Allá en el margen del mar,
rugen tus olas en coplas de viento y abanicos,
agitándose como niño en vientre,
a buscar el silencio y encontrarse en el mismo.
Reina en esos parajes,
donde las olas fugaces se pierden,
llegan y gimen las ballenas,
en misterioso lenguaje.
Espejo cristalino con leche de espuma,
autores de doncellas,
mas un corazón amante espiante contempla,
a la luz de la luna.
O viene a reír de sus ensueños,
o a llorar sus pesares,
ella cautelosa, a todos acoge,
como las grandes, guarda sus secretos.
Sin que la noche los advierta,
sueños de barcos sumergidos,
saliendo con las primeras luces,
fantasmas vivientes arrancando de ilusiones.
A tu orilla se peina a la niña,
sus trenzas de oro adornadas de caracolas,
racimos de peces de marfiles,
en danzas de delfines.
Eres la lámpara del mundo,
al unirte con la altura azulada,
eres la reina de los océanos,
de las costas y valles.
Bendita creación
de aguas saladas,
tus olas nos bañan
como perfume de flor.
ERIKA RUIZ SEPÚLVEDA-Chile-
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