Ciudad
de verticales ternuras
de proyectos, de esperanzas
de un cielo al que casi alcanza
el cristal y el hormigón.
Ciudad
que con sabor a amargura
llora triste una canción
de desgracia partitura
que su sueño mutiló
la inmensurable locura
con que el terror actuó.
JOSÉ LUIS MARISCAL-Horcajo de Santiago (Cuenca)-
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