Viendo con infinita tristeza
que su compañero de aventuras
yacía a lo largo de la cama
y habiendo oído su desvarío final,
el bueno de Sancho Panza dijo
al señor escribano -Teniéndola
por el único bien recibido
que hasta el momento no ha cedido
a la derrota, agregue que esta boca
es nuestra y que no devolvemos
las palabras que nos dieron.
Juan Carlos Moisés Sarmiento, Chubut, Argentina - 1954
Publicado en la revista Isla Negra 316
No hay comentarios:
Publicar un comentario