicado en la revista Estrellas Poéticas 47
SANGRÍA, DOBLE SIN HIELO
Solía decirme durante las terapias que necesitaba beber sangre nueva por que la suya se estaba pudriendo. Yo lo que hacía era enviarle anti psicóticos más fuertes para aislar sus síntomas. Así funciona el sistema, metemos enfermos a tratamiento y en cuanto pintan medianamente bien los liberamos por lo costoso que resulta para el estado mantenerlos.
No es extraño que la policía me devuelva al poco tiempo a cualquiera de ellos; por hallarlos vagabundeando, o por que han recaído en sus crímenes. ¿Y que hago yo? Lo mismo, medicarlos y liberarlos cuando ya parecen otra vez “gente sana”.
En un año me lo devolvieron cinco veces. Siempre con la ropa manchada de sangre que no era suya y delirante. La última vez pese a sus veintitantos lucía como un anciano. Me dijo que ya no le era suficiente beber sangre, que se venia pudriendo mas aprisa y que sus intentos por detener el deterioro eran inútiles. Que debía saltar de beber sangre a ingerir órganos, por que se estaba desvaneciendo “Hay días que no logro ni mirarme las manos”. Mis reportes a la policía no omitían detalle alguno pero, nunca prestaron atención.
Tras dos meses de tratamiento lucía muy restablecido; sin embargo seguía diciéndome cosas como “Yo lo se, estoy desapareciendo”. Una mañana lo encontraron bañado en sangre, recostado junto al cuerpo de la enfermera nocturna. Lo metí a una celda de aislamiento. Esta vez la policía prestó atención. Me ordenaron tratarlo hasta mantenerlo estable. Llamé para que vinieran por él cuatro meses después. Enviaron cuatro guardias y dos camionetas por si oponía resistencia.
Cuando abrieron la puerta. No había nadie.
Lilymeth Mena Cruz(México)
Publicado en la revista digital Minatura 117
No es extraño que la policía me devuelva al poco tiempo a cualquiera de ellos; por hallarlos vagabundeando, o por que han recaído en sus crímenes. ¿Y que hago yo? Lo mismo, medicarlos y liberarlos cuando ya parecen otra vez “gente sana”.
En un año me lo devolvieron cinco veces. Siempre con la ropa manchada de sangre que no era suya y delirante. La última vez pese a sus veintitantos lucía como un anciano. Me dijo que ya no le era suficiente beber sangre, que se venia pudriendo mas aprisa y que sus intentos por detener el deterioro eran inútiles. Que debía saltar de beber sangre a ingerir órganos, por que se estaba desvaneciendo “Hay días que no logro ni mirarme las manos”. Mis reportes a la policía no omitían detalle alguno pero, nunca prestaron atención.
Tras dos meses de tratamiento lucía muy restablecido; sin embargo seguía diciéndome cosas como “Yo lo se, estoy desapareciendo”. Una mañana lo encontraron bañado en sangre, recostado junto al cuerpo de la enfermera nocturna. Lo metí a una celda de aislamiento. Esta vez la policía prestó atención. Me ordenaron tratarlo hasta mantenerlo estable. Llamé para que vinieran por él cuatro meses después. Enviaron cuatro guardias y dos camionetas por si oponía resistencia.
Cuando abrieron la puerta. No había nadie.
Lilymeth Mena Cruz(México)
Publicado en la revista digital Minatura 117
REFLEXIONES SOBRE ENFRENTAMIENTOS CÍCLICOS ENTRE EL BIEN Y EL MAL
Lúcida noche de clara luna
hondo suspiro por sueño perdido
guijarro que altera, al mundo, su giro
palabras que perfilan senderos y ríos
descubren caminos, cruces, desvíos
para forjar almas, a nuestro libre albedrío.
Unos, por otras manos se acompañan
otros, como aceite en agua, las rechazan.
Humanidades que en sus palabras engañan
con lo dicho por lo hecho, sin por ello borrar
los valores en los que creo, nacidos en libertad
en las riberas y explanadas, de mi tierra secular
regada por sangre, sudor y lágrimas
sembrada de bondades y esperanzas
en su regazo de mayo, acuna su esperado parto.
Voces del alma que alzándose amansan
las furias vanas que la memez insana
contamina de uvas a peras
el dulce regazo de la sensatez humana.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
hondo suspiro por sueño perdido
guijarro que altera, al mundo, su giro
palabras que perfilan senderos y ríos
descubren caminos, cruces, desvíos
para forjar almas, a nuestro libre albedrío.
Unos, por otras manos se acompañan
otros, como aceite en agua, las rechazan.
Humanidades que en sus palabras engañan
con lo dicho por lo hecho, sin por ello borrar
los valores en los que creo, nacidos en libertad
en las riberas y explanadas, de mi tierra secular
regada por sangre, sudor y lágrimas
sembrada de bondades y esperanzas
en su regazo de mayo, acuna su esperado parto.
Voces del alma que alzándose amansan
las furias vanas que la memez insana
contamina de uvas a peras
el dulce regazo de la sensatez humana.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
ASEVERACIÓN DE QUIEN NO SABRÍA EVITAR SU APEGO A LA VIDA QUE YA TIENE
Si a elegir me dieran la chance de volver
a nacer quisiera
o no quisiera?
respondería que lo que quisiera es no volver
aun otorgándoseme la posibilidad
de elegir la precisión de ser
el que básicamente ya soy
u otro
refrendaría que lo que quisiera es no volver
de ningún modo compatible con el sufrimiento
humano
animal
o botánico
y que con esta vida ya está
me conformo
cometí la experiencia
y que estoy
muy cansado.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argetina-
a nacer quisiera
o no quisiera?
respondería que lo que quisiera es no volver
aun otorgándoseme la posibilidad
de elegir la precisión de ser
el que básicamente ya soy
u otro
refrendaría que lo que quisiera es no volver
de ningún modo compatible con el sufrimiento
humano
animal
o botánico
y que con esta vida ya está
me conformo
cometí la experiencia
y que estoy
muy cansado.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argetina-
POEMA
A LA EDAD DE 51, MUERE EN MATANZAS, CUBA,EL AMIGO POETA FERNANDO GARCÍA GARCÍA
1
En la ciudad de los Llés
murió Fernando García,
y hoy vemos la poesía
con sus astas al revés.
De Plácido y Milanés
llora la gris sementera,
y la brisa henequenera,
del Yumurí y el San Juan,
pretende subir de El Pan
la irreversible escalera.
2
Los bueyes de la llanura
mugen por detrás del Abra
mientras Fernandito labra
los campos de su premura.
Y para que la amargura
no mustie el amanecer,
Matanzas de hoy y de ayer,
y de mañana… se inspira
con las flores que le tira
nuestra Carilda Oliver…
3
A la mitad del esplín,
donde la tarde fallece,
como en letargo fenece
la paloma de Agustín.
De la vareta de un güin
espiga nácar en plinto,
y en el hondo laberinto
que el atardecer angustia
muere sin alpiste, mustia,
las tórtola de Jacinto.
4
Poetas de altos detalles,
desde Gabriel a Mederos,
han pastoreado luceros
de Matanzas en sus valles.
Quien paseé por Versalles,
sus playas y sus arenas,
sabe llevar en sus venas
sus poéticas premisas
porque de sales y brisas
vive la cubana Atenas.
5
Pero, puede ser, Fernando,
que El Canímar desenreje
sus penas junto al ateje
por donde sigue pasando.
Y no te olvides que cuando
llueva allá por Sabanilla,
en sus aguas sin gravilla
––agua de los aguaceros ––
te traiga algunos luceros
que dejaste en la otra orilla.
Francisco Henríquez-Miami, EUA-
1
En la ciudad de los Llés
murió Fernando García,
y hoy vemos la poesía
con sus astas al revés.
De Plácido y Milanés
llora la gris sementera,
y la brisa henequenera,
del Yumurí y el San Juan,
pretende subir de El Pan
la irreversible escalera.
2
Los bueyes de la llanura
mugen por detrás del Abra
mientras Fernandito labra
los campos de su premura.
Y para que la amargura
no mustie el amanecer,
Matanzas de hoy y de ayer,
y de mañana… se inspira
con las flores que le tira
nuestra Carilda Oliver…
3
A la mitad del esplín,
donde la tarde fallece,
como en letargo fenece
la paloma de Agustín.
De la vareta de un güin
espiga nácar en plinto,
y en el hondo laberinto
que el atardecer angustia
muere sin alpiste, mustia,
las tórtola de Jacinto.
4
Poetas de altos detalles,
desde Gabriel a Mederos,
han pastoreado luceros
de Matanzas en sus valles.
Quien paseé por Versalles,
sus playas y sus arenas,
sabe llevar en sus venas
sus poéticas premisas
porque de sales y brisas
vive la cubana Atenas.
5
Pero, puede ser, Fernando,
que El Canímar desenreje
sus penas junto al ateje
por donde sigue pasando.
Y no te olvides que cuando
llueva allá por Sabanilla,
en sus aguas sin gravilla
––agua de los aguaceros ––
te traiga algunos luceros
que dejaste en la otra orilla.
Francisco Henríquez-Miami, EUA-
CAFÉ PROVINCIANO
(I)
El Café silencioso de la esquina,
¿vive de soledad o de esperanza?
Sobre las mesas, la memoria danza
valses lejanos. Esa bailarina
vaporosa, invisible, compagina
nostálgicos recuerdos, añoranza
de pasados que evoca, y acechanza
de posibles futuros que adivina.
Desierto está, ya casi en la frontera
de la tarde otoñal. La cristalera
revela a contraluz su intimidad.
Una hora más, y errática afluencia
de gentes en arrastre de impaciencia,
turbará su gentil tranquilidad.
(II)
Tiempos eran de paz, cuando la vida
no disfraza su casta de aldeana,
y puede un hombre, desde su ventana,
ver el mundo cortado a su medida.
Y eran tiempos de atmósfera encendida
que al espíritu eleva y engalana,
abriendo tránsitos al alma hermana
que ve más el abrazo que la herida.
El Café era quietud, tal como ahora,
y dentro, en la penumbra acogedora,
eras sosiego, espera, ofrecimiento.
Y me senté a tu lado. Con la mía
coincidió tu sonrisa. Parecía
que se me iluminara el firmamento.
(III)
Nuestro coloquio, de aire intrascendente,
fue tornándose abierto, sugestivo,
corcel nervioso que en la piel cautivo
reventara en galope efervescente.
El rubor de tu rostro, inconsistente
con la sed de tus labios en furtivo
desliz de ligereza, fue el motivo
de mi anticipación. Besé tu frente.
Intenté decir algo, mas tu beso
me cerró las palabras, y confieso
que mi primer intento fue tu acción.
Nos miramos de pronto. Sonreíste.
Y la luz que en los ojos encendiste
tenía un no sé qué de seducción.
(IV)
Se abrieron las escalas del piano
en abanico de hálito sonoro,
y el bolero me abría cada poro,
filtrándose en mi espíritu. Tu mano
daba a la mía ese calor humano
que tanto en tiempos de orfandad añoro.
Tú sabes de eso. Cuanto más te exploro,
más en ti me descubro en cada plano.
Bailamos. La canción, que ambos sabemos,
no necesita letra. La entendemos
como si ambos la hubiéramos escrito.
Es la historia de dos almas gemelas
en solitarias vidas paralelas
que se acoplan mirando al infinito.
(V)
Bailas. Te mueves casi sin moverte
al ritmo de esta música tan lenta,
que tu abrazo de niña somnolienta
no envisiona razón que la despierte.
Sueñas, tal vez; y sobre mí revierte
la visión que en tu espíritu se asienta,
que me revitaliza y acrecienta
mi deseo de ti. Puedo quererte
en formas y vigor nunca ensayados,
con todos mis sentidos desatados,
como primera y última mujer.
Cada paso menudo, cada giro
casi a cámara lenta, y tu suspiro,
me sugieren que acabo de nacer.
(VI)
Atardece. La gente va llegando.
Se despiertan los frívolos sonidos
que subvierten la música y, vencidos,
van los boleros relegando el mando.
Perdió el ambiente su carácter blando;
ya no es clima de amantes, mas de olvidos
a las copas de vino remitidos,
bajo risas y voces naufragando.
Tienes forma de alondra cuyo vuelo
ha sido interrumpido; pero el cielo
aun te ofrece ocasiones de soñar.
Vamos, mujer. La noche se aproxima,
y cada calle oscura legitima
las más ambiguas técnicas de amar.
(VII)
Nace la noche, luces y misterio.
Por la calleja en calma, semioscura,
puede ser sobresalto o aventura
el beso audaz con tintes de adulterio.
Solemne beso, enteramente serio,
ilegal, mas no turbio, en apertura
de la sensualidad y la ternura
evadiendo agobiante cautiverio.
Porque todos, los tímidos, los bravos,
tenemos en nosotros más de esclavos
de lo que decidimos admitir.
Me siento libre entre tus brazos. Pienso
que todo lo demás queda en suspenso.
¿Qué puede con tu beso competir?
(VIII)
Las voces del Café suenan lejanas,
flojas palabras a la luz de un sueño;
y en esta esquina en que de ti me adueño,
de tus blandos deseos me engalanas.
Suena un rumor distante de campanas,
y el mundo, de repente, es tan pequeño
que termina en nosotros, y desdeño
cuanto hay fuera de ti, de tus mañanas.
Porque al darme esta noche, ya ambiciono
todos tus días, y me condiciono
a contemplarte en cada amanecer.
Ay, mujer de cristal, entre mis brazos;
no te me quiebres nunca; tus pedazos
arduos serían de recomponer.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-
NOCHE DE PURPURINA
Noche de purpurina estrellada, sudor, baile y piercing.
La purpurina pegada a tu bronceada piel y las carnes fundidas entre poros.
Un ritmo latino de acompasados pasos, un, dos, un dos.
Las manos estrechadas por el calor de nuestros cuerpos.
Tu purpurina no se rendía en la noche de música.
Se prodigaron los bailes de ropas sudorosas.
Noche de purpurina, piercing y pasión.
Más el frenetico ritmo que nos poseyó alocadamente.
Tu purpurina destelleaba mil fulgores en tu rostro cálido e insinuante
Tu y yo entre el deseo o la utopía de una noche purpurinada.
Murieron los encuentros de baile y musica con purpurina...
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
La purpurina pegada a tu bronceada piel y las carnes fundidas entre poros.
Un ritmo latino de acompasados pasos, un, dos, un dos.
Las manos estrechadas por el calor de nuestros cuerpos.
Tu purpurina no se rendía en la noche de música.
Se prodigaron los bailes de ropas sudorosas.
Noche de purpurina, piercing y pasión.
Más el frenetico ritmo que nos poseyó alocadamente.
Tu purpurina destelleaba mil fulgores en tu rostro cálido e insinuante
Tu y yo entre el deseo o la utopía de una noche purpurinada.
Murieron los encuentros de baile y musica con purpurina...
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
DELIRIO
Entre el grito y el silencio
y entre el silencio y el grito;
entre el vino y el cristal
y entre el cristal y el vino;
entre la dócil manada
y el indómito individuo;
entre la rama y la hoja
y entre el polvo y el camino
un ángel niño alza el vuelo
victorioso hacia si mismo.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
y entre el silencio y el grito;
entre el vino y el cristal
y entre el cristal y el vino;
entre la dócil manada
y el indómito individuo;
entre la rama y la hoja
y entre el polvo y el camino
un ángel niño alza el vuelo
victorioso hacia si mismo.
JUAN CERVERA SANCHIS -México-
A VUELTAS CON LA LITERATURA
A vueltas con la literatura con Ramón Luque en Radio La Isla : los cuentos de tradición oral y nuestro viaje alrededor del mundo
Hace una semana pasamos una tarde agradable y divertida con nuestro amigo Ramón Luque en Radio La Isla de San Fernando.
Nos invitó a Juanjo y a mi a su programa "A vueltas con la literatura" y estuvimos charlando sobre nuestro viaje alrededor del mundo y sobre los cuentos/leyendas/historias de tradición oral que fuimos encontrando por el camino.
Fue entretenido para nosotros y nos sentimos como si los micrófonos no existiesen, como delante de una café en cualquier cafetería conocida y delante de un amigo que es un buen "escuchador", virtud que se va perdiendo y yo echo en falta en muchas personas que me rodean y cuyo afán es el monólogo. En este caso nos dio a nosotros la palabra durante casi todo el progrma porque estaba afónico, como veréis en la grabación, pero doy fe de su capacidad de diálogo y de hacer agradables las conversaciónes jugando a fluir en la conversación.
Publicado por Montse Gómezen su blog dedondelashadas.
MUJER BAJANDO ESCALERAS
Sumiso el miedo,
te ofreces paso a paso,
cuando bajas los escalones
que a tu son se abren
como el mar ante Moisés.
Con el aplomo de tus pómulos tristes
y tus tacones altivos como ofrendas auditivas,
trenzas con la seguridad de la constancia,
y tiernos gestos,
la huida.
Da miedo
la seguridad de tus curvas
que como kilómetros de heno y talco,
se cosen de miradas
y de pensamientos acuosos.
Pero se que te precede la novela de tu vida,
lo que me obliga,
si quiero,
a llorar con lágrimas de mármol,
sabiendo de tus despechos y condenas consumadas.
Te miras de reojo en el espejo
y lo que ves no es real,
es como si una cena fría
gritara su vacío
en un hotel de cinco estrellas.
Y entonces,
como una tormenta en la tiniebla,
desbordas tu rabia contenida
y huyes hacia delante
con tu cuerpo de platino por bandera.
Y decides ser tu misma
solo en tí,
sola en tí,
para tí.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
te ofreces paso a paso,
cuando bajas los escalones
que a tu son se abren
como el mar ante Moisés.
Con el aplomo de tus pómulos tristes
y tus tacones altivos como ofrendas auditivas,
trenzas con la seguridad de la constancia,
y tiernos gestos,
la huida.
Da miedo
la seguridad de tus curvas
que como kilómetros de heno y talco,
se cosen de miradas
y de pensamientos acuosos.
Pero se que te precede la novela de tu vida,
lo que me obliga,
si quiero,
a llorar con lágrimas de mármol,
sabiendo de tus despechos y condenas consumadas.
Te miras de reojo en el espejo
y lo que ves no es real,
es como si una cena fría
gritara su vacío
en un hotel de cinco estrellas.
Y entonces,
como una tormenta en la tiniebla,
desbordas tu rabia contenida
y huyes hacia delante
con tu cuerpo de platino por bandera.
Y decides ser tu misma
solo en tí,
sola en tí,
para tí.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
HASTA CUANDO
Ya no sé que decir que no haya dicho
respecto al carril-bici en Ciudad Real,
me duele el esqueleto y hasta el alma
de tanto, tanto y más reivindicar
este derecho que el ciclista tiene
y se le niega en esta Capital.
Alcaldesa, despierte de una vez
y en el avance no se quede atrás,
cumpla con ese eslogan que sacó,
que en carteles está por la ciudad
e incluso puesto va en los autobuses
bien colocado en el panel de atrás,
que en una foto, con letras grandes dice:
“CIUDAD REAL TE ENAMORA”, ¿dónde está
ese enamoramiento, si carece
de un carril-bici urbano, primordial
para que los ciclistas se desplacen
por las calles con cierta libertad,
no arriesgando sus vidas cada día
pedaleando desde aquí hacia allá
empaquetados por entre los coches
como única manera de rodar,
para ir de un lado al otro a hacer sus cosas
montados en dos ruedas y a pedal,
no produciendo contaminación
para así no ensuciar a la Ciudad?
─ ¿no ve usted las ventajas, alcaldesa,
cuándo cuenta del hecho se va a dar?
pensamos que ya es hora, pues seis años
llevamos los ciclista de “A PEDAL”
con reivindicaciones cada mes
y de esto usted no se quiere enterar.
¡Por favor se lo pido aquí en mis versos
y a manera de ruego una vez más,
mande hacer de una vez el carril-bici,
que es algo que le falta a esta ciudad…!
Manuel MEJÍA SÁNCHEZCAMBRONERO-Ciudad Real-
A CONTINGENTE DE “MASACRÍTICA” Y A PEDAL, POR SU CONSTANCIA EN ESTA LUCHA REIVINDICATIVA. DE SEIS AÑOS, PEDALADA A PEDALADA..-
respecto al carril-bici en Ciudad Real,
me duele el esqueleto y hasta el alma
de tanto, tanto y más reivindicar
este derecho que el ciclista tiene
y se le niega en esta Capital.
Alcaldesa, despierte de una vez
y en el avance no se quede atrás,
cumpla con ese eslogan que sacó,
que en carteles está por la ciudad
e incluso puesto va en los autobuses
bien colocado en el panel de atrás,
que en una foto, con letras grandes dice:
“CIUDAD REAL TE ENAMORA”, ¿dónde está
ese enamoramiento, si carece
de un carril-bici urbano, primordial
para que los ciclistas se desplacen
por las calles con cierta libertad,
no arriesgando sus vidas cada día
pedaleando desde aquí hacia allá
empaquetados por entre los coches
como única manera de rodar,
para ir de un lado al otro a hacer sus cosas
montados en dos ruedas y a pedal,
no produciendo contaminación
para así no ensuciar a la Ciudad?
─ ¿no ve usted las ventajas, alcaldesa,
cuándo cuenta del hecho se va a dar?
pensamos que ya es hora, pues seis años
llevamos los ciclista de “A PEDAL”
con reivindicaciones cada mes
y de esto usted no se quiere enterar.
¡Por favor se lo pido aquí en mis versos
y a manera de ruego una vez más,
mande hacer de una vez el carril-bici,
que es algo que le falta a esta ciudad…!
Manuel MEJÍA SÁNCHEZCAMBRONERO-Ciudad Real-
A CONTINGENTE DE “MASACRÍTICA” Y A PEDAL, POR SU CONSTANCIA EN ESTA LUCHA REIVINDICATIVA. DE SEIS AÑOS, PEDALADA A PEDALADA..-
miércoles, 28 de marzo de 2012
REIVINDACIÓN
Este es un cuadro de los expuesto en la III Exposición la Mujere y las Artes Abrazos
Se sienta así en señal
de protesta porque quiere
ser libre de hacer
lo que le plazca
sin que nadie le recrimine.
Quizás piensen que es una postura
atrevida, poco decorosa,
pero es la que le apetece
en ese momento para reivindicar
sus ansias de libertad.
No entiende que siempre
haya alguien que diga
que tienes que hacer
cómo lo tienes que hacer
sin que importe su opinión.
Pero ella desde esta pintura
tumbada sobre el sofá
rompe las ataduras
y hace lo que desea
y cómo lo desea.
JOSÉ LUIS RUBIO
ARQUITECTO VIRTUAL
Este es uno de los poemas presentado al II Certamen Internacional "Poemas de Amor"
Diseñas mis pasiones
entre renglones blancos
de anónimas balaustradas,
y el sobrio trazo
de lápices y carboncillos.
Construyes puentes y caminos
con el rottring de tu mirada
por el que transita
mi soledad, y ansias de volar.
Me creas
me destruyes
me resucitas…
Dibujas mi silueta evanescente
a golpe de tecla ordenada
y tinta sangrante,
cual androide futurista
de un pasado
de pérgolas
y lágrimas encontradas.
Aguardando tu final,
entre sueños compartidos
y máquinas ambiciosas
en busca de humanidad.
NATALIA VIANA NEBOT-Castellón-
Diseñas mis pasiones
entre renglones blancos
de anónimas balaustradas,
y el sobrio trazo
de lápices y carboncillos.
Construyes puentes y caminos
con el rottring de tu mirada
por el que transita
mi soledad, y ansias de volar.
Me creas
me destruyes
me resucitas…
Dibujas mi silueta evanescente
a golpe de tecla ordenada
y tinta sangrante,
cual androide futurista
de un pasado
de pérgolas
y lágrimas encontradas.
Aguardando tu final,
entre sueños compartidos
y máquinas ambiciosas
en busca de humanidad.
NATALIA VIANA NEBOT-Castellón-
MI RETRATO
Al contemplar mi retrato que está en un clavo pendiente,
noto el marcado contraste por tantos años que han pasado.
Mi figura ahí está joven, en cambio, el marco ovalado,
en víctimas se ha trocado de la polilla inclemente.
En mi retrato, aún no tengo las canas sobre mi frente,
ni ostento rugosidades me éste... hoy mi rostro ajado
lleva la huella indeleble de ese tiempo que han pasado
guiando al sol de esta mi vida, que se aproxima al Poniente.
Mas, mi retrato me lleva hacia el pasado lejano
y acuden en procesión, mis romances con las "ellas"
que al desfilar por mi vida retornaron al Arcano.
Llevaron pendiente al cuello mi retrato aquellas bellas,
en recuerdo del romance... que pasajero y profano
me brindaron y partieron, como fugaces estrellas.
GABRIEL MEZA DEL RIVERO-México-
noto el marcado contraste por tantos años que han pasado.
Mi figura ahí está joven, en cambio, el marco ovalado,
en víctimas se ha trocado de la polilla inclemente.
En mi retrato, aún no tengo las canas sobre mi frente,
ni ostento rugosidades me éste... hoy mi rostro ajado
lleva la huella indeleble de ese tiempo que han pasado
guiando al sol de esta mi vida, que se aproxima al Poniente.
Mas, mi retrato me lleva hacia el pasado lejano
y acuden en procesión, mis romances con las "ellas"
que al desfilar por mi vida retornaron al Arcano.
Llevaron pendiente al cuello mi retrato aquellas bellas,
en recuerdo del romance... que pasajero y profano
me brindaron y partieron, como fugaces estrellas.
GABRIEL MEZA DEL RIVERO-México-
ESPEJO CRISTALINO
Allá en el margen del mar,
rugen tus olas en coplas de viento y abanicos,
agitándose como niño en vientre,
a buscar el silencio y encontrarse en el mismo.
Reina en esos parajes,
donde las olas fugaces se pierden,
llegan y gimen las ballenas,
en misterioso lenguaje.
Espejo cristalino con leche de espuma,
autores de doncellas,
mas un corazón amante espiante contempla,
a la luz de la luna.
O viene a reír de sus ensueños,
o a llorar sus pesares,
ella cautelosa, a todos acoge,
como las grandes, guarda sus secretos.
Sin que la noche los advierta,
sueños de barcos sumergidos,
saliendo con las primeras luces,
fantasmas vivientes arrancando de ilusiones.
A tu orilla se peina a la niña,
sus trenzas de oro adornadas de caracolas,
racimos de peces de marfiles,
en danzas de delfines.
Eres la lámpara del mundo,
al unirte con la altura azulada,
eres la reina de los océanos,
de las costas y valles.
Bendita creación
de aguas saladas,
tus olas nos bañan
como perfume de flor.
ERIKA RUIZ SEPÚLVEDA-Chile-
rugen tus olas en coplas de viento y abanicos,
agitándose como niño en vientre,
a buscar el silencio y encontrarse en el mismo.
Reina en esos parajes,
donde las olas fugaces se pierden,
llegan y gimen las ballenas,
en misterioso lenguaje.
Espejo cristalino con leche de espuma,
autores de doncellas,
mas un corazón amante espiante contempla,
a la luz de la luna.
O viene a reír de sus ensueños,
o a llorar sus pesares,
ella cautelosa, a todos acoge,
como las grandes, guarda sus secretos.
Sin que la noche los advierta,
sueños de barcos sumergidos,
saliendo con las primeras luces,
fantasmas vivientes arrancando de ilusiones.
A tu orilla se peina a la niña,
sus trenzas de oro adornadas de caracolas,
racimos de peces de marfiles,
en danzas de delfines.
Eres la lámpara del mundo,
al unirte con la altura azulada,
eres la reina de los océanos,
de las costas y valles.
Bendita creación
de aguas saladas,
tus olas nos bañan
como perfume de flor.
ERIKA RUIZ SEPÚLVEDA-Chile-
GAVIOTA SOLITARIA
Al comparar
el vuelo de una gaviota
con el caminar
de un hombre solitario se dirá
que al individuo lo puede asediar la depresión
en cambio
la gaviota se deja asediar por el viento
y eso la mantiene serena y sin tormentos.
Una gaviota en altamar
unas alas que ahora quieren caminar
unas patas que ahora quieren volar
y un ave con unas ganas de decir:
"Quisiera que en un día de abril
baje del cielo un querubín
y que me traiga a una compañera para mí..."
Y al amanecer de un día, despertar
con el canto de las aves y la oscuridad
con el bullicio de las calles y la soledad
y con la idea
de querer dejar la monotonía
y salir a cazar a la hembra requerida.
Una gaviota en aislamiento
una persona en el desierto
-la soledad que cruel tormento-
la gaviota volará mar adentro
y se unirá con las aves ribereñas
y al retornar
le traerán la compañía apropiada
a esa persona que tanto la buscaba...
ARNALDO ARNULFO PADILLA-Perú-
el vuelo de una gaviota
con el caminar
de un hombre solitario se dirá
que al individuo lo puede asediar la depresión
en cambio
la gaviota se deja asediar por el viento
y eso la mantiene serena y sin tormentos.
Una gaviota en altamar
unas alas que ahora quieren caminar
unas patas que ahora quieren volar
y un ave con unas ganas de decir:
"Quisiera que en un día de abril
baje del cielo un querubín
y que me traiga a una compañera para mí..."
Y al amanecer de un día, despertar
con el canto de las aves y la oscuridad
con el bullicio de las calles y la soledad
y con la idea
de querer dejar la monotonía
y salir a cazar a la hembra requerida.
Una gaviota en aislamiento
una persona en el desierto
-la soledad que cruel tormento-
la gaviota volará mar adentro
y se unirá con las aves ribereñas
y al retornar
le traerán la compañía apropiada
a esa persona que tanto la buscaba...
ARNALDO ARNULFO PADILLA-Perú-
MI SUEÑO
Una vez temí que jamás
encontraría a alguien
a quien querer de verdad.
Quería alguien perfecto,
al menos para mí.
Una manera especial de hablar,
una forma sincera de escuchar,
sin temor de reír ni de llorar;
ternura y comprensión,
alegría y estímulo;
alguien que llenara
mi corazón de dicha...
Creo que esperaba mucho.
¡Pero tenía fe!
Y creía que algún día
el encanto particular de alguien
transformaría mi vida.
Pero toda esa espera,
toda la soledad,
todos los momentos en que casi desistí,
valieron la pena,
han dado sus frutos.
Y es verdad que los deseos se hacen realidad,
porque lo que siempre he deseado
no es un sueño...
eres tú.
CAROLINA GALÁN SUÁREZ-Torrelavega-
encontraría a alguien
a quien querer de verdad.
Quería alguien perfecto,
al menos para mí.
Una manera especial de hablar,
una forma sincera de escuchar,
sin temor de reír ni de llorar;
ternura y comprensión,
alegría y estímulo;
alguien que llenara
mi corazón de dicha...
Creo que esperaba mucho.
¡Pero tenía fe!
Y creía que algún día
el encanto particular de alguien
transformaría mi vida.
Pero toda esa espera,
toda la soledad,
todos los momentos en que casi desistí,
valieron la pena,
han dado sus frutos.
Y es verdad que los deseos se hacen realidad,
porque lo que siempre he deseado
no es un sueño...
eres tú.
CAROLINA GALÁN SUÁREZ-Torrelavega-
COMO ETERNO TEMOR
Alguien quiso salvar los transeúntes
(temían del jinete apocalíptico
a veces imparcial, otras elípticos
en el humo mordaz de sus apuntes)
Preludiando la voz dijo: "No juntes
a locos desleales con la gloria".
Debe haber una línea divisoria
entre el agua y el vicio del desierto.
Quien separa lo hermoso de lo muerto
encuentra del temor escapatoria."
Yo rasgué mis vestidos, lentamente
como quien no escuchaba su discurso
(mi oración era el último recurso
para inclinarme dulce y reverente)
alguien quiso salvarme en elocuente
señal, y dio una brújula a mi credo
yo intenté ese camino,
y hoy no puedo
orientar a otros rumbos mi memoria
porque puse mi fe en la escapatoria
aunque, de todos modos, tenga miedo.
ODALYS LEYVA ROSABAL-Cuba-
(temían del jinete apocalíptico
a veces imparcial, otras elípticos
en el humo mordaz de sus apuntes)
Preludiando la voz dijo: "No juntes
a locos desleales con la gloria".
Debe haber una línea divisoria
entre el agua y el vicio del desierto.
Quien separa lo hermoso de lo muerto
encuentra del temor escapatoria."
Yo rasgué mis vestidos, lentamente
como quien no escuchaba su discurso
(mi oración era el último recurso
para inclinarme dulce y reverente)
alguien quiso salvarme en elocuente
señal, y dio una brújula a mi credo
yo intenté ese camino,
y hoy no puedo
orientar a otros rumbos mi memoria
porque puse mi fe en la escapatoria
aunque, de todos modos, tenga miedo.
ODALYS LEYVA ROSABAL-Cuba-
PINTOR SEDENTE
Tras la calle un pintor sedente.
Acuarela de presencias encendida.
Obrador ajeno urdiendo amaneceres.
Ese discurrir en luz y vida.
Quien trazaba bodegones o enseres
recostados entre inertes claroscuros,
aquel tornasol prendiere,
cual exceso contrapunto.
Desde el muro enrejado,
en su salto un niño.
Bajo el gris más amargo,
pide el pobre otro sino.
Tres cigüeñas encumbran la torre.
¡Agólpense nidos y campanas!
Invisibles, no florecen los sones;
aunque recia la espadaña.
Pincel que caricias difumina
a la espera del amor certero,
llamea, sin rosal y melodía,
suave beso en rojo intenso.
Y cuando la errante estela
ennegrece tonos ocres,
deja el pintor la paleta
en busca de nuevos soles.
JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ LLAMAS-Zamora-
Acuarela de presencias encendida.
Obrador ajeno urdiendo amaneceres.
Ese discurrir en luz y vida.
Quien trazaba bodegones o enseres
recostados entre inertes claroscuros,
aquel tornasol prendiere,
cual exceso contrapunto.
Desde el muro enrejado,
en su salto un niño.
Bajo el gris más amargo,
pide el pobre otro sino.
Tres cigüeñas encumbran la torre.
¡Agólpense nidos y campanas!
Invisibles, no florecen los sones;
aunque recia la espadaña.
Pincel que caricias difumina
a la espera del amor certero,
llamea, sin rosal y melodía,
suave beso en rojo intenso.
Y cuando la errante estela
ennegrece tonos ocres,
deja el pintor la paleta
en busca de nuevos soles.
JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ LLAMAS-Zamora-
CIENTO TRECE
Las siete y cuarto, una vez más anochece
sobre la ciudad. El colectivo se acerca a la
esquina como un animal cansado, desborda
pasajeros por ambas puertas. Desde la
parada veo la espalda del último arriesgado
que intenta mantener un equilibrio
imprescindible entre el escalón inferior y la
calle. Bonito golpe, si resbala. De todas
formas, en un momento más yo tomaré el
mismo riesgo, si es que consigo subir. Estiro
un brazo al frente y el vehículo se detiene con
un silbido de fastidio. Se estremece al frenar.
Por fin. Ya llevaba unos quince minutos de
espera. Las siete y cuarto, otra vez muy tarde.
Oscurece. Si hay algo que me hace sentir mal,
es eso. Salgo en medio de la oscuridad de la
madrugada, regreso en las penumbras del
anochecer. Como si no viviera. Como si fuera
un objeto. Una idea descabellada, claro, una
loca conclusión: los objetos también están
presentes a la luz del día. O sea: menos que
un objeto.
Qué tal, cómo te fue hoy, sin novedad, y a
ti, regular, un día como todos. Alejandra corre
a la cocina a calentar algo. No nos miramos.
¿Por qué siempre corre? Pareciera que el
tiempo no le alcanza, aún cuando los horarios
siempre le resultaron indiferentes. Hace
tiempo que no nos miramos. Por qué corres.
Estoy un poco apurada, tengo que pasar por
casa de mamá. Mis manos juegan, nerviosas,
tengo que hacer un gran esfuerzo para no
demostrar mi ansiedad. Miro el teléfono pero
todavía no es tiempo de llamar. Alejandra
toma un par de cosas, el bolso, unos papeles.
Se aleja hacia la puerta, con prisa. Si vas a
salir no te olvides de dar dos vueltas de llave,
dice. Sabe que no voy a salir. No importa, es
igual. Por fin me siento libre. Tomo el aparato
y marco esos números, como si fueran la
clave de la libertad provisional: uno uno tres.
Al principio, quiero decir, durante los
primeros tiempos con Alejandra, también
sufría el invierno. Parecía que sólo vivía en
casa durante la noche. Claro, en esa época
era diferente. El entusiasmo del encuentro
nocturno borraba toda sensación amarga. Era
un oasis temporal, mientras esperábamos el
fin de semana con ansias para vernos bajo el
sol. Así decíamos, "vernos bajo el sol". No
parece cierto que todo eso sucedió hace
apenas cinco años, cinco largos años que
sirvieron para silenciar nuestros días y
alejarnos cada vez más. Luego, tomé la
costumbre de trabajar hasta tarde. Llegar a
casa era como enfrentarme a un desierto y
caminar, caminar hacia el final sin siquiera
saber a qué distancia se encontraba el oasis.
La cosa comenzó hace unos quince días.
Esa árida relación entre Gustavo y Alejandra
sólo se veía adornada por ciertos reproches
velados, posibles comienzos de una riña que
no llegaba a prosperar. Como aquéllos que
pretenden amarse o se aman ya y, a causa de
una cierta inseguridad inexplicable, sólo
atinan a discutir, casi el remedo de la
ceremonia amorosa de algunas aves. Sólo
que en este caso la situación era otra, tensión,
regaños escondidos en palabras con
apariencia amable.
—¿Qué te pasa con ese bendito teléfono?
¿No vas a cenar?
—Es un segundo, voy a consultar la hora.
Me parece que mi reloj está atrasado.
—La hora, la hora. Siempre preocupado
por la hora. Esa ansiedad te va a matar.
Alejandra se arrepiente, mueve la mano
en una diminuta señal de la cruz que culmina
con un beso leve sobre la uña de su pulgar.
—Perdón, perdón, no quise decir eso.
Pero es que ¿qué importancia tiene un minuto
más o un minuto menos? ¿Todo tiene que ser
tan exacto en tu vida?
Se levantó de la mesa con toda la
precisión de su cuerpo pequeño, entrenado,
flexible. Desapareció detrás de la puerta de
calle.
El hallazgo no tenía más que un par de
semanas. Sucedió en medio de una de esas
noches áridas, vacías. Alejandra salió, como
tantas veces: si vas a salir dale dos vueltas a
la llave. Yo no iba a salir. Levanté el auricular
para verificar la hora. Esperaba una voz
metálica que respondiera: “ocho horas,
veintidós minutos, quién sabe cuántos
segundos”. En cambio, escuché una infinidad
de voces en una mezcla informe, algunas
remotas, otras más cercanas. Es el colmo,
pensé. Maldecía mientras abandonaba el tubo
sobre la horquilla del aparato negro, ahora
más negro que nunca. Algo sucedió, sin
embargo. Esta ansiedad que no es de ahora,
que lleva tanto tiempo como nuestros
silencios, me empujó a actuar de otra manera.
Repetí la maniobra, alcé el auricular y mi dedo
marcó los tres dígitos, como una clave para el
ingreso en un mundo extraño. Y así fue. Una
vez más, logré oír aquel enjambre de voces
que parecían provenir de diferentes lugares.
Apenas audibles o tan cercanas como si mis
interlocutores se encontraran a mi lado. Con
timidez dije: “Hola”. Un tono femenino especial
acarició mi oído con una pregunta. “Oigan,
¿alguien sabe la hora exacta? Parece que el
servicio no funciona”. Hubo algunas risas. Tal
vez el más apropiado para dar la respuesta
fuera yo, el maniático que consulta la hora por
placer. Digo, porque mi reloj siempre está en
punto. “Las ocho y cuarenta y nueve”,
respondí. “Los segundos te los debo”. Allí
comenzó todo. Desde entonces esa voz fue la
isla que me rescataba de un mar quieto e
interminable, del hastío de cada noche.
Hablamos y hablamos, entre multitud de
voces, un murmullo que ya no era nuestro, un
rumor que ya no oíamos. Supimos nuestros
nombres, Gustavo, Belén, dónde vivíamos,
aunque sin precisiones, claro, algo debe
quedar en ese misterio que atrapa, que acerca
a dos desconocidos.
“El club del ciento trece”, se dio en llamar
a aquella conferencia anárquica en medio de
la cual hubo reencuentros de amigos, noticias
de otras áreas de la ciudad, bromas de mal
gusto y vecinos furibundos que ejercieron su
rabia con palabras soeces, comunicación
ligada que les daba la excusa para desatar
una ira encubierta por el anonimato. Para mí,
era el pretexto para una mínima evasión de
cada día, el reemplazo de aquellas noches en
que, con Alejandra, alentábamos la esperanza
de un fin de semana de sol y compañía.
“Vernos bajo el sol”. Por qué no hemos
hablado de nuestra situación. Por qué, si esto
se deteriora y se malogra día a día, noche a
noche. A lo mejor porque no estamos
preparados para asumir los cambios, una
posición cobarde que nos sumerge en un
espacio cómodo en apariencia, aunque
mezquino, tan alejado de la felicidad que
soñamos una vez.
Belén vivía en San Juan, un barrio algo
alejado del centro. No pude resistirme a
imaginarla. Más bien, su voz comenzó a
envolver mis fantasías hasta que creí
conocerla, a pesar de lo reciente de nuestra
relación telefónica. Ahora era el momento de
tomar una decisión. Hubo al principio cierta
timidez, acaso algo de desconfianza. Con el
correr de los días esos sentimientos dieron
paso al deseo de conocernos más, la idea de
establecer un acercamiento verdadero. Esta
noche era la noche. Íbamos por fin a arreglar
nuestra primera cita. Una cierta emoción me
estremecía. Una mezcla de deseo, atracción y
miedo. Me acerqué al teléfono. Otra vez el
índice, húmedo, cauto, marcó el código
secreto: uno, uno, tres. Un segundo de
silencio, tal vez menos. Una voz al otro lado
respondió, con frialdad: “nueve horas, dos
minutos, treinta segundos”.
Escucho el ruido de la llave al girar. La
sala está en penumbras, mis sienes
soportadas por las palmas de mis manos. No
puedo dejar de pensar. Alejandra se acerca,
qué haces ahí sentado a estas horas.
¿Pusiste tu reloj en hora?, murmura con un
dejo burlón.
—Mira, Alejandra. Te estaba esperando.
Siéntate, por favor. Tenemos que hablar.
MARIO FERRARI
Publicado en la revista Estrellas Poéticas 47
sobre la ciudad. El colectivo se acerca a la
esquina como un animal cansado, desborda
pasajeros por ambas puertas. Desde la
parada veo la espalda del último arriesgado
que intenta mantener un equilibrio
imprescindible entre el escalón inferior y la
calle. Bonito golpe, si resbala. De todas
formas, en un momento más yo tomaré el
mismo riesgo, si es que consigo subir. Estiro
un brazo al frente y el vehículo se detiene con
un silbido de fastidio. Se estremece al frenar.
Por fin. Ya llevaba unos quince minutos de
espera. Las siete y cuarto, otra vez muy tarde.
Oscurece. Si hay algo que me hace sentir mal,
es eso. Salgo en medio de la oscuridad de la
madrugada, regreso en las penumbras del
anochecer. Como si no viviera. Como si fuera
un objeto. Una idea descabellada, claro, una
loca conclusión: los objetos también están
presentes a la luz del día. O sea: menos que
un objeto.
Qué tal, cómo te fue hoy, sin novedad, y a
ti, regular, un día como todos. Alejandra corre
a la cocina a calentar algo. No nos miramos.
¿Por qué siempre corre? Pareciera que el
tiempo no le alcanza, aún cuando los horarios
siempre le resultaron indiferentes. Hace
tiempo que no nos miramos. Por qué corres.
Estoy un poco apurada, tengo que pasar por
casa de mamá. Mis manos juegan, nerviosas,
tengo que hacer un gran esfuerzo para no
demostrar mi ansiedad. Miro el teléfono pero
todavía no es tiempo de llamar. Alejandra
toma un par de cosas, el bolso, unos papeles.
Se aleja hacia la puerta, con prisa. Si vas a
salir no te olvides de dar dos vueltas de llave,
dice. Sabe que no voy a salir. No importa, es
igual. Por fin me siento libre. Tomo el aparato
y marco esos números, como si fueran la
clave de la libertad provisional: uno uno tres.
Al principio, quiero decir, durante los
primeros tiempos con Alejandra, también
sufría el invierno. Parecía que sólo vivía en
casa durante la noche. Claro, en esa época
era diferente. El entusiasmo del encuentro
nocturno borraba toda sensación amarga. Era
un oasis temporal, mientras esperábamos el
fin de semana con ansias para vernos bajo el
sol. Así decíamos, "vernos bajo el sol". No
parece cierto que todo eso sucedió hace
apenas cinco años, cinco largos años que
sirvieron para silenciar nuestros días y
alejarnos cada vez más. Luego, tomé la
costumbre de trabajar hasta tarde. Llegar a
casa era como enfrentarme a un desierto y
caminar, caminar hacia el final sin siquiera
saber a qué distancia se encontraba el oasis.
La cosa comenzó hace unos quince días.
Esa árida relación entre Gustavo y Alejandra
sólo se veía adornada por ciertos reproches
velados, posibles comienzos de una riña que
no llegaba a prosperar. Como aquéllos que
pretenden amarse o se aman ya y, a causa de
una cierta inseguridad inexplicable, sólo
atinan a discutir, casi el remedo de la
ceremonia amorosa de algunas aves. Sólo
que en este caso la situación era otra, tensión,
regaños escondidos en palabras con
apariencia amable.
—¿Qué te pasa con ese bendito teléfono?
¿No vas a cenar?
—Es un segundo, voy a consultar la hora.
Me parece que mi reloj está atrasado.
—La hora, la hora. Siempre preocupado
por la hora. Esa ansiedad te va a matar.
Alejandra se arrepiente, mueve la mano
en una diminuta señal de la cruz que culmina
con un beso leve sobre la uña de su pulgar.
—Perdón, perdón, no quise decir eso.
Pero es que ¿qué importancia tiene un minuto
más o un minuto menos? ¿Todo tiene que ser
tan exacto en tu vida?
Se levantó de la mesa con toda la
precisión de su cuerpo pequeño, entrenado,
flexible. Desapareció detrás de la puerta de
calle.
El hallazgo no tenía más que un par de
semanas. Sucedió en medio de una de esas
noches áridas, vacías. Alejandra salió, como
tantas veces: si vas a salir dale dos vueltas a
la llave. Yo no iba a salir. Levanté el auricular
para verificar la hora. Esperaba una voz
metálica que respondiera: “ocho horas,
veintidós minutos, quién sabe cuántos
segundos”. En cambio, escuché una infinidad
de voces en una mezcla informe, algunas
remotas, otras más cercanas. Es el colmo,
pensé. Maldecía mientras abandonaba el tubo
sobre la horquilla del aparato negro, ahora
más negro que nunca. Algo sucedió, sin
embargo. Esta ansiedad que no es de ahora,
que lleva tanto tiempo como nuestros
silencios, me empujó a actuar de otra manera.
Repetí la maniobra, alcé el auricular y mi dedo
marcó los tres dígitos, como una clave para el
ingreso en un mundo extraño. Y así fue. Una
vez más, logré oír aquel enjambre de voces
que parecían provenir de diferentes lugares.
Apenas audibles o tan cercanas como si mis
interlocutores se encontraran a mi lado. Con
timidez dije: “Hola”. Un tono femenino especial
acarició mi oído con una pregunta. “Oigan,
¿alguien sabe la hora exacta? Parece que el
servicio no funciona”. Hubo algunas risas. Tal
vez el más apropiado para dar la respuesta
fuera yo, el maniático que consulta la hora por
placer. Digo, porque mi reloj siempre está en
punto. “Las ocho y cuarenta y nueve”,
respondí. “Los segundos te los debo”. Allí
comenzó todo. Desde entonces esa voz fue la
isla que me rescataba de un mar quieto e
interminable, del hastío de cada noche.
Hablamos y hablamos, entre multitud de
voces, un murmullo que ya no era nuestro, un
rumor que ya no oíamos. Supimos nuestros
nombres, Gustavo, Belén, dónde vivíamos,
aunque sin precisiones, claro, algo debe
quedar en ese misterio que atrapa, que acerca
a dos desconocidos.
“El club del ciento trece”, se dio en llamar
a aquella conferencia anárquica en medio de
la cual hubo reencuentros de amigos, noticias
de otras áreas de la ciudad, bromas de mal
gusto y vecinos furibundos que ejercieron su
rabia con palabras soeces, comunicación
ligada que les daba la excusa para desatar
una ira encubierta por el anonimato. Para mí,
era el pretexto para una mínima evasión de
cada día, el reemplazo de aquellas noches en
que, con Alejandra, alentábamos la esperanza
de un fin de semana de sol y compañía.
“Vernos bajo el sol”. Por qué no hemos
hablado de nuestra situación. Por qué, si esto
se deteriora y se malogra día a día, noche a
noche. A lo mejor porque no estamos
preparados para asumir los cambios, una
posición cobarde que nos sumerge en un
espacio cómodo en apariencia, aunque
mezquino, tan alejado de la felicidad que
soñamos una vez.
Belén vivía en San Juan, un barrio algo
alejado del centro. No pude resistirme a
imaginarla. Más bien, su voz comenzó a
envolver mis fantasías hasta que creí
conocerla, a pesar de lo reciente de nuestra
relación telefónica. Ahora era el momento de
tomar una decisión. Hubo al principio cierta
timidez, acaso algo de desconfianza. Con el
correr de los días esos sentimientos dieron
paso al deseo de conocernos más, la idea de
establecer un acercamiento verdadero. Esta
noche era la noche. Íbamos por fin a arreglar
nuestra primera cita. Una cierta emoción me
estremecía. Una mezcla de deseo, atracción y
miedo. Me acerqué al teléfono. Otra vez el
índice, húmedo, cauto, marcó el código
secreto: uno, uno, tres. Un segundo de
silencio, tal vez menos. Una voz al otro lado
respondió, con frialdad: “nueve horas, dos
minutos, treinta segundos”.
Escucho el ruido de la llave al girar. La
sala está en penumbras, mis sienes
soportadas por las palmas de mis manos. No
puedo dejar de pensar. Alejandra se acerca,
qué haces ahí sentado a estas horas.
¿Pusiste tu reloj en hora?, murmura con un
dejo burlón.
—Mira, Alejandra. Te estaba esperando.
Siéntate, por favor. Tenemos que hablar.
MARIO FERRARI
Publicado en la revista Estrellas Poéticas 47
TRIÁNGULO
Dos triángulos,
sendas porciones de muzza y faina;
otro triángulo,
el de tu tanga,
se asoma sobre tu cóccix
con vos sentada.
Apuro un trago de moscato
para calmar la ansiedad.
La pizzería está buena,
es como el triángulo de las Bermudas;
más de un hombre se pierde
ante tanto triángulo.
LUCIANO DOTI-ARGENTINA-
Publicado en la revista Estrellas Poéticas 47
sendas porciones de muzza y faina;
otro triángulo,
el de tu tanga,
se asoma sobre tu cóccix
con vos sentada.
Apuro un trago de moscato
para calmar la ansiedad.
La pizzería está buena,
es como el triángulo de las Bermudas;
más de un hombre se pierde
ante tanto triángulo.
LUCIANO DOTI-ARGENTINA-
Publicado en la revista Estrellas Poéticas 47
ZUÑIGOR: EL PARÁSITO DE LAS SOMBRAS
Algo rasga tu interior al tiempo que unas enormes garras se marcan en tu vientre pujando por salir. Te deshace las entrañas. Los aullidos se perciben aun desde el exterior. Entonces comienzas a sangrar profusamente y entras en pánico. Las sombras van invadiendo la estancia donde te encuentras hasta quedar prácticamente a oscuras, solo iluminada por un tenue rayo de luna que intriga la escalofriante penumbra.
Tu desconcierto, tu angustia y tu tormento aumentan. Intentas caminar… en vano. Estás horrorizada, tus pupilas se van dilatando hasta que algo termina rompiéndose entre tus piernas y asoma una masa informe. Entre terribles dolores, ves atónitas que desde tu interior desciende un ente execrable. Tu respiración se entrecorta; él mientras, con su pata ya toca el suelo y te mira al tiempo que se va comiendo el cordón umbilical…
Seminconsciente y con los sentidos obnubilados, crees ver al engendro alejarse entre las sombras.
Deisy Toussaint(República Dominicana)
Publicado en la revista digital Minatura 117
Tu desconcierto, tu angustia y tu tormento aumentan. Intentas caminar… en vano. Estás horrorizada, tus pupilas se van dilatando hasta que algo termina rompiéndose entre tus piernas y asoma una masa informe. Entre terribles dolores, ves atónitas que desde tu interior desciende un ente execrable. Tu respiración se entrecorta; él mientras, con su pata ya toca el suelo y te mira al tiempo que se va comiendo el cordón umbilical…
Seminconsciente y con los sentidos obnubilados, crees ver al engendro alejarse entre las sombras.
Deisy Toussaint(República Dominicana)
Publicado en la revista digital Minatura 117
BOIRA, DE REPUDIADA A AMADA (NUESTRA AMIGA DE CUATRO PATAS)
Nos acompañamos solo 14 añitos.
Repudiada y abandonada
así te encontramos, enana.
Sobre un lecho de letras
adormecida, casi drogada.
Un olor de granja te acunaba
lejos, en todo caso,
de tu cuna, donde fuere que moraras.
De raza ignorada, a consultas de puristas,
gozabas de la vida, tanto fueras
retozando en cuna de oro, como en tierra mojada.
Votamos tu permanencia
frente a tu vivaz mirada
banal prueba tuviste
pues tu bondad, por nobleza, ganaba.
Fuiste como huracán, tifón, tempestad
bola de pelo destrozando lo que hallabas
rifamos el mote de Atila, para nombrarte, vaya.
Alucinabas, seguro,
cuando voceando como manada
escuchabas nuestros gritos
recriminando tus hazañas.
Eras fuerte como el aire
jamás gemiste, ni por dolor, ni hambre
la lucha era por quieta tenerte
para cortar tus uñas,
como estacas de alambre.
Adiós nuestra amada Boira, adiós
llenaremos tu vacío con la memoria de tus olores
llenaremos tu falta con los besos de los niños
esos a quien reían tu audiencia,
esos que por no entender
llorarán con dolor, tu ausencia.
Fortuna por encontrarte
privilegio por compartirte
ayer reíamos, hoy por ti, lloramos.
Despreciando por demás, el sentido falto
de aquellos que por intelecto,
necio esnobismo de facto,
reniegan que el alma anide
en vuestros corazones, de amores francos.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
Repudiada y abandonada
así te encontramos, enana.
Sobre un lecho de letras
adormecida, casi drogada.
Un olor de granja te acunaba
lejos, en todo caso,
de tu cuna, donde fuere que moraras.
De raza ignorada, a consultas de puristas,
gozabas de la vida, tanto fueras
retozando en cuna de oro, como en tierra mojada.
Votamos tu permanencia
frente a tu vivaz mirada
banal prueba tuviste
pues tu bondad, por nobleza, ganaba.
Fuiste como huracán, tifón, tempestad
bola de pelo destrozando lo que hallabas
rifamos el mote de Atila, para nombrarte, vaya.
Alucinabas, seguro,
cuando voceando como manada
escuchabas nuestros gritos
recriminando tus hazañas.
Eras fuerte como el aire
jamás gemiste, ni por dolor, ni hambre
la lucha era por quieta tenerte
para cortar tus uñas,
como estacas de alambre.
Adiós nuestra amada Boira, adiós
llenaremos tu vacío con la memoria de tus olores
llenaremos tu falta con los besos de los niños
esos a quien reían tu audiencia,
esos que por no entender
llorarán con dolor, tu ausencia.
Fortuna por encontrarte
privilegio por compartirte
ayer reíamos, hoy por ti, lloramos.
Despreciando por demás, el sentido falto
de aquellos que por intelecto,
necio esnobismo de facto,
reniegan que el alma anide
en vuestros corazones, de amores francos.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
NOBILIARIOS
La Condesa es sangrienta
y es Conde
Es Conde sangriento como la Condesa
Escondido
inficionado
en la Condesa.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argentina-
y es Conde
Es Conde sangriento como la Condesa
Escondido
inficionado
en la Condesa.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argentina-
BREVERÍAS
2636
Me asedian los deseos en acoso
que ni quiero ni intento soslayar.
Hay más satisfacción en caminar
que en alcanzar la meta del reposo.
2637
Me tientas, me seduces, no resisto,
clamo a la noche que prolongue el clima
de este encuentro contigo; me desvisto,
y advierto el tacto que a mi piel se arrima.
No sé si me hablas, pero vienes llena
de incitaciones y requerimientos,
y todo mi armazón se desordena,
desde la cúpula hasta los cimientos.
Y tras la convulsión en mi estructura,
te desvaneces en la noche oscura.
2638
Este deseo que, implacable, agita
tentáculos dorados en mi entraña,
que me susurra a veces, o me grita,
e inevitablemente me acompaña,
vive de no lograr, lo rehabilita
cada revés, pero lo desengaña
la obtención de sus fines, su provecho.
Gozadlo mientras siga insatisfecho.
2639
La poesía del recuerdo escribo,
de lo que construí, y hoy derrumbado,
conserva la belleza de las ruinas.
Como mi Coliseo lo concibo,
como mi Partenón, si mutilado,
saturando de gloria mis retinas.
2640
Inmóvil permanezco en la frontera
de lo que nunca lograré en la vida,
que es cabalmente lo que más quisiera.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-
Me asedian los deseos en acoso
que ni quiero ni intento soslayar.
Hay más satisfacción en caminar
que en alcanzar la meta del reposo.
2637
Me tientas, me seduces, no resisto,
clamo a la noche que prolongue el clima
de este encuentro contigo; me desvisto,
y advierto el tacto que a mi piel se arrima.
No sé si me hablas, pero vienes llena
de incitaciones y requerimientos,
y todo mi armazón se desordena,
desde la cúpula hasta los cimientos.
Y tras la convulsión en mi estructura,
te desvaneces en la noche oscura.
2638
Este deseo que, implacable, agita
tentáculos dorados en mi entraña,
que me susurra a veces, o me grita,
e inevitablemente me acompaña,
vive de no lograr, lo rehabilita
cada revés, pero lo desengaña
la obtención de sus fines, su provecho.
Gozadlo mientras siga insatisfecho.
2639
La poesía del recuerdo escribo,
de lo que construí, y hoy derrumbado,
conserva la belleza de las ruinas.
Como mi Coliseo lo concibo,
como mi Partenón, si mutilado,
saturando de gloria mis retinas.
2640
Inmóvil permanezco en la frontera
de lo que nunca lograré en la vida,
que es cabalmente lo que más quisiera.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Ángeles-
MÁRTIR
Soy un nómada del sentimiento que irascible golpea en las puertas
Soy un apátrida del amor que busca en las papeleras
Soy un huerfano del querer, maldito por siempre.
Soy un fugitivo que se oculta en la noche. ¡Pobre esclavo del sufrimiento!
Soy mártir errante atormentado atravesando los arenales de la Memoria.
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
Soy un apátrida del amor que busca en las papeleras
Soy un huerfano del querer, maldito por siempre.
Soy un fugitivo que se oculta en la noche. ¡Pobre esclavo del sufrimiento!
Soy mártir errante atormentado atravesando los arenales de la Memoria.
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
CAMBIOS
La tarde rugosa rebosa de abdominales mal curadas,
de amables chimeneas con paleolítico hollín,
de atardeceres escarmentados.
La lana cuelga de andamios llenos de miasmas feriada.
La tarde se protege contra las pesadillas del hombre del tiempo.
Todo es cambiante,
un mugido,
el sudor del eucalipto,
las larvas que chisporrotean en la higuera de la infancia,
la infancia.
El síndrome del sol brota instantáneo al anochecer y escupe
sus naranjas
sus fucsias
su gris hasta pronto.
En la rueda de los atardeceres por olvidar
un acantilado de migas de pan frena tus mejillas.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
de amables chimeneas con paleolítico hollín,
de atardeceres escarmentados.
La lana cuelga de andamios llenos de miasmas feriada.
La tarde se protege contra las pesadillas del hombre del tiempo.
Todo es cambiante,
un mugido,
el sudor del eucalipto,
las larvas que chisporrotean en la higuera de la infancia,
la infancia.
El síndrome del sol brota instantáneo al anochecer y escupe
sus naranjas
sus fucsias
su gris hasta pronto.
En la rueda de los atardeceres por olvidar
un acantilado de migas de pan frena tus mejillas.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
LOS COITOS PRECIPITADOS
Por Juan Cervera Sanchís-México-
-¡Míralos!. ¡Míralos!
Ellos salían como a borbotones de la boca oscura y
maloliente del Metro.
Interminable cosecha de bípidos automatizados.
El loco, al verlos salir, en inacabable fila, gritaba
y gritaba, como un delirante y desesperado profeta,
en mitad del desierto:
-¡Míralos!, ¡Míralos!
En realidad gritaba y gritaba hacia dentro de sí mismo
con sus ojos desencajados.
Se trataba de un monólogo a mudos gritos con su sombra
y su asombro.
-¡Míralos!, ¡Míralos!
Luego, bajando la voz, reflexionaba susurrando:
-Sí, sí, sí. Claro que sí. Sí. No son más que coitos
precipitados, masturbaciones equívocas, hijos de
la improvisación y la irresponsabilidad. Impulsos
frustrados de la suma idiotez.
El loco callaba enfurecido. Ellos, los coitos
precipitados, continuaban precipitándose por la
oscura y maloliente estación del Metro, como una
plaga imposible de exterminar.
El loco, segundo tras segundo, se aterrorizaba más
y más.
El terror, ante aquella plaga de coitos precipitados,
lo hacía sentirse el más impotente de los seres
nacidos y por nacer.
Estaba consciente, en su locura, de que aquella
monstruosidad no tenía remedio.
Los coitos precipitados no cesaban de multiplicarse.
Comprendió, ante tan absurda realidad, que únicamente
tenía dos opciones: suicidarse o mezclarse entre los
coitos fingiendo ser uno más de ellos.
Optó por esto último, impulsado por el miedo a la
muerte más que por su dudoso amor a la vida.
-¡Míralos!. ¡Míralos!
Ellos salían como a borbotones de la boca oscura y
maloliente del Metro.
Interminable cosecha de bípidos automatizados.
El loco, al verlos salir, en inacabable fila, gritaba
y gritaba, como un delirante y desesperado profeta,
en mitad del desierto:
-¡Míralos!, ¡Míralos!
En realidad gritaba y gritaba hacia dentro de sí mismo
con sus ojos desencajados.
Se trataba de un monólogo a mudos gritos con su sombra
y su asombro.
-¡Míralos!, ¡Míralos!
Luego, bajando la voz, reflexionaba susurrando:
-Sí, sí, sí. Claro que sí. Sí. No son más que coitos
precipitados, masturbaciones equívocas, hijos de
la improvisación y la irresponsabilidad. Impulsos
frustrados de la suma idiotez.
El loco callaba enfurecido. Ellos, los coitos
precipitados, continuaban precipitándose por la
oscura y maloliente estación del Metro, como una
plaga imposible de exterminar.
El loco, segundo tras segundo, se aterrorizaba más
y más.
El terror, ante aquella plaga de coitos precipitados,
lo hacía sentirse el más impotente de los seres
nacidos y por nacer.
Estaba consciente, en su locura, de que aquella
monstruosidad no tenía remedio.
Los coitos precipitados no cesaban de multiplicarse.
Comprendió, ante tan absurda realidad, que únicamente
tenía dos opciones: suicidarse o mezclarse entre los
coitos fingiendo ser uno más de ellos.
Optó por esto último, impulsado por el miedo a la
muerte más que por su dudoso amor a la vida.
martes, 27 de marzo de 2012
EL ARTE QUE SE ARMA PARA AMAR
Día Mundial de la Poesía
Por Soledad Herrero
El Día Mundial de la Poesía fue impulsado por la Unesco para promover la poesía como una forma esencial de cultura, como forma de arte y de expresión. La Unesco creyó necesario dedicarle un día, considerando éste como una acción mundial a favor de «la única prueba concreta de la existencia del hombre», y reconociendo su papel social como instrumento de despertar y de toma de conciencia.
La poesía como denuncia y alegato, coincidiendo con Celaya en ver que «La poesía es un arma cargada de futuro». El arte que se arma para armar, para amar, que no para matar. Para ofrecer futuro y dignidad al ser humano encontrándose con lo más profundo y esencial de su ser.
Su lectura es la más humana de las acciones, es el ejercicio necesario para la inteligencia, y tener encomendada la responsabilidad de favorecer y fomentar la lectura, y apoyar y difundir la creación literaria, es una tarea extraordinariamente satisfactoria. El Gobierno de Castilla-La Mancha viene realizando una importante labor a través de la Red de Bibliotecas Públicas de la que disponemos, y de los programas de apoyo a la edición y a la creación que vienen desarrollándose y que tan buenos resultados están ofreciendo.
Debemos mucho a la literatura en general y a la poesía en particular, y poder celebrar el comienzo de la primavera festejando la poesía, es motivo suficiente para sentirse alegre y motivado en la empresa de cada día.
Porque los grandes poemas nos acompañan a lo largo de la vida, constituyen uno de los grandes acervos culturales compartidos y nos regalan palabras para aquello que la mayoría sólo sabemos sentir y no nombrar. Quizás por eso Gil de Biedma dijo «Yo creía que quería se poeta, pero en el fondo quería ser poema».
Lo poético nos conecta directamente con lo oculto, lo arcano, lo inexistente, lo irreal… y que, sin embargo, es lo esencial para poder entender lo vivido y prepararse para lo por vivir. Nada nos ofrece más verdad que una metáfora, más profundidad que una paradoja, más rítmica que un buen verso, más reflexión que un Haiku, más consuelo que una elegía o más belleza que una oda.
Por eso estamos tan agradecidos a los poetas y les recordamos con veneración, como este año 2010 al muy querido y recordado Miguel Hernández con el que seguimos manteniendo correspondencia más allá de su muerte, como él mismo pedía.
Es cierto, sin embargo, que la poesía no está en las listas de éxitos de los libros más vendidos y que los nuevos poetas –que los hay, y muy buenos– no son los más reconocidos de los artistas actuales y vivir de la poesía no es tan fácil como vivir gracias a la poesía. ¡Porque, sin duda, la poesía nos ayuda a vivir!. Sirva el día de hoy para que todos recordemos lo que, quizás por las prisas diarias, se nos olvida.
«La poesía dice honduras que a veces la prosa calla», escribió Mario Benedetti en su libro Rincón de Haikus en 1999.
Por Soledad Herrero
El Día Mundial de la Poesía fue impulsado por la Unesco para promover la poesía como una forma esencial de cultura, como forma de arte y de expresión. La Unesco creyó necesario dedicarle un día, considerando éste como una acción mundial a favor de «la única prueba concreta de la existencia del hombre», y reconociendo su papel social como instrumento de despertar y de toma de conciencia.
La poesía como denuncia y alegato, coincidiendo con Celaya en ver que «La poesía es un arma cargada de futuro». El arte que se arma para armar, para amar, que no para matar. Para ofrecer futuro y dignidad al ser humano encontrándose con lo más profundo y esencial de su ser.
Su lectura es la más humana de las acciones, es el ejercicio necesario para la inteligencia, y tener encomendada la responsabilidad de favorecer y fomentar la lectura, y apoyar y difundir la creación literaria, es una tarea extraordinariamente satisfactoria. El Gobierno de Castilla-La Mancha viene realizando una importante labor a través de la Red de Bibliotecas Públicas de la que disponemos, y de los programas de apoyo a la edición y a la creación que vienen desarrollándose y que tan buenos resultados están ofreciendo.
Debemos mucho a la literatura en general y a la poesía en particular, y poder celebrar el comienzo de la primavera festejando la poesía, es motivo suficiente para sentirse alegre y motivado en la empresa de cada día.
Porque los grandes poemas nos acompañan a lo largo de la vida, constituyen uno de los grandes acervos culturales compartidos y nos regalan palabras para aquello que la mayoría sólo sabemos sentir y no nombrar. Quizás por eso Gil de Biedma dijo «Yo creía que quería se poeta, pero en el fondo quería ser poema».
Lo poético nos conecta directamente con lo oculto, lo arcano, lo inexistente, lo irreal… y que, sin embargo, es lo esencial para poder entender lo vivido y prepararse para lo por vivir. Nada nos ofrece más verdad que una metáfora, más profundidad que una paradoja, más rítmica que un buen verso, más reflexión que un Haiku, más consuelo que una elegía o más belleza que una oda.
Por eso estamos tan agradecidos a los poetas y les recordamos con veneración, como este año 2010 al muy querido y recordado Miguel Hernández con el que seguimos manteniendo correspondencia más allá de su muerte, como él mismo pedía.
Es cierto, sin embargo, que la poesía no está en las listas de éxitos de los libros más vendidos y que los nuevos poetas –que los hay, y muy buenos– no son los más reconocidos de los artistas actuales y vivir de la poesía no es tan fácil como vivir gracias a la poesía. ¡Porque, sin duda, la poesía nos ayuda a vivir!. Sirva el día de hoy para que todos recordemos lo que, quizás por las prisas diarias, se nos olvida.
«La poesía dice honduras que a veces la prosa calla», escribió Mario Benedetti en su libro Rincón de Haikus en 1999.
PROLONGACIÓN
Este es uno de los cuadros expuestos en la III Exposición la Mujer y las Artes Abrazos
La blanca, blanquísima flor,
de pétalos abundantes,
adorna su cabeza
y se prolonga en una negra
raíz de amplios brazos
donde luce una cara seria
pero muy, muy, concentrada.
Tal vez haya tristeza en sus ojos
y por eso no mira de frente
sino que los escondes para no
transmitir su desconfianza.
Ella quiere pintarse
en plenitud y que la vean
inquieta pero con voluntad
de superar sus inquietudes.
JOSÉ LUIS RUBIO
AL FUEGO DEL AMOR
Este es uno de los poemas presentados al II Certamen Internacional "Poemas de Amor"
Si hay astillas secas
las llamas comenzaran,
solo estamos tu y yo
al frotarlas arderán.
El fuego se ha iniciado
ya no se puede apagar,
el calor es tan intenso
que la ropa hay que tirar.
Nuestros ojos son las brasas
que iluminan el entorno,
nuestra piel enrojecida
nos cubre como único adorno.
Todo esta en llamas
el placer es incontable,
late fuerte el corazón
solo le falta que hable.
La pasión y el amor
son dos partes de este juego,
una es alma y ternura
la otra es brasas y fuego.
No debemos permitir
que las llamas se sofoquen,
que no le falte leña al amor
para que el hielo no nos toque.
Al fuego del amor eterno
le dedico este poema,
y aunque yo me queme
te amare la vida entera.
MIGUEL ÁNGEL FIGUEIRAS GIMÉNEZ-Argentina-
Si hay astillas secas
las llamas comenzaran,
solo estamos tu y yo
al frotarlas arderán.
El fuego se ha iniciado
ya no se puede apagar,
el calor es tan intenso
que la ropa hay que tirar.
Nuestros ojos son las brasas
que iluminan el entorno,
nuestra piel enrojecida
nos cubre como único adorno.
Todo esta en llamas
el placer es incontable,
late fuerte el corazón
solo le falta que hable.
La pasión y el amor
son dos partes de este juego,
una es alma y ternura
la otra es brasas y fuego.
No debemos permitir
que las llamas se sofoquen,
que no le falte leña al amor
para que el hielo no nos toque.
Al fuego del amor eterno
le dedico este poema,
y aunque yo me queme
te amare la vida entera.
MIGUEL ÁNGEL FIGUEIRAS GIMÉNEZ-Argentina-
TALLER LITERARIO
DUODÉCIMO TRABAJO
LA ESCUELA
Caras,
limpias, brillantes,
buscando a los amigos,
buscando los juguetes
para empezar el día,
disfrutando el ruido
de las voces gritando,
disfrutándose la vida.
Llegan los maestros
para empezar las clases
y baja el ruido,
con el sonido de la música
murmuran los niños,
cesan los juegos
para entrar en la escuela
y comenzar el proceso de aprender.
En muy pocos minutos
salvo la entrada
de niños que llegan tarde, corriendo,
ha empezado el orden y la paz.
ANNE SAMPSON
LA ESCUELA
Voy a contar mis vivencias de la escuela.
Mi madre me llevó a la escuela a los tres años, hasta los diecinueve años.
Mi profesora tenía pocas ganas de que me fuera de la escuela y me hizo un mal.
Por aquellos años fatídicos mi profesora era monja teresiana y no quería que saliera fuera de Andalucía por miedo a que me pasase algo. Ella sabía que valía para estudiar pero tenía que ir a Madrid al colegio de huérfanos de la Marina de Guerra.
Pero mi madre que me tenía metida en una burbuja no le dio a la profesora autoridad para que arreglase los papeles correspondientes. Aunque la profesora tampoco quería.
A mí me aburrían mucho las clases porque en aquella época las mujeres no tenían derecho a nada.
Empezaba el curso, con sumar, restar, multiplicar y dividir, con decimales, quebrados, taquigrafía, mecanografía, dibujo lineal, labores, y pocas cosas más..
Terminaba el curso y el siguiente a repetir, así que yo me aburría muchísimo.
NILA QUINTERO
LA ESCUELA
Hace 72 que no piso una escuela. Pero todavía recuerdo el olor a tiza y madera de los lápices al sacarles punta.
En aquellos años no existía el bolígrafo.
Cuando escribías algo para que no se borrara se hacía con plumas y manguiñero el plumín se estropeaba con frecuencia. Siempre tenías que llevar plumines de reserva para poder cambiarlos.
El plumín se llenaba introduciéndolo en el tintero.
Había tinteros pequeños que los vendían en las librerías.
En la escuela estaban los tinteros metidos en el pupitre. El maestro o maestra los rellenaban según se iban gastando.
Al escribir había que tener mucho cuidado, para no cargar el papel con el plumín o no cargarlo demasiado para no hacer borrones.
En mi niñez ha pasado por distintas escuelas.
Entonces te cambiabas de barrio según tu trabajo. Era muy fácil el encontrar piso (todos eran de alquiler) por lo tanto al cambiar de barrio tenía que cambiar de escuela.
La última escuela fue en un pueblo de Guadalajara que no había, ni luz, ni agua corriente.
Mi madre que era maestra y no había ejercido tuvo que hacerlo al terminar la guerra civil y por las consecuencias de ésta.
No fui mucho tiempo a esa escuela porque mi madre enfermó gravemente y mi hermana mayor tuvo que sustituirla en la escuela y yo me hice cargo de la casa y de mis hermanos.
PILAR SÁNCHEZ BARCIA
LA ESCUELA
La vida es una escuela continua desde que se nace hasta que se muere.
El primer tramo aprender a andar y hablar en tu casa si tienes suerte.
El segundo tramo guardería inicio de comportamiento social. En ella más de una lágrima derramarás.
El tercer tramo la escuela, instituto, universidad y después que sepan un oficio o una carrera. Si tienes trabajo trabajarás.
El cuarto tramo si no has buscado una mujer ahora estás a tiempo y cuando te cases con ella y tengas hijos quiérelos muchos y a tu mujer también. Son los únicos apoyos que en esta vida vas a tener.
El quinto tramo. Los hijos cuando se pongan grandes saldrán volando y triste de ti si no lo hacen.
El sexto tramo te jubilarás, darás más vueltas que el mundo. Procuras distraerte algo.
El séptimo tramo toda tu vida aprendiendo. Esta vida es una escuela.
ANTONIO BASALLOTE
LA ESCUELA
Pablito de la escuela no quiere ni oír hablar.
Su madre todas las mañanas enfadada le dice una y otra vez “Si a la escuela no vas, orejas de burro te saldrán”. Además Pablito el burrito te llamarán y un analfabeto toda tu vida serás.
Pero Pablito ni caso hace a las réplicas de su mamá. Hasta que un día soñó que unas orejas grandísimas le salió.
Todo asustado se despertó creyendo que se había cumplido lo que su madre tantas veces la había advertido.
Todo tembloroso al espejo se miró y un gran suspiro dio, cuando vio, que no era un burro orejón.
Pero del susto que se llevó, aprendió la lección. Desde entonces va todos los días a la escuela sin rechistar. Su madre encantada está, aunque no entiende lo que a su hijo le ha ocurrido para que de la noche a la mañana haya cambiado de opinión y vaya ahora al cole, con tanta devoción.
CARMEN PÉREZ MARTELL
LA ESCUELA
Añorando el pasado,
Evoco mi escuela,
Aquel pupitre gastado
y mi compañera de mesa.
Mi primera maestra,
mis primeras canciones
y mis primeras letras.
Recuerdo aquel patio
todo lleno de piedras,
Sin vallas ni verjas.
Recuerdo canicas,
trompas y muñecas,
Los cromos, las cartas
El pimplado o la teja
El elástico, la comba
El yo-yo, los juegos de mesa
el corro y las prendas.
Recuerdo a mis amigos
Y a mis compañeras,
Las risas, los juegos,
nada de tareas.
VIRTUDES ROLDÁN
LA ESCUELA
Han abierto la puerta.
He escuchado voces menudas
que agitan el aire.
He sentido unos brazos
rodear mi cuerpo.
He oído risas estridentes
y llanto contenido.
He corrido por el patio
huyendo de unas manos pegajosas.
He compartido tartas
Exquisitas y dulzonas.
He mal cantado en Navidad,
y reído en Carnavales.
He estado en la escuela
una vida casi entera.
He cerrado la puerta.
II
Ven conmigo a la escuela
donde los niños aprenden
a ser ciudadanos preparados
para afrontar la vida adulta.
Ven conmigo a la escuela
donde los niños aprenden
a convivir con compañeros
con alegría y en paz.
Ven conmigo a la escuela
donde los aprenden
a respetar a personas,
a animales y al medio ambiente.
Ven conmigo a la escuela
donde los niños desarrollan
su inteligencia, su creatividad,
su imaginación y su fantasía.
JOSÉ LUIS RUBIO
LA ESCUELA
Caras,
limpias, brillantes,
buscando a los amigos,
buscando los juguetes
para empezar el día,
disfrutando el ruido
de las voces gritando,
disfrutándose la vida.
Llegan los maestros
para empezar las clases
y baja el ruido,
con el sonido de la música
murmuran los niños,
cesan los juegos
para entrar en la escuela
y comenzar el proceso de aprender.
En muy pocos minutos
salvo la entrada
de niños que llegan tarde, corriendo,
ha empezado el orden y la paz.
ANNE SAMPSON
LA ESCUELA
Voy a contar mis vivencias de la escuela.
Mi madre me llevó a la escuela a los tres años, hasta los diecinueve años.
Mi profesora tenía pocas ganas de que me fuera de la escuela y me hizo un mal.
Por aquellos años fatídicos mi profesora era monja teresiana y no quería que saliera fuera de Andalucía por miedo a que me pasase algo. Ella sabía que valía para estudiar pero tenía que ir a Madrid al colegio de huérfanos de la Marina de Guerra.
Pero mi madre que me tenía metida en una burbuja no le dio a la profesora autoridad para que arreglase los papeles correspondientes. Aunque la profesora tampoco quería.
A mí me aburrían mucho las clases porque en aquella época las mujeres no tenían derecho a nada.
Empezaba el curso, con sumar, restar, multiplicar y dividir, con decimales, quebrados, taquigrafía, mecanografía, dibujo lineal, labores, y pocas cosas más..
Terminaba el curso y el siguiente a repetir, así que yo me aburría muchísimo.
NILA QUINTERO
LA ESCUELA
Hace 72 que no piso una escuela. Pero todavía recuerdo el olor a tiza y madera de los lápices al sacarles punta.
En aquellos años no existía el bolígrafo.
Cuando escribías algo para que no se borrara se hacía con plumas y manguiñero el plumín se estropeaba con frecuencia. Siempre tenías que llevar plumines de reserva para poder cambiarlos.
El plumín se llenaba introduciéndolo en el tintero.
Había tinteros pequeños que los vendían en las librerías.
En la escuela estaban los tinteros metidos en el pupitre. El maestro o maestra los rellenaban según se iban gastando.
Al escribir había que tener mucho cuidado, para no cargar el papel con el plumín o no cargarlo demasiado para no hacer borrones.
En mi niñez ha pasado por distintas escuelas.
Entonces te cambiabas de barrio según tu trabajo. Era muy fácil el encontrar piso (todos eran de alquiler) por lo tanto al cambiar de barrio tenía que cambiar de escuela.
La última escuela fue en un pueblo de Guadalajara que no había, ni luz, ni agua corriente.
Mi madre que era maestra y no había ejercido tuvo que hacerlo al terminar la guerra civil y por las consecuencias de ésta.
No fui mucho tiempo a esa escuela porque mi madre enfermó gravemente y mi hermana mayor tuvo que sustituirla en la escuela y yo me hice cargo de la casa y de mis hermanos.
PILAR SÁNCHEZ BARCIA
LA ESCUELA
La vida es una escuela continua desde que se nace hasta que se muere.
El primer tramo aprender a andar y hablar en tu casa si tienes suerte.
El segundo tramo guardería inicio de comportamiento social. En ella más de una lágrima derramarás.
El tercer tramo la escuela, instituto, universidad y después que sepan un oficio o una carrera. Si tienes trabajo trabajarás.
El cuarto tramo si no has buscado una mujer ahora estás a tiempo y cuando te cases con ella y tengas hijos quiérelos muchos y a tu mujer también. Son los únicos apoyos que en esta vida vas a tener.
El quinto tramo. Los hijos cuando se pongan grandes saldrán volando y triste de ti si no lo hacen.
El sexto tramo te jubilarás, darás más vueltas que el mundo. Procuras distraerte algo.
El séptimo tramo toda tu vida aprendiendo. Esta vida es una escuela.
ANTONIO BASALLOTE
LA ESCUELA
Pablito de la escuela no quiere ni oír hablar.
Su madre todas las mañanas enfadada le dice una y otra vez “Si a la escuela no vas, orejas de burro te saldrán”. Además Pablito el burrito te llamarán y un analfabeto toda tu vida serás.
Pero Pablito ni caso hace a las réplicas de su mamá. Hasta que un día soñó que unas orejas grandísimas le salió.
Todo asustado se despertó creyendo que se había cumplido lo que su madre tantas veces la había advertido.
Todo tembloroso al espejo se miró y un gran suspiro dio, cuando vio, que no era un burro orejón.
Pero del susto que se llevó, aprendió la lección. Desde entonces va todos los días a la escuela sin rechistar. Su madre encantada está, aunque no entiende lo que a su hijo le ha ocurrido para que de la noche a la mañana haya cambiado de opinión y vaya ahora al cole, con tanta devoción.
CARMEN PÉREZ MARTELL
LA ESCUELA
Añorando el pasado,
Evoco mi escuela,
Aquel pupitre gastado
y mi compañera de mesa.
Mi primera maestra,
mis primeras canciones
y mis primeras letras.
Recuerdo aquel patio
todo lleno de piedras,
Sin vallas ni verjas.
Recuerdo canicas,
trompas y muñecas,
Los cromos, las cartas
El pimplado o la teja
El elástico, la comba
El yo-yo, los juegos de mesa
el corro y las prendas.
Recuerdo a mis amigos
Y a mis compañeras,
Las risas, los juegos,
nada de tareas.
VIRTUDES ROLDÁN
LA ESCUELA
Han abierto la puerta.
He escuchado voces menudas
que agitan el aire.
He sentido unos brazos
rodear mi cuerpo.
He oído risas estridentes
y llanto contenido.
He corrido por el patio
huyendo de unas manos pegajosas.
He compartido tartas
Exquisitas y dulzonas.
He mal cantado en Navidad,
y reído en Carnavales.
He estado en la escuela
una vida casi entera.
He cerrado la puerta.
II
Ven conmigo a la escuela
donde los niños aprenden
a ser ciudadanos preparados
para afrontar la vida adulta.
Ven conmigo a la escuela
donde los niños aprenden
a convivir con compañeros
con alegría y en paz.
Ven conmigo a la escuela
donde los aprenden
a respetar a personas,
a animales y al medio ambiente.
Ven conmigo a la escuela
donde los niños desarrollan
su inteligencia, su creatividad,
su imaginación y su fantasía.
JOSÉ LUIS RUBIO
TARIFA
Del tormento
que en la noche se desata
como un espiral lamento
que a tu recuerdo me ata.
Sentir
lo que tanto siento
que con cadenas me ata
el alma
al pozo del sentimiento
del que de la noria saca
el agua que se transforma
en blancas nubes fantasmas
que pueblan el firmamento.
Quisiera
que agotado el pensamiento
el vacío se llenara
con coloreados vientos
que de nuevo consiguieran
que la veleta girara.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
que en la noche se desata
como un espiral lamento
que a tu recuerdo me ata.
Sentir
lo que tanto siento
que con cadenas me ata
el alma
al pozo del sentimiento
del que de la noria saca
el agua que se transforma
en blancas nubes fantasmas
que pueblan el firmamento.
Quisiera
que agotado el pensamiento
el vacío se llenara
con coloreados vientos
que de nuevo consiguieran
que la veleta girara.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
LLUVIA
¿Por qué la lluvia pisa fuerte la tierra
y desparrama a golpes el polvo derrotado?
Quizá es porque también sacude esa pereza
de buscar lo que no hallaste ayer,
lo que creí perdido.
Si no viniera el agua tormentosa
a revolver los golpes, las huellas no pisadas,
quizá sería yo misma quien buscara
despedazar palmo a palmo tus promesas,
los versos no cantados.
Y es que despierto al tintinear de las gotas
rozando la lámina oxidada,
hasta irrumpir en tu letargo, en mi paz forzada.
Por esa lluvia que derrama sus reclamos
sobre tus hombros caídos, tras mi mirada esquiva;
por esas lágrimas que enredas con mi pelo,
disimulado entre los surcos de mi cara
los hilos fríos del agua atropellada;
por ese afán de cubrirte con las manos
la poca luz que de tu rostro emana,
es que llamo a la lluvia con mi llanto,
a compartir mis miedos, a curarme el cansancio.
XINIA MARIE ESTRADA-Estados Unidos-
y desparrama a golpes el polvo derrotado?
Quizá es porque también sacude esa pereza
de buscar lo que no hallaste ayer,
lo que creí perdido.
Si no viniera el agua tormentosa
a revolver los golpes, las huellas no pisadas,
quizá sería yo misma quien buscara
despedazar palmo a palmo tus promesas,
los versos no cantados.
Y es que despierto al tintinear de las gotas
rozando la lámina oxidada,
hasta irrumpir en tu letargo, en mi paz forzada.
Por esa lluvia que derrama sus reclamos
sobre tus hombros caídos, tras mi mirada esquiva;
por esas lágrimas que enredas con mi pelo,
disimulado entre los surcos de mi cara
los hilos fríos del agua atropellada;
por ese afán de cubrirte con las manos
la poca luz que de tu rostro emana,
es que llamo a la lluvia con mi llanto,
a compartir mis miedos, a curarme el cansancio.
XINIA MARIE ESTRADA-Estados Unidos-
PODRÍA DECIRSE
Podría decirse: la misión está cumplida
o la obra terminada
aquellos que nos dieron la vida
posiblemente se hayan marchado.
O esgrimir fundamentos de tomo y lomo
para justificar tantos años de buen juicio y prudencia.
Pero la verdad: es que bajo la ventana, la hierba ha crecido.
Frente a nuestros ojos, el paisaje aún resiste
esculpido por alguien, como una etérea referencia.
Y decimos entonces:
el mundo ha cambiado para nosotros.
Escogimos esta rara mendicidad de hilvanar palabras,
de elevarnos, como si el suelo
fuese un escorial de aptitudes que no nos interesan.
¿Buena o mala vida? quien sabe...
no se pueden medir las experiencias
creo que es mejor decir, tal vez, o un poco de todo.
Seguro que nos confundieron los esfuerzos,
la resistencia al fracaso
también lo dulce, en la hora precisa
de algún momento adecuado.
Quizás por eso:
se nos hizó más amable la ilusión que la dicha
más perecedero el consejo extraño
que el cercano palabrerío.
Fueron pocas las manos, muchos los extramuros
lo útil, fue a veces inútil, lo sesgado por demás verdadero.
Aún así, como un desorden de cosas imperfectas
tomamos al azar, el camino que nos dejaría en la hondonada
la luz que no sabemos explicar cuando se regresa del ático
la confusión que nos ha de parecer sensata
cuando alguien nos reconoce en la multitud del paisaje.
LUCAS MORÁN BASULTO-Chile-
o la obra terminada
aquellos que nos dieron la vida
posiblemente se hayan marchado.
O esgrimir fundamentos de tomo y lomo
para justificar tantos años de buen juicio y prudencia.
Pero la verdad: es que bajo la ventana, la hierba ha crecido.
Frente a nuestros ojos, el paisaje aún resiste
esculpido por alguien, como una etérea referencia.
Y decimos entonces:
el mundo ha cambiado para nosotros.
Escogimos esta rara mendicidad de hilvanar palabras,
de elevarnos, como si el suelo
fuese un escorial de aptitudes que no nos interesan.
¿Buena o mala vida? quien sabe...
no se pueden medir las experiencias
creo que es mejor decir, tal vez, o un poco de todo.
Seguro que nos confundieron los esfuerzos,
la resistencia al fracaso
también lo dulce, en la hora precisa
de algún momento adecuado.
Quizás por eso:
se nos hizó más amable la ilusión que la dicha
más perecedero el consejo extraño
que el cercano palabrerío.
Fueron pocas las manos, muchos los extramuros
lo útil, fue a veces inútil, lo sesgado por demás verdadero.
Aún así, como un desorden de cosas imperfectas
tomamos al azar, el camino que nos dejaría en la hondonada
la luz que no sabemos explicar cuando se regresa del ático
la confusión que nos ha de parecer sensata
cuando alguien nos reconoce en la multitud del paisaje.
LUCAS MORÁN BASULTO-Chile-
EL CURA ROJO
Genio de la música italiana, orgullo de la ciudad de Venecia,
ejemplo de la época barroca, figura inspiradora del mismo
Bach, eximio compositor, Antonio Vivaldi ha pasado a la historia
como uno de los inmortales genios de la música de todos
los tiempos.
Antonio Lucio Vivaldi nació en Venecia. En esa época, la
ciudad y su región formaban una república independiente —la
Serenissima Repubblica. Era un ducado próspero e influyente,
muy ligado a las artes. Entre sus moradores más destacados
encontramos a Monteverdi, Tiepolo, Tintoretto, Canaleto, Zeno,
Albinoni... y obviamente, a Vivaldi quien se tornaría uno de
los hijos más célebres de la ciudad de los canales.
Antonio siempre tuvo una salud bastante frágil. El 4 de
marzo de 1678, pocas horas después de haber nacido, sus
familiares corrieron a bautizarlo de urgencia pues pensaban
que no iba a vivir.
El padre, Giovanni Battista, era barbero, fabricante de pelucas
y también tocaba el violín, lo cual le había valido un
puesto en la Capilla Ducal de San Marcos. Los Vivaldi eran
conocidos en la ciudad como “los Rojos” (en Argentina hubieran
sido “los Colorados”) pues la mayor parte de los miembros
de la familia eran pelirrojos.
En esa época, tener los cabellos rojizos era un hecho poco
común, de ahí que los pelirrojos despertaban la atención de
todos y no eran muy bien vistos.
Antonio demostró su vocación musical desde muy pequeño.
Fue educado por el padre, quien lo inició en el violín; sus
progresos fueron tan evidentes que, aún siendo niño, entró
como músico “extra” en la Capilla Ducal.
Al mismo tiempo, su padre le inculcaba el camino del sacerdocio
pues así su hijo tendría todas las garantías y la protección
de la Iglesia y también tendría vía libre para expresarse
musicalmente en la ciudad.
Y así fue. Antonio recibió la tonsura cuando tenía 15 años
y fue ordenado sacerdote diez años después, exactamente
cuando asumía el cargo de profesor de violín en el Ospedale
della Pietà, institución religiosa que ofrecía asilo y formación
musical a niñas indigentes.
Cuesta creer que este sacerdote no rezó misas por mucho
tiempo.
Cumplió sus funciones regulares durante un año y luego,
nunca más. Existen algunas leyendas sobre este hecho. Una
de ellas cuenta que él había salido corriendo, en mitad de una
misa, para anotar una melodía que le había surgido. Por este
acto tan inusitado, Vivaldi sería apartado de sus funciones
sacerdotales por el Tribunal de la Inquisición. Él mismo explicó
su problema, casi al final de su vida:
“Hace 25 años que no celebro misa y nunca lo haré, no por
orden o prohibición de mis superiores, sino por mi propia voluntad,
debido a una dolencia congénita que me deja con el
pecho cerrado y con la sensación de falta de aire. Apenas me
ordené recé la misa durante poco más de un año y en tres
ocasiones tuve que abandonar el altar sin terminar la ceremonia
a causa de ese mal”.
Ese misterioso mal al que aludía nuestro músico no era
otra cosa que asma. Ahora bien: ¿cómo un cura que no podía
mantenerse más de 20 minutos en el altar pudo construir una
obra tan vasta y, además, dar clases, dirigir, coordinar sus
negocios sin detenerse un instante? Este tema, hasta hoy día,
resulta un misterio.
Víctima del mal misterioso, o no, Vivaldi fue director del
Ospedale en 1705. Si bien no ganaba mucho, era un gran
cargo. Tenía a su disposición una buena orquesta, coro y solistas
que, permanentemente y sin ninguna limitación, le permitían
la ejecución de sus obras y toda suerte de experiencias
musicales.
Existían cuatro “ospedali” semejantes en Venecia, todos
famosos por su música. Pero La Pietà era el más respetado y
a sus conciertos asistían las personas más influyentes de la
época, inclusive reyes y reinas. Por lo tanto, nuestro músico
comenzó a contactarse con la nobleza de manera constante.
Y así inició su fama internacional, realizando viajes y publicando
sus obras.
Además de su labor de rutina en el “ospedale”, Vivaldi
se dedicó a la ópera. Así comenzó su actividad teatral, no
sólo como compositor, sino también como empresario, en
1713, cuando su primera ópera “Ottone in Villa” fue estrenada
en Vicenza. Pero su nombre quedaría ligado para
siempre al Teatro Sant’Angelo, de Venecia, donde sería
el principal organizador de todas las actividades artísticoculturales.
Como empresario de ópera Vivaldi tendría una vida
colmada de tribulaciones. El Cura Rojo no paraba un
instante: contrataba, pagaba, resolvía discusiones y peleas
entre los cantores, solucionaba problemas financieros,
ensayaba, organizaba giras. ¿Y su problema respiratorio?
Al parecer, esa enfermedad no constituía ningún
obstáculo para sus actividades.
Como si no bastaran su sacerdocio frustrado ni la
intensa actividad en el teatro, el extraño sacerdote vivía
cercado permanentemente por un séquito bastante curioso
compuesto por cinco mujeres: Annina, su cantante
predilecta; Paolina, la hermana; la madre de ambas y
otro par de muchachas.
Obviamente, esto le valió toda suerte de ataques,
chismes y comentarios con doble sentido. El más célebre
fue un libro del compositor Benedetto Marcello, “Il Teatro
alla Moda”. El texto estaba destinado a quien quisiera
lograr éxito con la ópera y daba consejos y orientaciones
a libretistas, cantores, músicos, escenógrafos y también
para las madres de las cantantes. De modo sarcástico,
Marcello hizo muchas alusiones a Vivaldi en su libro,
denominándolo irónicamente "compositor moderno".
Entre éxitos y críticas, Vivaldi se consolidó como
compositor y empresario, llevando a su compañía teatral
a muchísimas ciudades. No obstante, una de esas giras
fue frustrada por el cardenal Tommaso Ruffo, quien le
prohibió un viaje a Ferrara, en 1737, ciudad en la que
residiría durante toda la actividad empresarial que la gira
demandaba.
El cardenal consideraba a Antonio como una persona
indigna diciendo que “es un padre que no reza misa y
que mantiene una amistad sospechosa con una cantante”.
Este hecho consumió buena parte de los bienes del
Cura Rojo y esa prohibición significó, como él mismo lo
definiera, su “ruina total”.
Fue así que Vivaldi, al punto del fracaso en su ciudad
y ya considerado como una persona “inmoral”, resolvió
partir hacia el norte de Europa, en 1740.
Los motivos y el destino de ese exilio resultan tan
misteriosos, como buena parte de la vida del compositor.
Algunos historiadores alegan que Vivaldi habría sido expulsado
de Venecia por el mismo gobierno de la república.
Pero no hay seguridad de esto.
De cualquier manera, el exilio de Vivaldi fue interrumpido en
Viena. Todos los indicios muestran que la capital austríaca era sólo
una estación de paso hacia un destino desconocido. Él se hospeda,
junto a su inseparable Annina, en casa de un desconocido de nombre
Satler. Pasa algún tiempo allí y, de manera inesperada, fallece
el 28 de julio de 1741.
Su funeral fue la exacta antítesis de los éxitos que obtuvo: simple,
pobre, sin rituales ni protocolos, en el más completo anonimato,
como una contradicción final a una biografía marcada por el brillo y
el aplauso.
La principal característica de la obra de Antonio Vivaldi es su
propia agitación, su pasión, su inquietud, un ansia de componer
raramente igualada en toda la historia de la música. Es fácil verificar
el tamaño de este furor musical: su catálogo de obras consta,
sin contar lo que está perdido y a veces se encuentra, de 456 conciertos,
73 sonatas, 44 motetes, 3 oratorios, 2 serenatas, cerca de
100 arias, 30 cantatas y 47 óperas.
Cada una de las piezas tiene el sello personal del compositor: la
seducción. Es muy difícil permanecer indiferente a la música de
Vivaldi, una música rica, brillante, colorida. En esa búsqueda del
corazón del oyente, el Cura Rojo optó por las formas más claras y
por las estructuras más simples para construir su edificio musical.
Pero Vivaldi no puede ser considerado sólo un creador incansable
de inolvidables melodías pues él dejó su impronta en toda la
música instrumental que le sucedió. Es, por derecho propio, el primer
compositor sinfónico. Con Vivaldi, los violines adquieren gran
fuerza y densidad orquestal; fija el esquema tradicional de movimientos
(rápido-lento-rápido); surge el concepto de solista; la instrumentación
y la orquestación ganan una importancia nunca alcanzada.
Su música, nueva para la época, hasta hoy en día no ha perdido
su encanto.
ALBERTO PEYRANO
Publicado por la revista Estrellas Poéticas 47
ejemplo de la época barroca, figura inspiradora del mismo
Bach, eximio compositor, Antonio Vivaldi ha pasado a la historia
como uno de los inmortales genios de la música de todos
los tiempos.
Antonio Lucio Vivaldi nació en Venecia. En esa época, la
ciudad y su región formaban una república independiente —la
Serenissima Repubblica. Era un ducado próspero e influyente,
muy ligado a las artes. Entre sus moradores más destacados
encontramos a Monteverdi, Tiepolo, Tintoretto, Canaleto, Zeno,
Albinoni... y obviamente, a Vivaldi quien se tornaría uno de
los hijos más célebres de la ciudad de los canales.
Antonio siempre tuvo una salud bastante frágil. El 4 de
marzo de 1678, pocas horas después de haber nacido, sus
familiares corrieron a bautizarlo de urgencia pues pensaban
que no iba a vivir.
El padre, Giovanni Battista, era barbero, fabricante de pelucas
y también tocaba el violín, lo cual le había valido un
puesto en la Capilla Ducal de San Marcos. Los Vivaldi eran
conocidos en la ciudad como “los Rojos” (en Argentina hubieran
sido “los Colorados”) pues la mayor parte de los miembros
de la familia eran pelirrojos.
En esa época, tener los cabellos rojizos era un hecho poco
común, de ahí que los pelirrojos despertaban la atención de
todos y no eran muy bien vistos.
Antonio demostró su vocación musical desde muy pequeño.
Fue educado por el padre, quien lo inició en el violín; sus
progresos fueron tan evidentes que, aún siendo niño, entró
como músico “extra” en la Capilla Ducal.
Al mismo tiempo, su padre le inculcaba el camino del sacerdocio
pues así su hijo tendría todas las garantías y la protección
de la Iglesia y también tendría vía libre para expresarse
musicalmente en la ciudad.
Y así fue. Antonio recibió la tonsura cuando tenía 15 años
y fue ordenado sacerdote diez años después, exactamente
cuando asumía el cargo de profesor de violín en el Ospedale
della Pietà, institución religiosa que ofrecía asilo y formación
musical a niñas indigentes.
Cuesta creer que este sacerdote no rezó misas por mucho
tiempo.
Cumplió sus funciones regulares durante un año y luego,
nunca más. Existen algunas leyendas sobre este hecho. Una
de ellas cuenta que él había salido corriendo, en mitad de una
misa, para anotar una melodía que le había surgido. Por este
acto tan inusitado, Vivaldi sería apartado de sus funciones
sacerdotales por el Tribunal de la Inquisición. Él mismo explicó
su problema, casi al final de su vida:
“Hace 25 años que no celebro misa y nunca lo haré, no por
orden o prohibición de mis superiores, sino por mi propia voluntad,
debido a una dolencia congénita que me deja con el
pecho cerrado y con la sensación de falta de aire. Apenas me
ordené recé la misa durante poco más de un año y en tres
ocasiones tuve que abandonar el altar sin terminar la ceremonia
a causa de ese mal”.
Ese misterioso mal al que aludía nuestro músico no era
otra cosa que asma. Ahora bien: ¿cómo un cura que no podía
mantenerse más de 20 minutos en el altar pudo construir una
obra tan vasta y, además, dar clases, dirigir, coordinar sus
negocios sin detenerse un instante? Este tema, hasta hoy día,
resulta un misterio.
Víctima del mal misterioso, o no, Vivaldi fue director del
Ospedale en 1705. Si bien no ganaba mucho, era un gran
cargo. Tenía a su disposición una buena orquesta, coro y solistas
que, permanentemente y sin ninguna limitación, le permitían
la ejecución de sus obras y toda suerte de experiencias
musicales.
Existían cuatro “ospedali” semejantes en Venecia, todos
famosos por su música. Pero La Pietà era el más respetado y
a sus conciertos asistían las personas más influyentes de la
época, inclusive reyes y reinas. Por lo tanto, nuestro músico
comenzó a contactarse con la nobleza de manera constante.
Y así inició su fama internacional, realizando viajes y publicando
sus obras.
Además de su labor de rutina en el “ospedale”, Vivaldi
se dedicó a la ópera. Así comenzó su actividad teatral, no
sólo como compositor, sino también como empresario, en
1713, cuando su primera ópera “Ottone in Villa” fue estrenada
en Vicenza. Pero su nombre quedaría ligado para
siempre al Teatro Sant’Angelo, de Venecia, donde sería
el principal organizador de todas las actividades artísticoculturales.
Como empresario de ópera Vivaldi tendría una vida
colmada de tribulaciones. El Cura Rojo no paraba un
instante: contrataba, pagaba, resolvía discusiones y peleas
entre los cantores, solucionaba problemas financieros,
ensayaba, organizaba giras. ¿Y su problema respiratorio?
Al parecer, esa enfermedad no constituía ningún
obstáculo para sus actividades.
Como si no bastaran su sacerdocio frustrado ni la
intensa actividad en el teatro, el extraño sacerdote vivía
cercado permanentemente por un séquito bastante curioso
compuesto por cinco mujeres: Annina, su cantante
predilecta; Paolina, la hermana; la madre de ambas y
otro par de muchachas.
Obviamente, esto le valió toda suerte de ataques,
chismes y comentarios con doble sentido. El más célebre
fue un libro del compositor Benedetto Marcello, “Il Teatro
alla Moda”. El texto estaba destinado a quien quisiera
lograr éxito con la ópera y daba consejos y orientaciones
a libretistas, cantores, músicos, escenógrafos y también
para las madres de las cantantes. De modo sarcástico,
Marcello hizo muchas alusiones a Vivaldi en su libro,
denominándolo irónicamente "compositor moderno".
Entre éxitos y críticas, Vivaldi se consolidó como
compositor y empresario, llevando a su compañía teatral
a muchísimas ciudades. No obstante, una de esas giras
fue frustrada por el cardenal Tommaso Ruffo, quien le
prohibió un viaje a Ferrara, en 1737, ciudad en la que
residiría durante toda la actividad empresarial que la gira
demandaba.
El cardenal consideraba a Antonio como una persona
indigna diciendo que “es un padre que no reza misa y
que mantiene una amistad sospechosa con una cantante”.
Este hecho consumió buena parte de los bienes del
Cura Rojo y esa prohibición significó, como él mismo lo
definiera, su “ruina total”.
Fue así que Vivaldi, al punto del fracaso en su ciudad
y ya considerado como una persona “inmoral”, resolvió
partir hacia el norte de Europa, en 1740.
Los motivos y el destino de ese exilio resultan tan
misteriosos, como buena parte de la vida del compositor.
Algunos historiadores alegan que Vivaldi habría sido expulsado
de Venecia por el mismo gobierno de la república.
Pero no hay seguridad de esto.
De cualquier manera, el exilio de Vivaldi fue interrumpido en
Viena. Todos los indicios muestran que la capital austríaca era sólo
una estación de paso hacia un destino desconocido. Él se hospeda,
junto a su inseparable Annina, en casa de un desconocido de nombre
Satler. Pasa algún tiempo allí y, de manera inesperada, fallece
el 28 de julio de 1741.
Su funeral fue la exacta antítesis de los éxitos que obtuvo: simple,
pobre, sin rituales ni protocolos, en el más completo anonimato,
como una contradicción final a una biografía marcada por el brillo y
el aplauso.
La principal característica de la obra de Antonio Vivaldi es su
propia agitación, su pasión, su inquietud, un ansia de componer
raramente igualada en toda la historia de la música. Es fácil verificar
el tamaño de este furor musical: su catálogo de obras consta,
sin contar lo que está perdido y a veces se encuentra, de 456 conciertos,
73 sonatas, 44 motetes, 3 oratorios, 2 serenatas, cerca de
100 arias, 30 cantatas y 47 óperas.
Cada una de las piezas tiene el sello personal del compositor: la
seducción. Es muy difícil permanecer indiferente a la música de
Vivaldi, una música rica, brillante, colorida. En esa búsqueda del
corazón del oyente, el Cura Rojo optó por las formas más claras y
por las estructuras más simples para construir su edificio musical.
Pero Vivaldi no puede ser considerado sólo un creador incansable
de inolvidables melodías pues él dejó su impronta en toda la
música instrumental que le sucedió. Es, por derecho propio, el primer
compositor sinfónico. Con Vivaldi, los violines adquieren gran
fuerza y densidad orquestal; fija el esquema tradicional de movimientos
(rápido-lento-rápido); surge el concepto de solista; la instrumentación
y la orquestación ganan una importancia nunca alcanzada.
Su música, nueva para la época, hasta hoy en día no ha perdido
su encanto.
ALBERTO PEYRANO
Publicado por la revista Estrellas Poéticas 47
MAR ROJO
El discípulo le preguntó al maestro:
—¿Dónde queda el mar?
El maestro
acariciando su blanca barba contestó:
-Queda, donde tu sangre estalle.
CARLOS CARBONE -ARGENTINA-
Publicado por la revista Estrellas Poéticas 47
—¿Dónde queda el mar?
El maestro
acariciando su blanca barba contestó:
-Queda, donde tu sangre estalle.
CARLOS CARBONE -ARGENTINA-
Publicado por la revista Estrellas Poéticas 47
ROJA COMO LA SANGRE
Ella se detuvo en un claro
Evitado por los viajantes,
Acariciado por bellos rayos
Que iluminaban su gris pelaje…
Sin embargo no era una luna
Brillante como un diamante,
Esta era una luna roja
Roja como la sangre,
Esplendida luna roja
Chocante como la sangre,
Que corría por los colmillos
Largos como puñales,
Que habían sido clavados
En la carne de un caminante…
Pobre su alma inocente
Maldecida en ese instante,
En que la loba humana lo viera
Perdido entre viejos árboles…
Ahora la loba le aúlla
A esa luna de color sangre,
Con el cielo como testigo
Y con sus garras llenas de sangre…
Fabián Daniel Leuzzi(Argentina)
Publicado por la revista digital Minatura 117
Evitado por los viajantes,
Acariciado por bellos rayos
Que iluminaban su gris pelaje…
Sin embargo no era una luna
Brillante como un diamante,
Esta era una luna roja
Roja como la sangre,
Esplendida luna roja
Chocante como la sangre,
Que corría por los colmillos
Largos como puñales,
Que habían sido clavados
En la carne de un caminante…
Pobre su alma inocente
Maldecida en ese instante,
En que la loba humana lo viera
Perdido entre viejos árboles…
Ahora la loba le aúlla
A esa luna de color sangre,
Con el cielo como testigo
Y con sus garras llenas de sangre…
Fabián Daniel Leuzzi(Argentina)
Publicado por la revista digital Minatura 117
EL HABLAR DE SONIDO RARO
Tenía le como don acariciado
venerable por amado
gozar en privilegio
lo que, por captores, es repudiado.
Compartiendo y charlando
con amigos y paisanos
algo propio e identitario
lo que es mi lengua de trato
el català que, con humildad,
al mundo regalo y, por respeto,
como valor eterno, reclamo.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
venerable por amado
gozar en privilegio
lo que, por captores, es repudiado.
Compartiendo y charlando
con amigos y paisanos
algo propio e identitario
lo que es mi lengua de trato
el català que, con humildad,
al mundo regalo y, por respeto,
como valor eterno, reclamo.
Del libro Poemario de un ideario de MAXI CAMPILLO PONS
Y COMO SIEMPRE
Es de un colgajo
mi colgar
y de una baba
mi babear
Es de una remanida utilería
mi inutilidad
Es desde una edad provecta
en la que me
entenebrecí
que alumbro
Asisto a un alumbramiento
como colgajo y baba
Y como siempre
soy un adolescente denso
perfectamente
de utilería.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argentina-
mi colgar
y de una baba
mi babear
Es de una remanida utilería
mi inutilidad
Es desde una edad provecta
en la que me
entenebrecí
que alumbro
Asisto a un alumbramiento
como colgajo y baba
Y como siempre
soy un adolescente denso
perfectamente
de utilería.
Del libro VIENE JUNTO CON de Rolando Revagliatti-Argentina-
DUERMO SIN TI
Duermo sin ti, pero aunque no lo quieras,
contigo duermo cada noche oscura;
la saturas de luz, y se conjura
sobre tu piel la fibra de mis fieras.
Ya entre los muslos, sobre las caderas,
en los senos, en torno a la cintura,
apremio la gentil desenvoltura
que tiempo atrás tú misma promovieras.
Duermo ceñido a ti, sobre ti sueño,
de tu cuerpo y espíritu me adueño,
eres mía de nuevo, y te sonrío.
Y al alba, al despertar, se me improvisa
sobre los labios la mejor sonrisa,
por este festival que aún llamo mío.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-
EN SOLEDAD OSCURA
¿Qué harás con el temblor y efervescencia
que estremecen tus muslos en las horas
de soledad oscura, cuando imploras
a los dioses del sexo su asistencia?
Tienes tanto que dar, y es tal la urgencia
de recibir, que cuanto más te exploras,
tanto más solicitas y devoras
la pareja invisible en tu presencia.
Casi la ves. Tu mano se ejercita
en cada curva o rigidez, y agita
o bucea en su forma vaporosa.
Y al fin, en la tiniebla se diluye
tras el agotamiento, que destruye
imagen tan sensual, tan sigilosa.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-
que estremecen tus muslos en las horas
de soledad oscura, cuando imploras
a los dioses del sexo su asistencia?
Tienes tanto que dar, y es tal la urgencia
de recibir, que cuanto más te exploras,
tanto más solicitas y devoras
la pareja invisible en tu presencia.
Casi la ves. Tu mano se ejercita
en cada curva o rigidez, y agita
o bucea en su forma vaporosa.
Y al fin, en la tiniebla se diluye
tras el agotamiento, que destruye
imagen tan sensual, tan sigilosa.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO-Los Angeles-
APOCALIPSIS
Sueño que viajo por las estrellas a través de las épocas del Tiempo.
Sueño que visito planetas para testimoniar vidas recreando utopías inalcanzables
e inventando ilusiorias fantasías.
Sueño cual Ulyses heroico que traspaso el umbral de la Física
para transmutar cuando arribe la Muerte.
Sueño que renacerán la Bondad y la Esperanza.
Sueño utopias, sueño Apocalipsis...
Sueño que sus Jinetes ya cabalgan en mi Memoria...
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-
Sueño que visito planetas para testimoniar vidas recreando utopías inalcanzables
e inventando ilusiorias fantasías.
Sueño cual Ulyses heroico que traspaso el umbral de la Física
para transmutar cuando arribe la Muerte.
Sueño que renacerán la Bondad y la Esperanza.
Sueño utopias, sueño Apocalipsis...
Sueño que sus Jinetes ya cabalgan en mi Memoria...
JOSEP ESTEVE RICO SOGORB-Elche-