Buenas tardes. Este año, que de nuevo nos arropan los guiones de las cofradías conileñas, la exaltación de la saeta no puede olvidarse de uno de los hombres que participaba en la misma. Me refiero a Curro Narváez “Tobalito”, que se nos perdió en el tiempo el pasado año. Hoy sé que su sonrisa está aquí con nosotros haciéndonos más llevaderos este acto que se va haciendo tradicional en la Semana Santa de Conil.
La saeta rompe el monótono avanzar de penitentes y hace bajar sus registros a las bandas apoderándose de la noche y acallando las voces de los curiosos y de los piadosos que ven pasar el trono de Jesús o de María. Todos se vuelven buscando la garganta anónima de la que escapa el rezo hecho cante, la saeta.
Parece ser que las primeras saetas llegaron a Sevilla en 1862, siendo malmiradas por pueblerinas. Eran saetas que gente rústica decían por la calle nunca a las imágenes y en nada se parecían a las actuales saetas flamencas. Eran más bien jaculatorias que escondían reminiscencias musicales judías. En pueblos como Marchena, cuyo tesoro saetero antiguo es incomparable, Puente Genil y muchas localidades que tuvieron población judía, aún se conservan -mal- algunas viejas saetas. Aquellas jaculatorias que se cantaban en la calle parecían interesarles a los viandantes sevillanos pues se agolpaban a escucharlas. Tanto se agolpaban, que la autoridad acabó por prohibirlas en 1876. Pero volverán y serán readaptadas por voces flamencas, sobre todo del sevillano barrio de La Macarena. Allí los mozos cantan una copla que no es triste sino melancólica y que se basaba en una melodía sin floreos, ni jipíos, pero honda y emocional. En 1890 hasta los líricos se atreven ya a cantar saetas.
Para elaborar la saeta moderna o flamenca, que ya no se parece en nada a las antiguas, los profesionales recurrieron a los cantes flamencos más jondos: martinetes, carceleras o siguiriyas. Se ha convertido esta saeta en un espectáculo como consecuencia del virtuosismo del cantaor flamenco que la ha evolucionado a cotas sorprendentes y se ha apropiado de ella. Parece ser que el creador del tipo de saeta que ahora se canta fue Manuel Centeno que se hizo saetero sin embargo por casualidad. También el jerezano El Gloria contribuyó a popularizar la saeta y dejó muchas grabadas ya que la aparición de la saeta corre paralela a la llegada del fonógrafo, por lo que existen registros de saetas tanto en cilindros de cera como en las primeras placas de pizarra. En las primeras pruebas de grabación con equipos móviles se eligió la saeta recogiéndose interpretaciones realizadas en la Campana sevillana en plena Semana Santa de 1928.
Mientras que saeta antigua se basa en una melodía sin floreos, ni jipíos, pero honda y emocional, la saeta moderna tiende a ser un espectáculo como consecuencia del virtuosismo del cantaor flamenco que la ha evolucionado a cotas sorprendentes y se ha apropiado de ella. Proliferan los concursos en muchos pueblos andaluces con muy buena participación de aficionados que luego cantan a los titulares de los diferentes pueblos desde balcones. Aquí en Conil hace algunos años que no hay concurso de saetas y que no se incorporan saeteros jóvenes al grupo con lo cual el futuro saetero de Conil no es nada halagüeño.
Este año hay en la Semana Santa conileña una doble novedad ya que el domingo recorrerá las calles del pueblo El Resucitado con lo que la Semana queda ya casi completa, exceptuando el Lunes Santo. El mismo día en el Colorado también hará su desfile otro Resucitado. El domingo es un día glorioso después de tantos días de dolor ya que Jesús vence a la muerte y ofrece una esperanza al hombre. Por eso las saetas a este titular son rayos de luz que alegran los corazones de los cofrades que sonríen porque se inicia una nueva vida llena de sonrisas que para ellos será la mejor terapia para aguantar todo un año de espera. Es el momento de dar testimonio y vivir según Jesús enseñó amando a todos los que nos rodean.
Hemos empezado a hablar de la Semana Santa de Conil por el final ya que es la novedad pero ahora volvemos al orden y nos acercamos al Domingo de Ramos. Es el día de la Borriquita hasta este año la más joven cofradía del pueblo. El Jesús de este día es un Jesús feliz, un Jesús sonriente, que sonríe porque quiere que se enamoren de su sonrisa. Jesús es saludado con veneración por los vecinos de Jerusalén que ven en él al liberador. Todo le sonríe en ese momento. Nadie, tan sólo él, sabe lo que está por llegar. Pero hoy hay que disfrutar con los vítores del pueblo, descansar del largo viaje y cenar todos unidos en una buena armonía. Allí Jesús demuestra su humildad y su afán de servir a los demás lavando los pies a sus más allegados. También es el momento de la despedida y de rezar al Padre para tener la fuerza para soportar el duro calvario que le espera y la traición de uno de sus amigos. Son las primeras lágrimas, los primeros golpes, los primeros insultos, los primeros abandonos. Jesús se queda solo con sus envidiosos enemigos. Empieza el calvario y la manipulación de las voluntades que de piropearlo pasan a insultarlo. Al final es condenado como un vulgar ladrón a morir crucificado.
Silencio y oración recorren las calles del Conil el Martes Santo. El Cristo Marinero desde su cruz de sufrimiento ilumina el silencio con una bella sonrisa que escapa de su corazón agonizante alumbrando su cara. No quiere el Cristo que nadie llore porque su vida se acaba, sino que quiere que todos sonrían porque todo lo que ha sucedido debe servir para que todos comprendan que la violencia no ha puesto fin a sus ideas. Él ha perdonado porque ama a quien le ha insultado, golpeado y maltratado. Él a los golpes ha respondido con una sonrisa llena de amor. Ha pretendido que ellos, sus verdugos sonrían con él porque estos son momentos de gozo y no de tristeza. Él sufre por amor y por eso, porque está lleno de bondad, no puede sino sonreír. Es la risa del Cristo Marinero la mejor oración y desea que los que en el Martes Santo conileño le acompañan recen con una sonrisa en los labios ya que así estarán derramando su amor entre los que los vean callejear en la penumbra.
¿Cuál es tu amargura Jesús? ¿Lloraste antes de expirar viendo a tus pies a tus amados seres? ¿Lloras al vernos en las calles desde tu espléndido trono? Yo creo que no puedes llorar porque has conseguido culminar tu proyecto. Ni siquiera el dolor ha podido desterrar de tu cara la sonrisa porque Tú sabes que cuanto hiciste lo hiciste por amor y el que ama no llora. Quizás tu madre no te entienda y se deja llevar por las lágrimas. Pero Tú, el Miércoles Santo, colgado del madero espera que los cofrades que te acompañan se sientan felices y piensen que su amigo Jesús no quiere lágrimas sino mucho amor y muchas sonrisas porque hoy que se paró Tú corazón has triunfado sobre la tinieblas y sobre la violencia devolviendo amor. No se ha perdido la batalla porque nunca hubo batalla. Ha triunfado el amor y eso es lo que espera que tus seguidores entiendan que es el momento del amor, de la alegría. Y para crecer en ese amor nada mejor que sonreír a todos aquellos que nos rodean: esposa, hijos, amigos, compañeros, vecinos. Esa será su mejor recompensa.
El Jueves Santos Jesús el Nazareno, con su cruz al hombro, sale de la Capilla del Jesús y tras dar una vuelta se dirige al barrio de la mar por una calle estrecha, donde apenas si caben los espectadores. Los que quieren ver a su Nazareno, a su Nazareno del amor. No es momento del dolor sino del amor. El Nazareno, lentamente, calle Cai arriba busca el mar al que nunca llegará. En la Puerta Cai la multitud espera expectante que de algún balcón cercano suene una saeta. Y suena no una sino hasta dos o tres. Entonces el Nazareno sonríe y agradece ese gesto de adoración y de compartir su dolor. Sonriamos con Él este Jueves Santos porque se abre para todos un futuro de amor.
Ya Jesús yace en su lecho de muerte. Ya terminó todo. Pero no es así. Es todo lo contrario. Ahora empieza todo. En la cara de Jesús yaciente hay una sonrisa de satisfacción. Una sonrisa eterna porque Jesús sabe que con esta muerte ha abierto las puertas de la eternidad. Con su muerte va a poner de manifiesto que hay vida después de la muerte. Cuando alguien se nos pierda en la oscuridad, cuando dejemos de ver su imagen, no lloremos porque nuestro ser querido está con Jesús sonriendo eternamente. Sigamos al Santo Entierro por las calles de Conil y digámosle a la Virgen de la Soledad que no llore por su hijo que sonría porque su hijo sigue vivo en las sombras nebulosas. Y por supuesto nosotros también debemos sonreír para que Jesús se enamore de nuestra sonrisa.
Cerramos esta exaltación a la saeta 2010 con la sonrisa en los labios y recordando que Curro Tobalito ha estado aquí sonriendo con todos nosotros.
JOSÉ LUIS RUBIO
lunes, 29 de marzo de 2010
CARTA DE AMOR
SIETE LUNAS
Hace siete lunas, tan sólo siete, que te fuiste en silencio, casi sin despedirte. Pero cada vez que me siento en esta mesa, al anochecer, me parece, que me observas, que estás tras de mí. Más de una vez me he levantado y he mirado tras la puerta. Naturalmente no había nadie porque tú te habías ido. Otras he sentido pasos acercándose y he esperado que entrases y me besases, como cada noche. Tengo tan dentro tus pasos, tan dentro, que son más míos que tuyos y los oigo en cada habitación. Pero tú estas muy lejos. Sé que no eres tú pero no me resisto a mirar atrás y ver que no hay nadie.
Ahora mismo, que te estoy escribiendo, una voz dulce con sabor a sal, me susurra al oído unos versos antiguos, muy antiguos, aquellos que te escribí cuando paseábamos la viejas calles, de Cádiz, absortos sólo en nosotros. ¿Te acuerdas de las puestas de sol en la Caleta? ¡Qué belleza! Nunca he podido describirlas, me faltan palabras y colorido. No pierdo la esperanza de conseguirlo algún día. Contigo me ocurre lo mismo. Quiero cantar tus primores pero siempre me quedo corto. Nunca encuentro el vocablo exacto. Llevo muy dentro tu pelo, tus ojos, tu cuerpo y sin embargo siempre se me escapa algo.
Ahora mientras te escribo esta carta, te veo, te oigo, te siento, porque como un día te dije: Yo soy tú y tú eres yo. Somos dos pero somos uno. Yo miro con tus ojos y tú miras con los míos. Estoy viendo el paisaje que te envuelve y tú ves estas hojas blancas donde escribo. Tú oyes el rumor del mar y yo escucho silbar el viento en la montaña. Tú estás sentada en una silla mientras yo camino por estrechas veredas. De esta manera los dos estamos en los dos sitios al mismo tiempo. No creas que desvarío por tu ausencia. Aunque te hecho mucho de menos. No es fácil haber perdido tu cuerpo y no desvariar. Pero te aseguro que estoy bien. No te preocupes y disfruta del aire puro. ¿Recuerdas cuando, juntos, recorrimos los senderos que bordeaban el río sintiendo el frescor del agua en la mejilla y viendo saltar las truchas? ¡Qué esplendor! ¡Qué maravilla!
Estoy con tus ojos contemplando de nuevo aquellos parajes inolvidables. Me llegan las imágenes. Me llegan. Estoy aquí pero increíblemente estoy ahí mirando los altos árboles y el rumoroso río que resbala sobre las piedras. Comencé esta carta diciendo que te fuiste hace siete lunas y precisamente hoy hay luna llena. ¡Qué hermosa luce! Está jugando con unas nubecillas tras las que se oculta momentáneamente. No es la misma luna de aquellas frías noches en que nos besábamos en el portal de tu casa. No es la misma luna porque ni siquiera mis ojos que la miran son iguales. Día a día cambiamos: una nueva arruga, una nueva cana, un nuevo lunar, un nuevo dolor, un mayor cansancio. También mi amor por ti es distinto hoy al de nuestros primeros días. Ahora es menos ardiente pero más intenso. Sigo totalmente loco por ti y el resto de las cosas ocupan un lugar secundario. Por eso estos días que no voy a tenerte cerca se me harán eternos.
Desde que te fuiste cuento los minutos, las horas, los días, que faltan para que abras la puerta y me beses. Me cuesta dormirme porque me falta el calor y el olor de tu cuerpo. Esta soledad me desasosiega, me vuelve histérico. No aguanto las conversaciones aburridas de mis compañeros. No soportó el ruido de los bares. Estoy insoportable. No me concentro en el trabajo. No estoy aquí sino ahí contigo.
No contestes esta carta. No la contestes. Dame tus respuestas cuando vuelvas. Prefiero oír tu voz rompiendo el silencio, desgarrando las sombras, agitando el aire. Contigo regresará la calma y el sosiego y de nuevo todo me parecerá mucho más bello.
Un beso y hasta pronto. No te demores. Te espero impaciente.
Segundo Premio del V Concurso Internacional “Cartas de Amor” Club Cultural de Miami “Atenea”
José Luis Rubio
Hace siete lunas, tan sólo siete, que te fuiste en silencio, casi sin despedirte. Pero cada vez que me siento en esta mesa, al anochecer, me parece, que me observas, que estás tras de mí. Más de una vez me he levantado y he mirado tras la puerta. Naturalmente no había nadie porque tú te habías ido. Otras he sentido pasos acercándose y he esperado que entrases y me besases, como cada noche. Tengo tan dentro tus pasos, tan dentro, que son más míos que tuyos y los oigo en cada habitación. Pero tú estas muy lejos. Sé que no eres tú pero no me resisto a mirar atrás y ver que no hay nadie.
Ahora mismo, que te estoy escribiendo, una voz dulce con sabor a sal, me susurra al oído unos versos antiguos, muy antiguos, aquellos que te escribí cuando paseábamos la viejas calles, de Cádiz, absortos sólo en nosotros. ¿Te acuerdas de las puestas de sol en la Caleta? ¡Qué belleza! Nunca he podido describirlas, me faltan palabras y colorido. No pierdo la esperanza de conseguirlo algún día. Contigo me ocurre lo mismo. Quiero cantar tus primores pero siempre me quedo corto. Nunca encuentro el vocablo exacto. Llevo muy dentro tu pelo, tus ojos, tu cuerpo y sin embargo siempre se me escapa algo.
Ahora mientras te escribo esta carta, te veo, te oigo, te siento, porque como un día te dije: Yo soy tú y tú eres yo. Somos dos pero somos uno. Yo miro con tus ojos y tú miras con los míos. Estoy viendo el paisaje que te envuelve y tú ves estas hojas blancas donde escribo. Tú oyes el rumor del mar y yo escucho silbar el viento en la montaña. Tú estás sentada en una silla mientras yo camino por estrechas veredas. De esta manera los dos estamos en los dos sitios al mismo tiempo. No creas que desvarío por tu ausencia. Aunque te hecho mucho de menos. No es fácil haber perdido tu cuerpo y no desvariar. Pero te aseguro que estoy bien. No te preocupes y disfruta del aire puro. ¿Recuerdas cuando, juntos, recorrimos los senderos que bordeaban el río sintiendo el frescor del agua en la mejilla y viendo saltar las truchas? ¡Qué esplendor! ¡Qué maravilla!
Estoy con tus ojos contemplando de nuevo aquellos parajes inolvidables. Me llegan las imágenes. Me llegan. Estoy aquí pero increíblemente estoy ahí mirando los altos árboles y el rumoroso río que resbala sobre las piedras. Comencé esta carta diciendo que te fuiste hace siete lunas y precisamente hoy hay luna llena. ¡Qué hermosa luce! Está jugando con unas nubecillas tras las que se oculta momentáneamente. No es la misma luna de aquellas frías noches en que nos besábamos en el portal de tu casa. No es la misma luna porque ni siquiera mis ojos que la miran son iguales. Día a día cambiamos: una nueva arruga, una nueva cana, un nuevo lunar, un nuevo dolor, un mayor cansancio. También mi amor por ti es distinto hoy al de nuestros primeros días. Ahora es menos ardiente pero más intenso. Sigo totalmente loco por ti y el resto de las cosas ocupan un lugar secundario. Por eso estos días que no voy a tenerte cerca se me harán eternos.
Desde que te fuiste cuento los minutos, las horas, los días, que faltan para que abras la puerta y me beses. Me cuesta dormirme porque me falta el calor y el olor de tu cuerpo. Esta soledad me desasosiega, me vuelve histérico. No aguanto las conversaciones aburridas de mis compañeros. No soportó el ruido de los bares. Estoy insoportable. No me concentro en el trabajo. No estoy aquí sino ahí contigo.
No contestes esta carta. No la contestes. Dame tus respuestas cuando vuelvas. Prefiero oír tu voz rompiendo el silencio, desgarrando las sombras, agitando el aire. Contigo regresará la calma y el sosiego y de nuevo todo me parecerá mucho más bello.
Un beso y hasta pronto. No te demores. Te espero impaciente.
Segundo Premio del V Concurso Internacional “Cartas de Amor” Club Cultural de Miami “Atenea”
José Luis Rubio
LIBRO RECUERDO
Ya se editó mi tercer libro Recuerdo. Si estáis interesado en el mismo podéis adquirirlo en Bubok, o solicitándomelo a mí personalmente. Es un libro de juventud que ha estado guardado más de 30 años. No es muy extenso pero recoge mis pensamientos y sentimientos de mis veinte años. Para poneros en contacto conmigo enviarme un correo a revista_azahar@hotmail.com
HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
Debido a que han surgido algunos problemas el Homenaje que la Revista Azahar iba a rendir al poeta, de Orihuela, Miguel Hernández, se celebrará el sábado 1 de Mayo, a partir de las 7 de la tarde, en la sede de la Asociación Cultural la Guitarra, C/ Neptuno, 3.
Te invitamos a participar en el acto mandándonos un poema a revista_azahar@hotmail.com
Los poemas que lleguen se pondrá en el blog de la revista: revistaazahar.blogspot.com
Te invitamos a participar en el acto mandándonos un poema a revista_azahar@hotmail.com
Los poemas que lleguen se pondrá en el blog de la revista: revistaazahar.blogspot.com
POEMA
CREPÚSCULO
Desde la razón de mi alma
siempre creí alcanzar la felicidad
pero ahora que te encontré
se que no es asi, pues ahora si me pertenece,
como se puede tocar la gloria,
para luego caer en el abismo
yo que pensaba que lo tenía todo
ahora que te perdí, se que no tengo nada...
y en mi vida solo queda el crepúsculo de mi soledad.
ROSARIO FERRER
Desde la razón de mi alma
siempre creí alcanzar la felicidad
pero ahora que te encontré
se que no es asi, pues ahora si me pertenece,
como se puede tocar la gloria,
para luego caer en el abismo
yo que pensaba que lo tenía todo
ahora que te perdí, se que no tengo nada...
y en mi vida solo queda el crepúsculo de mi soledad.
ROSARIO FERRER
miércoles, 24 de marzo de 2010
HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
CULTOR ADAMANTINO
Artífice adamantino
del verso que sube y riela
en la ciudad de Orihuela
Miguel Hernández, genuino
de horizonte esmeraldino
y victima del penal:
con gallardía cabal
echó a volar la paloma...
¡Conduce al verde genoma
con su destello inmortal!.
María Magdalena Cabrera Zamora
(Seudónimo: La Profesora Espinosa)
Santiago de Cuba
CUÉNTAME UN VERSO ABUELO
¡Cuéntame un verso abuelo!
Desde la luna, desde el olivo,
desde el fúsil herido.
¡Regálame un verso abuelo!
-Tendrás que ayudarme niña,
ya mis racimos-huesos,
cerraron la médula del canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo callado.
Libé en tu nana, amarga boca.
Negra aceituna, libé en tu nana.
En la cuna del hambre,
mi niño estaba.
Que negra cuna, que triste madre.
Amarga boca, boca sin aire.
Libé en tu nana,
amarga boca.
Negra aceituna,
libé en tu nana.
Hoy te vengo a dejar esta rosa
de letras y llantos amarillos,
junto al gris metal de su seso,
que cumpliría cien años,
si el viento de la vida
hubiese sido tu aliado.
Cien cipreses se perdieron
entre olivares blancos.
Cien cipreses, cien,
a uno por año.
¡Cuéntame un verso abuelo Miguel!
Desde la cuna del limonero.
Desde el ayer o, desde donde estés,
mándame un verso que borre la hiel,
de tus abrasados poemas sin piel.
-Tendrás que ayudarme niña
ya mis cuchillos-huesos,
secaron la voz y el canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo muriendo.
En estos barrotes, que la fiebre
me torna pétalos de tus dedos,
abrocho días, noches,
convoco la mies.
Arde la casa encendida
de besos y sombra amante.
Arde la casa
encendida.
Besos y sombra.
Entre barrotes, el mundo arde.
Hoy te vengo a dejar estos lirios
de versos y llantos amarillos,
junto al gris metal de tu seso,
que cumpliría cien años,
si a la rosa de tus vientos,
no hubiese la muerte convocado.
Cien cipreses se perdieron
entre rojos olivares,
rojos de miedo y de sangre.
Y en cada ciprés cien mil versos.
¡Que desierto han provocado,
tantos cipreses muertos!
Manuela Bodas Puente
Artífice adamantino
del verso que sube y riela
en la ciudad de Orihuela
Miguel Hernández, genuino
de horizonte esmeraldino
y victima del penal:
con gallardía cabal
echó a volar la paloma...
¡Conduce al verde genoma
con su destello inmortal!.
María Magdalena Cabrera Zamora
(Seudónimo: La Profesora Espinosa)
Santiago de Cuba
CUÉNTAME UN VERSO ABUELO
¡Cuéntame un verso abuelo!
Desde la luna, desde el olivo,
desde el fúsil herido.
¡Regálame un verso abuelo!
-Tendrás que ayudarme niña,
ya mis racimos-huesos,
cerraron la médula del canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo callado.
Libé en tu nana, amarga boca.
Negra aceituna, libé en tu nana.
En la cuna del hambre,
mi niño estaba.
Que negra cuna, que triste madre.
Amarga boca, boca sin aire.
Libé en tu nana,
amarga boca.
Negra aceituna,
libé en tu nana.
Hoy te vengo a dejar esta rosa
de letras y llantos amarillos,
junto al gris metal de su seso,
que cumpliría cien años,
si el viento de la vida
hubiese sido tu aliado.
Cien cipreses se perdieron
entre olivares blancos.
Cien cipreses, cien,
a uno por año.
¡Cuéntame un verso abuelo Miguel!
Desde la cuna del limonero.
Desde el ayer o, desde donde estés,
mándame un verso que borre la hiel,
de tus abrasados poemas sin piel.
-Tendrás que ayudarme niña
ya mis cuchillos-huesos,
secaron la voz y el canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo muriendo.
En estos barrotes, que la fiebre
me torna pétalos de tus dedos,
abrocho días, noches,
convoco la mies.
Arde la casa encendida
de besos y sombra amante.
Arde la casa
encendida.
Besos y sombra.
Entre barrotes, el mundo arde.
Hoy te vengo a dejar estos lirios
de versos y llantos amarillos,
junto al gris metal de tu seso,
que cumpliría cien años,
si a la rosa de tus vientos,
no hubiese la muerte convocado.
Cien cipreses se perdieron
entre rojos olivares,
rojos de miedo y de sangre.
Y en cada ciprés cien mil versos.
¡Que desierto han provocado,
tantos cipreses muertos!
Manuela Bodas Puente
domingo, 21 de marzo de 2010
HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
DESPLAZADOS
Recién llegados
Abriendo los ojos
Poder engañar los ojos del niño
Mas los del adulto
En estupefacto conocimiento
De engañar al hambre
Engañar al frío
Con emociones reales
Al sentarse en la caja de cartón
de la esquina del semáforo
Recién llegados
Con mirada absorta
Hacia el oriente incierto
Hacia el sur desolado
Al norte confuso
Sin saber a dónde ir
Recién llegados
En esta ciudad arisca, fría
De valores trastocados
Desplazados
Miran los altos edificios
Y el movimiento rápido
De los demás
Sin saber a dónde ir
Solo saben lo que dejaron atrás
En el arado de su vida humilde
Humildes campesinos
Lejos de su tierra fértil
Hoy seca
Por la bala de fuego cruzada
Sangre derramada que no abandona
Sino dolor odio y desilusión
Seca por la falta de cuidado
De sus manos
Recién llegados
Sin saber dónde ir
Solo saben
Lo que dejaron atrás
Cargando a sus espaldas
Las migajas de esa vida pasada
Llena de aire fresco y verde
En su memoria
Que hoy se desvanece
En la añoranza de un mejor vivir
Haciendo malabares y danzas
En este aire gris y contaminado
De sofocante ruido
Donde se levantan, suspiran,
Toman aliento y caminan
Hacia un futuro incierto
De malabares y ventas callejeras
En una ciudad opaca
Sin noches de estrellas
Y ajena al crujir
De las luciérnagas noctámbulas.
Ana María Ríco
El VALOR DE LA VIDA
no siempre es cuna el lugar donde duerme un niño
ni siempre la madre arrulla, mece, canta y apapacha
en la miseria
la vida se apodera de la sombra del sol
Días de perseverancia oscura
Abandono de la existencia
Escondida en el rincón del diario transcurrir
Decidida por la vida
Luchando a capa y espada
Disimula desvelos al verle durmiendo
En esa caja de cartón
alrededor del hedor de una pensión
donde no siempre se come
ni siempre se descansa
donde siempre
amanece el hambre
la encrucijada del rebusque
la desgastada mesa
sin alimento que bendecir ni dar gracias
sino al tiempo
que corre sin tregua
envejeciendo al rostro adolescente
ojeroso de angustia
arrugado de quebranto
renace como el ave fénix
alzando vuelo entre las cenizas
alguien inocente le enseña
a sonreír , a resurgir
su razón de vivir
por el calor compartido entre esa cuna
caja de cartón
sin cascabeles, móviles ni sonajeros
levanta alas cada mañana
dando razón a su existir
para llegar con pan a casa
después de largas jornadas de saltimbanqui
de un bus a un semáforo , de una esquina a otra
luchando a capa y espada
por mantener en pie la sonrisa
que le hace elevar alas cada mañana
olvidando la adolescencia perdida
hoy encontrando la brújula que le guía
al norte de la adultez y sur de la existencia
cubierta de capa digna y espada de amor
Ana María Rico
MANIFESTACION
Hechos de paz
Escondidos en intentos mil
De asesinar a la violencia
Jugando la última carta real
De paz
Que se perdió en zonas de distensión
Quedándonos en jaque
Detrás de la encrucijada existencial
¿Política o democracia?
Puros embaucadores que forman
Callos en las heridas
Mil veces cerradas
Mil veces abiertas
Un poco más de plomo
En la memoria
Que palpa un nuevo milenio
Sin Gaitanes, Jaramillos
Pardos Leales y Pizarros
Que llenaron pequeños párrafos
De nuestra historia cruda
Tan versátil como inerte
En donde el papel aguanta todo
Y las palabras mueren
en el olvido de un atentado más
Entre tantos
Dejando sin palabras de solución
A un pueblo sin verdaderos caudillos
Lideres muertos en el intento
Intentos blancos de abrir mentes cerradas
Elevar cometas de sueños con palomas al cielo
Llenos de fe en un cambio que demora,
Que se dilata, se confunde
Y no llega mientras lapidamos nuestros muertos.
Ana María Rico
Recién llegados
Abriendo los ojos
Poder engañar los ojos del niño
Mas los del adulto
En estupefacto conocimiento
De engañar al hambre
Engañar al frío
Con emociones reales
Al sentarse en la caja de cartón
de la esquina del semáforo
Recién llegados
Con mirada absorta
Hacia el oriente incierto
Hacia el sur desolado
Al norte confuso
Sin saber a dónde ir
Recién llegados
En esta ciudad arisca, fría
De valores trastocados
Desplazados
Miran los altos edificios
Y el movimiento rápido
De los demás
Sin saber a dónde ir
Solo saben lo que dejaron atrás
En el arado de su vida humilde
Humildes campesinos
Lejos de su tierra fértil
Hoy seca
Por la bala de fuego cruzada
Sangre derramada que no abandona
Sino dolor odio y desilusión
Seca por la falta de cuidado
De sus manos
Recién llegados
Sin saber dónde ir
Solo saben
Lo que dejaron atrás
Cargando a sus espaldas
Las migajas de esa vida pasada
Llena de aire fresco y verde
En su memoria
Que hoy se desvanece
En la añoranza de un mejor vivir
Haciendo malabares y danzas
En este aire gris y contaminado
De sofocante ruido
Donde se levantan, suspiran,
Toman aliento y caminan
Hacia un futuro incierto
De malabares y ventas callejeras
En una ciudad opaca
Sin noches de estrellas
Y ajena al crujir
De las luciérnagas noctámbulas.
Ana María Ríco
El VALOR DE LA VIDA
no siempre es cuna el lugar donde duerme un niño
ni siempre la madre arrulla, mece, canta y apapacha
en la miseria
la vida se apodera de la sombra del sol
Días de perseverancia oscura
Abandono de la existencia
Escondida en el rincón del diario transcurrir
Decidida por la vida
Luchando a capa y espada
Disimula desvelos al verle durmiendo
En esa caja de cartón
alrededor del hedor de una pensión
donde no siempre se come
ni siempre se descansa
donde siempre
amanece el hambre
la encrucijada del rebusque
la desgastada mesa
sin alimento que bendecir ni dar gracias
sino al tiempo
que corre sin tregua
envejeciendo al rostro adolescente
ojeroso de angustia
arrugado de quebranto
renace como el ave fénix
alzando vuelo entre las cenizas
alguien inocente le enseña
a sonreír , a resurgir
su razón de vivir
por el calor compartido entre esa cuna
caja de cartón
sin cascabeles, móviles ni sonajeros
levanta alas cada mañana
dando razón a su existir
para llegar con pan a casa
después de largas jornadas de saltimbanqui
de un bus a un semáforo , de una esquina a otra
luchando a capa y espada
por mantener en pie la sonrisa
que le hace elevar alas cada mañana
olvidando la adolescencia perdida
hoy encontrando la brújula que le guía
al norte de la adultez y sur de la existencia
cubierta de capa digna y espada de amor
Ana María Rico
MANIFESTACION
Hechos de paz
Escondidos en intentos mil
De asesinar a la violencia
Jugando la última carta real
De paz
Que se perdió en zonas de distensión
Quedándonos en jaque
Detrás de la encrucijada existencial
¿Política o democracia?
Puros embaucadores que forman
Callos en las heridas
Mil veces cerradas
Mil veces abiertas
Un poco más de plomo
En la memoria
Que palpa un nuevo milenio
Sin Gaitanes, Jaramillos
Pardos Leales y Pizarros
Que llenaron pequeños párrafos
De nuestra historia cruda
Tan versátil como inerte
En donde el papel aguanta todo
Y las palabras mueren
en el olvido de un atentado más
Entre tantos
Dejando sin palabras de solución
A un pueblo sin verdaderos caudillos
Lideres muertos en el intento
Intentos blancos de abrir mentes cerradas
Elevar cometas de sueños con palomas al cielo
Llenos de fe en un cambio que demora,
Que se dilata, se confunde
Y no llega mientras lapidamos nuestros muertos.
Ana María Rico
sábado, 20 de marzo de 2010
HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
CUÉNTAME UN VERSO ABUELO
¡Cuéntame un verso abuelo!
Desde la luna, desde el olivo,
desde el fúsil herido.
¡Regálame un verso abuelo!
-Tendrás que ayudarme niña,
ya mis racimos-huesos,
cerraron la médula del canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo callado.
Libé en tu nana, amarga boca.
Negra aceituna, libé en tu nana.
En la cuna del hambre,
mi niño estaba.
Que negra cuna, que triste madre.
Amarga boca, boca sin aire.
Libé en tu nana,
amarga boca.
Negra aceituna,
libé en tu nana.
Hoy te vengo a dejar esta rosa
de letras y llantos amarillos,
junto al gris metal de su seso,
que cumpliría cien años,
si el viento de la vida
hubiese sido tu aliado.
Cien cipreses se perdieron
entre olivares blancos.
Cien cipreses, cien,
a uno por año.
Manuela Bodas Puente
ESPIRITU SANTO
el ave es la angustia
de lo irreal
f. n.
En el cielorraso de lamina acanalada
¡La paloma!
Amistosa y personal
Domesticada desde eones atrás
La paloma con cara de ocelote
Los ojos dos puntitos colorados
Protuberantes
Ligeramente fosforescentes
Ella es totalmente negra
Incluidos el pico las patas y las uñitas
¡Una verdadera rareza!
A menudo es fría como metal
Pero ahora está tibia casi caliente
Algún día habrá de terminar en la olla
Algún día
¿Será después del juicio final?
La paloma mueve la cabeza
No será después del juicio final
Pero tampoco lo será antes
Francisco Nájera ( Guatemala)
HOMENAJE
A Miguel Hernández
He bendecido tu nombre
En el homenaje de abril
Imitando la lira
Eclíptica de tus versos.
He celebrado tu nombre
Acariciando cada pétalo
Del prestigio que irradias
Poeta telúrico y celeste
Sembrador de sueños
Libertarios
Con tu espada de luz
Suaviza nuestra cruz.
Por Mercedes Tinoco Obregón
DULCE ANGEL
A Miguel Hernández
Dulce Ángel tangible en mi alma
Sol radiante de las rosas del mediodía
Dime cómo navegar
En las turbulencias del dolor
Allí donde el misterio resiste el sueño
Impasible y doliente de los pueblos
Qué laten en tu sangre y tu pasión.
Dime cómo calmar la lumbre
De tus heridas que besan la mano vacía,
El desconsuelo humano y la juventud
Que empuña la linfa divina de los sables.
Dulce Ángel
Dime cómo calmar tu herida
Entre las hojas del olivo
Y el lamento de mi guitarra.
Por Mercedes Tinoco Obregón
Y Tu…
` Y el temor fue tan fuerte y el golpe tan grande.
Y la muerte tan amplia y el corazón uno propio.
Y el dolor tan incomprensible y la soledad tan absurda.
Y tu adiós tan irreductible y el jamás tan cerca.
Y tus pestañas tan claras y tus ojos tan oscuros.
Y tu mirada tan rara y tu voz tan callada.
Y tus manos tan secas Y tu pensamiento tan libre.
Tu amor tan único y el mío tan solo.
Y el mañana tan ausente y la despedida tan larga.
Y la tarde tan mansa y el pinar tan eterno.
Y tus ojos ya ciegos y la tierra tan blanda.
Y tú andar sin aliento y un adiós que no alcanza.
Y tu sepulcro tan vasto y esa colina tu descanso.
Y ese atardecer que se duerme y este sin vos que no pasa.
Silvia Geromín
P e r f i l
Mi perfil de poeta
no columbra,
para ser de la gloria abanderado,
mi perfil de poeta solo existe
para alegrar mi momento ilusionado.
No pretendo volar a mucha altura,
el temor a la grávida me asusta,
solo vuelo a ras de mi locura
donde el pensar aun conserva su cordura.
Son mis versos
explosión de sentimientos,
disfrazados en risas y alborotos,
donde el lego en rimas y sonetos,
los clasifica como versos locos.
No me importa
sentir de la censura,
un lapidario fallo sin altura,
siempre gozo feliz cuando respira,
mi corazón de amor, libre de espinas.
Hernando Arias Silva
M i s v e r s o s
Del siempre florido jardín de mis sueños,
Violetas humildes son mis pobres versos.
Me salen del alma tímidos e ingenuos,
Con toques de rayos, de luna, y… misterio.
Por eso los guardo;
Los amo por eso:
Son la grácil forma
De mi sentimiento.
Cuando el alma presa de nostalgia siento,
Cuando me sacuden las aguas del tedio,
Los busco anheloso, con ansia los leo,
Y al verlos cómo hablan con tono sincero,
Y al ver que comparten mis risas y duelos,
Mi dolor se esfuma…. Y en mi mundo interno,
Brilla un nuevo día con fulgor intenso.
Por eso los guardo;
Los amo por eso:
Disipan las nieblas
De mi mundo interno.
De mis ilusiones son ellos los ecos,
Y las francas voces de vivos anhelos.
Suspiran si lloro y si estoy contento
Ríen con la risa de los rapazuelos.
Son mis más constantes amigos,
Por eso con amor los miro,
Mis pálidos versos.
Con cariño para el poeta Miguel Hernández, en el día de su merecido homenaje. Que sea un día donde los sueños hechos poemas, brillen en todos los estados de lengua Española.
Juan de Dios Arias
¡Cuéntame un verso abuelo!
Desde la luna, desde el olivo,
desde el fúsil herido.
¡Regálame un verso abuelo!
-Tendrás que ayudarme niña,
ya mis racimos-huesos,
cerraron la médula del canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo callado.
Libé en tu nana, amarga boca.
Negra aceituna, libé en tu nana.
En la cuna del hambre,
mi niño estaba.
Que negra cuna, que triste madre.
Amarga boca, boca sin aire.
Libé en tu nana,
amarga boca.
Negra aceituna,
libé en tu nana.
Hoy te vengo a dejar esta rosa
de letras y llantos amarillos,
junto al gris metal de su seso,
que cumpliría cien años,
si el viento de la vida
hubiese sido tu aliado.
Cien cipreses se perdieron
entre olivares blancos.
Cien cipreses, cien,
a uno por año.
Manuela Bodas Puente
ESPIRITU SANTO
el ave es la angustia
de lo irreal
f. n.
En el cielorraso de lamina acanalada
¡La paloma!
Amistosa y personal
Domesticada desde eones atrás
La paloma con cara de ocelote
Los ojos dos puntitos colorados
Protuberantes
Ligeramente fosforescentes
Ella es totalmente negra
Incluidos el pico las patas y las uñitas
¡Una verdadera rareza!
A menudo es fría como metal
Pero ahora está tibia casi caliente
Algún día habrá de terminar en la olla
Algún día
¿Será después del juicio final?
La paloma mueve la cabeza
No será después del juicio final
Pero tampoco lo será antes
Francisco Nájera ( Guatemala)
HOMENAJE
A Miguel Hernández
He bendecido tu nombre
En el homenaje de abril
Imitando la lira
Eclíptica de tus versos.
He celebrado tu nombre
Acariciando cada pétalo
Del prestigio que irradias
Poeta telúrico y celeste
Sembrador de sueños
Libertarios
Con tu espada de luz
Suaviza nuestra cruz.
Por Mercedes Tinoco Obregón
DULCE ANGEL
A Miguel Hernández
Dulce Ángel tangible en mi alma
Sol radiante de las rosas del mediodía
Dime cómo navegar
En las turbulencias del dolor
Allí donde el misterio resiste el sueño
Impasible y doliente de los pueblos
Qué laten en tu sangre y tu pasión.
Dime cómo calmar la lumbre
De tus heridas que besan la mano vacía,
El desconsuelo humano y la juventud
Que empuña la linfa divina de los sables.
Dulce Ángel
Dime cómo calmar tu herida
Entre las hojas del olivo
Y el lamento de mi guitarra.
Por Mercedes Tinoco Obregón
Y Tu…
` Y el temor fue tan fuerte y el golpe tan grande.
Y la muerte tan amplia y el corazón uno propio.
Y el dolor tan incomprensible y la soledad tan absurda.
Y tu adiós tan irreductible y el jamás tan cerca.
Y tus pestañas tan claras y tus ojos tan oscuros.
Y tu mirada tan rara y tu voz tan callada.
Y tus manos tan secas Y tu pensamiento tan libre.
Tu amor tan único y el mío tan solo.
Y el mañana tan ausente y la despedida tan larga.
Y la tarde tan mansa y el pinar tan eterno.
Y tus ojos ya ciegos y la tierra tan blanda.
Y tú andar sin aliento y un adiós que no alcanza.
Y tu sepulcro tan vasto y esa colina tu descanso.
Y ese atardecer que se duerme y este sin vos que no pasa.
Silvia Geromín
P e r f i l
Mi perfil de poeta
no columbra,
para ser de la gloria abanderado,
mi perfil de poeta solo existe
para alegrar mi momento ilusionado.
No pretendo volar a mucha altura,
el temor a la grávida me asusta,
solo vuelo a ras de mi locura
donde el pensar aun conserva su cordura.
Son mis versos
explosión de sentimientos,
disfrazados en risas y alborotos,
donde el lego en rimas y sonetos,
los clasifica como versos locos.
No me importa
sentir de la censura,
un lapidario fallo sin altura,
siempre gozo feliz cuando respira,
mi corazón de amor, libre de espinas.
Hernando Arias Silva
M i s v e r s o s
Del siempre florido jardín de mis sueños,
Violetas humildes son mis pobres versos.
Me salen del alma tímidos e ingenuos,
Con toques de rayos, de luna, y… misterio.
Por eso los guardo;
Los amo por eso:
Son la grácil forma
De mi sentimiento.
Cuando el alma presa de nostalgia siento,
Cuando me sacuden las aguas del tedio,
Los busco anheloso, con ansia los leo,
Y al verlos cómo hablan con tono sincero,
Y al ver que comparten mis risas y duelos,
Mi dolor se esfuma…. Y en mi mundo interno,
Brilla un nuevo día con fulgor intenso.
Por eso los guardo;
Los amo por eso:
Disipan las nieblas
De mi mundo interno.
De mis ilusiones son ellos los ecos,
Y las francas voces de vivos anhelos.
Suspiran si lloro y si estoy contento
Ríen con la risa de los rapazuelos.
Son mis más constantes amigos,
Por eso con amor los miro,
Mis pálidos versos.
Con cariño para el poeta Miguel Hernández, en el día de su merecido homenaje. Que sea un día donde los sueños hechos poemas, brillen en todos los estados de lengua Española.
Juan de Dios Arias
jueves, 18 de marzo de 2010
HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
¿Qué es real?
¿Qué es real?
Ni el tiempo,
Ni el espacio “es” real.
Es invento del hombre,
En su razonar.
¿Es real la materia,
o es real lo material?
Ni una cosa,
ni la otra “es” real.
Creaciones del hombre,
en su cortedad.
¿Qué es real?
¿Es real el Amor,
o es real el dolor?
Ni una cosa, ni la otra,
se pueden tocar.
Locuciones del hombre,
en su transitar.
¿Es real la Vida,
o es real la Muerte?
Ni una cosa, ni la otra,
Puede desvelar,
La vida,
En “muerte” se vive, y
La muerte,
En “vida” se ha de trocar.
Al final del camino,
nada eres y
En nada,
Te has de quedar.
Manuela González Aguilera
SONETO A MIGUEL HERNÁNDEZ
Por: Leonora Acuña de Marmolejo
¡Oh, Miguel: barro quisiste llamarte
seguro del destino de tu arcilla,
mas en la espera tu feral semilla
pusiste en surcos do aún germina tu arte!
Con su linfa los clásicos eternos,
tu estro en lírica inquietud nutrieron.
Así tus versos un puente tendieron
entre la tradición y lo moderno.
¡Oh, poeta que de tu barro humano,
-cual sugirió Machado-, a tus hermanos
copa lograste hacer do deleitosos,
del temblor de tu verso intemporal
-que amalgamó el buen gusto y lo esencial-,
aún ansiamos saciarnos ardorosos!
CATACLISMO
En el confín marino, donde se pone el Sol,
donde las frescas manzanas son de oro
y los vivos se reúnen con los muertos,
sueño, en mi geografía imaginaria,
con el remoto país de los enamorados.
Este cerebro de neuronas escasas
vislumbra entre millares la isla predilecta,
la más fértil, la dichosa,
la que surge del mar como una espiga.
Mientras dos golondrinas incesantes
remodelan las estrías del poniente,
las palmeras se mecen como nidos
bajo brisas encontradas.
Los pescadores regresan con sus pangas
repletas de pescado;
las mujeres terminan sus petates
y los niños en la playa destrozan caracoles.
El corazón caliginoso de la aldea
se alegra de conversaciones y de tratos.
Desde los talleres
sube el canto de los alfareros.
En los huertos y en las casas
todos sueñan con el mar,
con los enormes buques y los lejanos puertos.
Pero algo desordena mis mares interiores;
el estruendo es sordo y mis entrañas tiemblan.
El aire penetra como un arpón de acero.
Las casas y las calles se van quedando solas;
los isleños huyen.
El agua brama sobre los seísmos
en su estertor fatal.
Hay convulsión de nubes, de olas y de polvo;
los muros caen; se desploman techos;
se rompen puertas y ventanas;
se desfondan pisos;
se descuajan árboles;
los peñascos ruedan, suben,
bajan buscando nuevo lecho;
el mar hambriento se ha tragado el mundo.
Hombres y mujeres con sus hijos
escapan aterrados del duro cataclismo.
Y yo vuelvo al principio:
Así, con mi esperanza, soñando que amanece.
Verano Brisas
Desde mis huesos
“Con los huesos”, Hernández, “con los huesos”,
pediste una y otra y otra vez.
Pero, nadie te oyó, ni te oye, ni te oirá Miguel.
Treinta guerras coexisten, hoy por hoy, sin ceder.
Cada cual con más técnica, menos huesos, más cruel.
Y no hay valor que importe “todo vale”, ya ves,
la ciencia en el progreso se ha olvidado del Ser,
y no hay poema que pueda convencer, ya lo sé.
Pero, al igual que tú escribo, me revelo escribiendo.
¿Qué otra cosa he de hacer?
Lo hago desde mis huesos, con mis huesos, Miguel.
Mónica Alejandra Quimasó y Sevillano
A Miguel Hernández
Pasa un suspiro
que mece el silencio
pasan las horas,
cavilando despierto
la vida entre rejas,
se va sigilosa
tocando entre meses,
la vida
con sol de batallas,
que hieren.
se trunca la espuma del verbo
que vierte "in memoriam"
la muerte
¿qué muerte?...
Aquella que lanza
al hombre
tras otras vertientes,
donde nada se queda
mas que en las ondas,
que lanza la corriente
sobre la penumbra
que encumbra,
slogan de sueños;
la paz permanente
el hombre a su instancia,
recobra el decoro:
años perdidos, amores fallidos,
hallados; a la sombra
de un ciprés, alargado
Rita Velázquez (La Línea).
“El Firmamento.”
Ya estoy en el ocaso
de mi vida
y cuando miro hacia atrás
me doy cuenta de que todo
es una gran mentira
no hay mujer fiel
ni amigo sincero el uno y el otro
se venden por dinero
cuantas promesas y
cuantos desengaños
he recibido yo durante
todos estos años
pero a pesar de todo
no escarmiento
y pienso que algún día
en algún lugar y en
cualquier momento
tu amor y mi amor
en un abrazo eterno
viajen por el firmamento.
Nicolás Sosa
“En el mapa de tu cuerpo.”
Aunque tú quisieras
No podrás olvidarme
Porque me se de memoria
El mapa de tu cuerpo
Y en cada rincón de él
Deposité mis besos.
Recuerdo cómo suspirabas
Cuándo yo te acariciaba
Y te cubría con mis besos
El placer que tú sentías
Cada vez que nos uníamos
En un dulce embelezo.
Cuantas veces en la vida
Me pediste un beso
Y yo te correspondía
Con algo más que eso
Por eso te digo
Que no podrás olvidarme.
Aunque tú lo quisieras
No dejaras de amarme
Por que en el mapa de tu cuerpo
Yo descubrí el sendereo
Donde juntos los dos
Viajamos al cielo.
Nicolás Sosa
Espejismos
Quisiera entender aquello del pago por el trabajo,
por ese que da ganancias y devuelve necesidades.
Ganancias que son dinero para aquél que todo lo posee,
necesidades para todo aquél que con su trabajo las genera.
Nacimos convencidos de tan infame relación.
Morimos rindiendo culto al condenado poseedor.
Es él quien irá al infierno después del terreno cielo;
mas no aquel que vivió en terreno infierno.
Quisiera entender tantas cosas de malévola tradición.
de esa que nos enseña a respetar al usurpador,
a compadecer al usurpado, tomándolo como un postrer
premio de divina voluntad.
Esa que, envuelta en premios y castigos, conmina a la humilde
muchedumbre a la escasez de razón.
La misma que no repara en condición humana,
avasalla sin consideración alguna al vulgo trabajador
La prosperidad la oculta, la crisis la desnuda,
mas la necesidad del avasallador siempre se hace presente.
La culpa es del avasallado:
si suben los precios, si la producción es baja,
si baja la demanda, si la oferta es alta,
si los índices fluctúan, si la conveniencia acosa,
si al poseedor le va mal, también si no le va.
¡Dios bendiga al avasallador!
Sin él jamás podríamos sobrevivir
Es él dueño de todo, de nuestras vidas también.
Juan de Dios Meneses C
A MIGUEL HERNÁNDEZ, A SU OBRA Y A SU LÍRICO CÁLAMO
¿Qué hice para que pusieran
a mi vida tanta cárcel?
DEL P. EL ÚLTIMO RINCÓN
I
A la lírica péñola “hernandiana”,
le ahorcaron el aliento las prisiones,
y hoy sus yemas preñadas en mugrones,
raíz le hacen brotar a su peana.
Resurgen al albor por la montana;
y soñando se vierten en renglones,
pariendo un salmodiar de sensaciones
que llueven paz y amor cada mañana.
Y aunque truncar quisieran su atalaya
raigón dejó en el corte la cizalla,
cuya yema fue sed declamatoria;
y el brote que despierta de esa yema,
es sonata que vuela como emblema,
que surca el pentagrama de la historia.
II
Y aunque joven comiste cementerio
y tu carne fue pacto de una fosa,
tu semilla mostrose generosa
al mamar de la fuente de un buen pierio.
De tus versos florece un monasterio
que en sus muros y bóvedas rebosa
un efluvio, que embriaga y que se posa
en el eco que mana de un salterio.
Y una vez hecho río permanente,
de agua serena, pura y transparente,
te has dejado beber por el sediento,
que le gusta lactar literatura,
estrujando el pezón hasta que apura
de tus trovas el último fragmento.
III
La cárcel horadó tu sepultura
e hizo de ti, cosecha de su Agosto,
recolectó tu cuerpo a bajo costo
dejando fracturada tu andadura.
La senda se enfrentó con la espesura
haciéndose un trazado muy angosto
que tu pluma rompió con su arregosto
de sembrar en ringleros la cultura.
¡Tanta raíz echaron tus plantíos,
que han ido dando pan en los estíos,
a las bocas que hambrientas de ti estaban;
y trillando tu mies, iban sacando
el buen trigo, que tú fuiste sembrando
y una vez ya hecho hogaza masticaban…!
MANUEL MEJÍA SÁNCHEZ CAMBRONERO
A Miguel Hernández
Descienden de los silbos
unos rayos de agua
a los cometas
Ascienden de las décimas
y en ronda - ¿fríos? –
soles cenicientos.
ROLANDO REVAGLIATTI
Miguel Hernández (acróstico)
Miguel Hernández
Ingeniero de palabras
Gracias y figura
Unido a una época y guerra
Enardecido tu corazón estaba
Llantos y sangres derramadas.
Hambre de libertad y nanas que…
Entre rejas tu musa soñaba,
Roja Luna, verdes horizontes.
Niña y cebollas y campos de Orihuela.
Alondras volarán y ese día
No habrá llantos, solo alegrías,
Dando todo tu ser, amor y poesías,
Estarás en la luz de un nuevo amanecer.
Zafo para siempre, para siempre
Rosa Ordóñez Martín
RAYO
Por el exiguo marco la turquesa
de un cielo de papel se desmesura,
un hacha desquebraja la hendidura
y la sangre, feroz, se vuelve espesa.
El fuego de ese rayo que no cesa
te ha quebrado la voz en su premura
y el lamento de amor se transfigura
en flecha que los muros atraviesa.
Misterioso poder del alquimista
-al que yo como náufraga me aferro-
de convertir la piedra en amatista.
A golpes de martillo funde el hierro
el dolor como en mágica conquista
que ha escapado cantando de su encierro.
M. Carmen Guzmán
NO ME PREGUNTES
En la soledad de este despacho
desterrado de voces forasteras
no me preguntes mucho,
he buscado un refugio del solano,
de esa calma chicha que embriaga,
revolviendo armarios y libros
por encontrar al hombre que me habita.
Construí la casa de paredes blancas
con rincones de amapolas,
abierta la tuve siempre a la mente
y a los sueños del árbol nuevo,
confié en el valor de otros
liberados de tiempos hueros,
y otros me traicionaron, reflejo
de un mundo muerto.
En la soledad de este despacho
el hombre se ha hecho desierto
alimentándose de pan ajeno,
hermanos que lucharon juntos
se repartieron los frutos,
y porque ni somos pocos ni muchos
nos queda la soledad sola,
la muerte se acerca rancia
mientras la angustia me ahonda:
el hombre que fía en lo divino
que no plante arroz o trigo,
si no arrima el hombro
por cambiar este destino,
desde mi soledad le digo
que nunca cuente conmigo.
Miguel Ángel Villar
Liberación
Llegaste del extremo de aquel mar
que olía a muchedumbre.
De pronto, tu mirada se hizo mía
y supe responderte
con el rubor escrito en todo el rostro
y el corazón alado
tratando de fundirse con el tuyo
en medio del fragor.
Y nada fue imposible entre nosotras.
Cedieron las barreras
que impone la razón más infeliz,
esclava de la envidia.
Rompimos los tabúes para amarnos
sin pausa y sin medida,
y supe los secretos de tu cuerpo
donándote los míos
en todos los oasis del camino.
Sendero que emprendimos
camino a un arco iris liberado.
Aliado milagroso
del resto material de nuestras vidas,
unidas para siempre.
Juan Carlos Monteverde García
Lloraban tus ojos en mi conciencia
He podido contemplar
con asombro al fin,
tus expresivos ojos de muchacho,
dándome cuenta
de que tu mirada me hablaba a gritos
de los éxodos del alma
y de las hazañas de un héroe valeroso.
Te pedí respuesta
atisbándote en la solitaria llanura
del asolado sufrimiento.
Recorrías con tus pies
doloridos de tanto andar,
los desérticos arenales
del caluroso silencio,
aquellas dunas movedizas,
tan airadas
por el viento de la guerra,
las que fueron en el pasado,
campos de carnes sangrientas,
descuartizadas por las garras de los buitres
y basureros de olvidados restos metálicos
esparcidos y oxidados
junto a los cadáveres
de los ejércitos vencidos por la Muerte.
Josep Esteve Rico Sogorb
INVOCACIONES
Un grito de la sangre te dio el grito
con que crece tu hombría con la vida,
y en las tres cavidades de tu herida
vive el toro de España como un rito.
Tu ingle de varón acrece el mito
de tu voz de juglar escarnecida,
y un tatuaje brutal en duelo anida
el Guernica de muerte siempre ahito.
No te vas a morir porque insistente
se regresa la Muerte de repente
a mostrar tu poesía entre los grandes.
Vivirás con tu fuego otras edades
floreciendo en la sangre soledades
que te nombran a ti: Miguel Hernández.
Brígido Redondo.
BALADA DEL FLUJO INCANDESCENTE
Quiero ser el tumulto engalanado fulgiendo bajo palio las espumas,
el contorno que todo lo solapa
y esa luz desvistiendo la espesura.
En mi lápiz resuenan los espejos
cual telar en busca de infinitos,
mas es la luna anclada en los cabellos
el candor susurrante del delirio.
Los poemas son miradas en cruz
con violines bordando la esperanza,
cada verso una torre de zafiro,
cada imagen el rostro de la Nada.
Quiero ser la raíz de un Tiempo azul,
y el viento donde broten mis pisadas.
Luis Ángel Marín Ibáñez
¿Qué es real?
Ni el tiempo,
Ni el espacio “es” real.
Es invento del hombre,
En su razonar.
¿Es real la materia,
o es real lo material?
Ni una cosa,
ni la otra “es” real.
Creaciones del hombre,
en su cortedad.
¿Qué es real?
¿Es real el Amor,
o es real el dolor?
Ni una cosa, ni la otra,
se pueden tocar.
Locuciones del hombre,
en su transitar.
¿Es real la Vida,
o es real la Muerte?
Ni una cosa, ni la otra,
Puede desvelar,
La vida,
En “muerte” se vive, y
La muerte,
En “vida” se ha de trocar.
Al final del camino,
nada eres y
En nada,
Te has de quedar.
Manuela González Aguilera
SONETO A MIGUEL HERNÁNDEZ
Por: Leonora Acuña de Marmolejo
¡Oh, Miguel: barro quisiste llamarte
seguro del destino de tu arcilla,
mas en la espera tu feral semilla
pusiste en surcos do aún germina tu arte!
Con su linfa los clásicos eternos,
tu estro en lírica inquietud nutrieron.
Así tus versos un puente tendieron
entre la tradición y lo moderno.
¡Oh, poeta que de tu barro humano,
-cual sugirió Machado-, a tus hermanos
copa lograste hacer do deleitosos,
del temblor de tu verso intemporal
-que amalgamó el buen gusto y lo esencial-,
aún ansiamos saciarnos ardorosos!
CATACLISMO
En el confín marino, donde se pone el Sol,
donde las frescas manzanas son de oro
y los vivos se reúnen con los muertos,
sueño, en mi geografía imaginaria,
con el remoto país de los enamorados.
Este cerebro de neuronas escasas
vislumbra entre millares la isla predilecta,
la más fértil, la dichosa,
la que surge del mar como una espiga.
Mientras dos golondrinas incesantes
remodelan las estrías del poniente,
las palmeras se mecen como nidos
bajo brisas encontradas.
Los pescadores regresan con sus pangas
repletas de pescado;
las mujeres terminan sus petates
y los niños en la playa destrozan caracoles.
El corazón caliginoso de la aldea
se alegra de conversaciones y de tratos.
Desde los talleres
sube el canto de los alfareros.
En los huertos y en las casas
todos sueñan con el mar,
con los enormes buques y los lejanos puertos.
Pero algo desordena mis mares interiores;
el estruendo es sordo y mis entrañas tiemblan.
El aire penetra como un arpón de acero.
Las casas y las calles se van quedando solas;
los isleños huyen.
El agua brama sobre los seísmos
en su estertor fatal.
Hay convulsión de nubes, de olas y de polvo;
los muros caen; se desploman techos;
se rompen puertas y ventanas;
se desfondan pisos;
se descuajan árboles;
los peñascos ruedan, suben,
bajan buscando nuevo lecho;
el mar hambriento se ha tragado el mundo.
Hombres y mujeres con sus hijos
escapan aterrados del duro cataclismo.
Y yo vuelvo al principio:
Así, con mi esperanza, soñando que amanece.
Verano Brisas
Desde mis huesos
“Con los huesos”, Hernández, “con los huesos”,
pediste una y otra y otra vez.
Pero, nadie te oyó, ni te oye, ni te oirá Miguel.
Treinta guerras coexisten, hoy por hoy, sin ceder.
Cada cual con más técnica, menos huesos, más cruel.
Y no hay valor que importe “todo vale”, ya ves,
la ciencia en el progreso se ha olvidado del Ser,
y no hay poema que pueda convencer, ya lo sé.
Pero, al igual que tú escribo, me revelo escribiendo.
¿Qué otra cosa he de hacer?
Lo hago desde mis huesos, con mis huesos, Miguel.
Mónica Alejandra Quimasó y Sevillano
A Miguel Hernández
Pasa un suspiro
que mece el silencio
pasan las horas,
cavilando despierto
la vida entre rejas,
se va sigilosa
tocando entre meses,
la vida
con sol de batallas,
que hieren.
se trunca la espuma del verbo
que vierte "in memoriam"
la muerte
¿qué muerte?...
Aquella que lanza
al hombre
tras otras vertientes,
donde nada se queda
mas que en las ondas,
que lanza la corriente
sobre la penumbra
que encumbra,
slogan de sueños;
la paz permanente
el hombre a su instancia,
recobra el decoro:
años perdidos, amores fallidos,
hallados; a la sombra
de un ciprés, alargado
Rita Velázquez (La Línea).
“El Firmamento.”
Ya estoy en el ocaso
de mi vida
y cuando miro hacia atrás
me doy cuenta de que todo
es una gran mentira
no hay mujer fiel
ni amigo sincero el uno y el otro
se venden por dinero
cuantas promesas y
cuantos desengaños
he recibido yo durante
todos estos años
pero a pesar de todo
no escarmiento
y pienso que algún día
en algún lugar y en
cualquier momento
tu amor y mi amor
en un abrazo eterno
viajen por el firmamento.
Nicolás Sosa
“En el mapa de tu cuerpo.”
Aunque tú quisieras
No podrás olvidarme
Porque me se de memoria
El mapa de tu cuerpo
Y en cada rincón de él
Deposité mis besos.
Recuerdo cómo suspirabas
Cuándo yo te acariciaba
Y te cubría con mis besos
El placer que tú sentías
Cada vez que nos uníamos
En un dulce embelezo.
Cuantas veces en la vida
Me pediste un beso
Y yo te correspondía
Con algo más que eso
Por eso te digo
Que no podrás olvidarme.
Aunque tú lo quisieras
No dejaras de amarme
Por que en el mapa de tu cuerpo
Yo descubrí el sendereo
Donde juntos los dos
Viajamos al cielo.
Nicolás Sosa
Espejismos
Quisiera entender aquello del pago por el trabajo,
por ese que da ganancias y devuelve necesidades.
Ganancias que son dinero para aquél que todo lo posee,
necesidades para todo aquél que con su trabajo las genera.
Nacimos convencidos de tan infame relación.
Morimos rindiendo culto al condenado poseedor.
Es él quien irá al infierno después del terreno cielo;
mas no aquel que vivió en terreno infierno.
Quisiera entender tantas cosas de malévola tradición.
de esa que nos enseña a respetar al usurpador,
a compadecer al usurpado, tomándolo como un postrer
premio de divina voluntad.
Esa que, envuelta en premios y castigos, conmina a la humilde
muchedumbre a la escasez de razón.
La misma que no repara en condición humana,
avasalla sin consideración alguna al vulgo trabajador
La prosperidad la oculta, la crisis la desnuda,
mas la necesidad del avasallador siempre se hace presente.
La culpa es del avasallado:
si suben los precios, si la producción es baja,
si baja la demanda, si la oferta es alta,
si los índices fluctúan, si la conveniencia acosa,
si al poseedor le va mal, también si no le va.
¡Dios bendiga al avasallador!
Sin él jamás podríamos sobrevivir
Es él dueño de todo, de nuestras vidas también.
Juan de Dios Meneses C
A MIGUEL HERNÁNDEZ, A SU OBRA Y A SU LÍRICO CÁLAMO
¿Qué hice para que pusieran
a mi vida tanta cárcel?
DEL P. EL ÚLTIMO RINCÓN
I
A la lírica péñola “hernandiana”,
le ahorcaron el aliento las prisiones,
y hoy sus yemas preñadas en mugrones,
raíz le hacen brotar a su peana.
Resurgen al albor por la montana;
y soñando se vierten en renglones,
pariendo un salmodiar de sensaciones
que llueven paz y amor cada mañana.
Y aunque truncar quisieran su atalaya
raigón dejó en el corte la cizalla,
cuya yema fue sed declamatoria;
y el brote que despierta de esa yema,
es sonata que vuela como emblema,
que surca el pentagrama de la historia.
II
Y aunque joven comiste cementerio
y tu carne fue pacto de una fosa,
tu semilla mostrose generosa
al mamar de la fuente de un buen pierio.
De tus versos florece un monasterio
que en sus muros y bóvedas rebosa
un efluvio, que embriaga y que se posa
en el eco que mana de un salterio.
Y una vez hecho río permanente,
de agua serena, pura y transparente,
te has dejado beber por el sediento,
que le gusta lactar literatura,
estrujando el pezón hasta que apura
de tus trovas el último fragmento.
III
La cárcel horadó tu sepultura
e hizo de ti, cosecha de su Agosto,
recolectó tu cuerpo a bajo costo
dejando fracturada tu andadura.
La senda se enfrentó con la espesura
haciéndose un trazado muy angosto
que tu pluma rompió con su arregosto
de sembrar en ringleros la cultura.
¡Tanta raíz echaron tus plantíos,
que han ido dando pan en los estíos,
a las bocas que hambrientas de ti estaban;
y trillando tu mies, iban sacando
el buen trigo, que tú fuiste sembrando
y una vez ya hecho hogaza masticaban…!
MANUEL MEJÍA SÁNCHEZ CAMBRONERO
A Miguel Hernández
Descienden de los silbos
unos rayos de agua
a los cometas
Ascienden de las décimas
y en ronda - ¿fríos? –
soles cenicientos.
ROLANDO REVAGLIATTI
Miguel Hernández (acróstico)
Miguel Hernández
Ingeniero de palabras
Gracias y figura
Unido a una época y guerra
Enardecido tu corazón estaba
Llantos y sangres derramadas.
Hambre de libertad y nanas que…
Entre rejas tu musa soñaba,
Roja Luna, verdes horizontes.
Niña y cebollas y campos de Orihuela.
Alondras volarán y ese día
No habrá llantos, solo alegrías,
Dando todo tu ser, amor y poesías,
Estarás en la luz de un nuevo amanecer.
Zafo para siempre, para siempre
Rosa Ordóñez Martín
RAYO
Por el exiguo marco la turquesa
de un cielo de papel se desmesura,
un hacha desquebraja la hendidura
y la sangre, feroz, se vuelve espesa.
El fuego de ese rayo que no cesa
te ha quebrado la voz en su premura
y el lamento de amor se transfigura
en flecha que los muros atraviesa.
Misterioso poder del alquimista
-al que yo como náufraga me aferro-
de convertir la piedra en amatista.
A golpes de martillo funde el hierro
el dolor como en mágica conquista
que ha escapado cantando de su encierro.
M. Carmen Guzmán
NO ME PREGUNTES
En la soledad de este despacho
desterrado de voces forasteras
no me preguntes mucho,
he buscado un refugio del solano,
de esa calma chicha que embriaga,
revolviendo armarios y libros
por encontrar al hombre que me habita.
Construí la casa de paredes blancas
con rincones de amapolas,
abierta la tuve siempre a la mente
y a los sueños del árbol nuevo,
confié en el valor de otros
liberados de tiempos hueros,
y otros me traicionaron, reflejo
de un mundo muerto.
En la soledad de este despacho
el hombre se ha hecho desierto
alimentándose de pan ajeno,
hermanos que lucharon juntos
se repartieron los frutos,
y porque ni somos pocos ni muchos
nos queda la soledad sola,
la muerte se acerca rancia
mientras la angustia me ahonda:
el hombre que fía en lo divino
que no plante arroz o trigo,
si no arrima el hombro
por cambiar este destino,
desde mi soledad le digo
que nunca cuente conmigo.
Miguel Ángel Villar
Liberación
Llegaste del extremo de aquel mar
que olía a muchedumbre.
De pronto, tu mirada se hizo mía
y supe responderte
con el rubor escrito en todo el rostro
y el corazón alado
tratando de fundirse con el tuyo
en medio del fragor.
Y nada fue imposible entre nosotras.
Cedieron las barreras
que impone la razón más infeliz,
esclava de la envidia.
Rompimos los tabúes para amarnos
sin pausa y sin medida,
y supe los secretos de tu cuerpo
donándote los míos
en todos los oasis del camino.
Sendero que emprendimos
camino a un arco iris liberado.
Aliado milagroso
del resto material de nuestras vidas,
unidas para siempre.
Juan Carlos Monteverde García
Lloraban tus ojos en mi conciencia
He podido contemplar
con asombro al fin,
tus expresivos ojos de muchacho,
dándome cuenta
de que tu mirada me hablaba a gritos
de los éxodos del alma
y de las hazañas de un héroe valeroso.
Te pedí respuesta
atisbándote en la solitaria llanura
del asolado sufrimiento.
Recorrías con tus pies
doloridos de tanto andar,
los desérticos arenales
del caluroso silencio,
aquellas dunas movedizas,
tan airadas
por el viento de la guerra,
las que fueron en el pasado,
campos de carnes sangrientas,
descuartizadas por las garras de los buitres
y basureros de olvidados restos metálicos
esparcidos y oxidados
junto a los cadáveres
de los ejércitos vencidos por la Muerte.
Josep Esteve Rico Sogorb
INVOCACIONES
Un grito de la sangre te dio el grito
con que crece tu hombría con la vida,
y en las tres cavidades de tu herida
vive el toro de España como un rito.
Tu ingle de varón acrece el mito
de tu voz de juglar escarnecida,
y un tatuaje brutal en duelo anida
el Guernica de muerte siempre ahito.
No te vas a morir porque insistente
se regresa la Muerte de repente
a mostrar tu poesía entre los grandes.
Vivirás con tu fuego otras edades
floreciendo en la sangre soledades
que te nombran a ti: Miguel Hernández.
Brígido Redondo.
BALADA DEL FLUJO INCANDESCENTE
Quiero ser el tumulto engalanado fulgiendo bajo palio las espumas,
el contorno que todo lo solapa
y esa luz desvistiendo la espesura.
En mi lápiz resuenan los espejos
cual telar en busca de infinitos,
mas es la luna anclada en los cabellos
el candor susurrante del delirio.
Los poemas son miradas en cruz
con violines bordando la esperanza,
cada verso una torre de zafiro,
cada imagen el rostro de la Nada.
Quiero ser la raíz de un Tiempo azul,
y el viento donde broten mis pisadas.
Luis Ángel Marín Ibáñez
domingo, 14 de marzo de 2010
HOMENAJE A MIGUEL HERNÁNDEZ
NANA A MI NIÑO
No llores niño, no llores.
No llores niño, no llores que tu madre te consuela con mil amores,
y sueña niño, sueña con dulces canciones que te acunen, que te duerman.
Y mientras tú duermas te dibujaré una blanca luna para que no estés a oscuras,
para que guarde tus noches y vele por tus quimeras.
Si te despiertas, te arrullaré entre mis brazos al son de una linda nana,
para que sientas mi voz que te canta , que te besa.
Estaré siempre muy cerca aunque no puedas verme,
te cuidaré desde lejos y te querré en la distancia.
Pero no llores niño, no llores que tu madre te consuela con mil amores.
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO
Ovillo
Miro.
Tras la mirada se me va la vida,
hilo de ovillo que se desovilla,
que a veces se enreda,
que emerge embarrado de algún charco turbio,
que busca rodando la corriente clara,
que se lava y sigue
cada vez más lejos
cada vez más chico .
Tiene en un extremo la infancia dolida
y en el otro extremo
falta un barrilete,
sobran despedidas.
María Amelia Schaller
DE NANAS Y SOLDADOS
De pastor empezaste en la cañada
con tus rimas, cual “silbo vulnerado”
ignorando el final que te esperaba,
que un hombre sólo sabe del pasado.
Aprendiste de nanas y soldados,
de hambre, de locura y Poesía
y andabas con tus versos al costado
lejos, en la trinchera, muda y fría.
Un amor te esperaba y a tu hijo
acunabas dolor en los papeles
y ese amor y esa madre, en su cobijo
la cebolla trocaba en cascabeles.
Te esperábamos todos, mas no pudo
el destino fatal torcer su espada,
te quedaste, Miguel, y España anduvo
con su camisa yerma, desgajada.
No te inquietes, soldado, tu palabra
queda escrita en las venas de la historia
y poetas que somos, nuestra entraña
te ha esculpido por siempre en la memoria.
Isabel Díez Serrano
CHARCOS DE LUZ EN LA ESCALERA
Sonríes tras la lluvia
mientras mi oscuridad se aferra a la ventanas
para verte llegar.
Extiendes hacía mí los mástiles del verso
y me dibujas gestos de sueños en los labios
mientras tu aliento teje
nanas de buenos días en el cristal mojado.
Tus manos son de agua,
tus ojos son preámbulos de amaneceres nuevos,
tu voz una esperanza que cambia de color.
Es posible que intentes penetrar en mis ámbitos,
puede que te permita ser hoy mi salvación.
Tus pasos hacen charcos de luz en la escalera.
Yose Álvarez-Mesa
No llores niño, no llores.
No llores niño, no llores que tu madre te consuela con mil amores,
y sueña niño, sueña con dulces canciones que te acunen, que te duerman.
Y mientras tú duermas te dibujaré una blanca luna para que no estés a oscuras,
para que guarde tus noches y vele por tus quimeras.
Si te despiertas, te arrullaré entre mis brazos al son de una linda nana,
para que sientas mi voz que te canta , que te besa.
Estaré siempre muy cerca aunque no puedas verme,
te cuidaré desde lejos y te querré en la distancia.
Pero no llores niño, no llores que tu madre te consuela con mil amores.
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO
Ovillo
Miro.
Tras la mirada se me va la vida,
hilo de ovillo que se desovilla,
que a veces se enreda,
que emerge embarrado de algún charco turbio,
que busca rodando la corriente clara,
que se lava y sigue
cada vez más lejos
cada vez más chico .
Tiene en un extremo la infancia dolida
y en el otro extremo
falta un barrilete,
sobran despedidas.
María Amelia Schaller
DE NANAS Y SOLDADOS
De pastor empezaste en la cañada
con tus rimas, cual “silbo vulnerado”
ignorando el final que te esperaba,
que un hombre sólo sabe del pasado.
Aprendiste de nanas y soldados,
de hambre, de locura y Poesía
y andabas con tus versos al costado
lejos, en la trinchera, muda y fría.
Un amor te esperaba y a tu hijo
acunabas dolor en los papeles
y ese amor y esa madre, en su cobijo
la cebolla trocaba en cascabeles.
Te esperábamos todos, mas no pudo
el destino fatal torcer su espada,
te quedaste, Miguel, y España anduvo
con su camisa yerma, desgajada.
No te inquietes, soldado, tu palabra
queda escrita en las venas de la historia
y poetas que somos, nuestra entraña
te ha esculpido por siempre en la memoria.
Isabel Díez Serrano
CHARCOS DE LUZ EN LA ESCALERA
Sonríes tras la lluvia
mientras mi oscuridad se aferra a la ventanas
para verte llegar.
Extiendes hacía mí los mástiles del verso
y me dibujas gestos de sueños en los labios
mientras tu aliento teje
nanas de buenos días en el cristal mojado.
Tus manos son de agua,
tus ojos son preámbulos de amaneceres nuevos,
tu voz una esperanza que cambia de color.
Es posible que intentes penetrar en mis ámbitos,
puede que te permita ser hoy mi salvación.
Tus pasos hacen charcos de luz en la escalera.
Yose Álvarez-Mesa
sábado, 13 de marzo de 2010
Homenaje a Miguel Hernández
PARA MIGUEL HERNÁNDEZ
¡Miguel Hernández, hermano,
¡Paz y salud en la tierra
que te acoge...!
¡Paz y Salud!. Ten la mano
que a la amistad no se cierra,
ni se niega, ni se encoge...
Hermano republicano,
cantor del pueblo abatido;
compeñero perseguido
por el odio del tirano,
¡Salud y Paz!,
que mañana
volverá la Libertad
como un aura en la ventana
del mejor amanecer...
si España volviese a ser
otra vez republicana...
Miguel Hernández, hermano,
Poeta del pueblo llano,
compañero: ¡Paz , Salud!
¡Salud y Paz, compañero
es deseo de un minero
desde que ha visto en la Cruz
clavado al Hombre Jesús
y, como a él, a tí mismo
por el necio fanatismo
de la España clerical...
¡Salud, hermano!...El chacal
sigue ahí...Su catecismo
es que se abra otro abismo
con nueva sangre vital...
y vuelva España al bautismo
de su mentira imperial...
¡ Paz para tí --y para tantos
porque elevásteis a cantos
la tragedia nacional...!
¡Salud y Paz!... que hay espantos
que siguen,hermano, igual.
Albino Suárez
A MIGUEL HERNÁNDEZ
Este inmenso español de pura cepa
subió montañas e inundó los prados,
y trepó con sus versos los estrados
a donde el sol de los humildes trepa.
Quien apreciar su magnitud no sepa
es porque habita con los desterrados
o porque el fuego de temibles hados
en lo estrecho del alma no le quepa.
No sigo a don Miguel por esos toros
ni porque tenga sangre de los moros
(si la tiene) y le inunda su alta veta.
Lo admiro por rebelde y porque tuvo
los temples de poeta cuando anduvo
los caminos de espinas de un poeta.
Francisco Henríquez
UNA ROSA BLANCA
Una rosa blanca en la escena de los hechos.
Sobre la piel lejana de tu tarde
Esa misma rosa se deshoja
Y enjuga las fragancias
De un sopor crepuscular.
Tu cuerpo declinante
Se contorsiona hasta llenar los espacios
De mi espera inútil.
En otro jardín
Están brotando pétalos al amanecer.
Fernando Zabaleta R.
LA PATRIA DEVASTADA
Y yo que era fecunda
altiva y orgullosa
vi a mis hijos muertos
torturados, las manos ensangrentadas
por mis valles cargados de racimos
vi el vino convertido en sangre derramada
por las anchas praderas de mi campo azulado
oí el tronar de las granadas y el silbido de las balas
hombres crueles vinieron, pisotearon el trigo
robaron mis maizales, mataron mi ganado
con las alforjas llenas huyeron, rapaces asesinos
con las alforjas llenas del oro de mis trigales.
Y yo que sonreía con el sol de la madrugada
y me adormecía cuando el sol se ponía
vi cómo estallaban las bombas
lloraban las madres
vi el hambre de mis hijos, su penuria, su miseria
los vi heridos, sucios, tristes
oí el llanto en la noche
y yo que era altanera, casi una diosa
humillada, pisoteada, vendida
ultrajada
lloré lágrimas ardientes
mis ríos desbordaron
quisieron cubrir mi tierra
de todos esos horrores
de la patria devastada.
Y yo que era fecunda, mis senos llenos de leche
una vieja inválida, humillada y ultrajada
mis ubres no dan más leche
mis labios secos no ríen
las manos duras, rugosas
arañan la tierra estéril
vestida de negro y velos
mis puños golpean la tierra
no hay miel, no hay más maizales
las espigas ya sin granos
mis ojos lloran los ríos
de la patria devastada.
Ana María Torres
NANA A MIGUEL HERNANDEZ
Reflexión
No se mata al poeta
al vaciarle las venas
ni capitula el verso
porque el mundo esté en guerra.
La muerte es un pasaje
de transición apenas
y el grito que silencian
puede llenar la tierra.
¡Nana, nanita, nana, Miguel, para tu sueño!
No más leche de tuera en tu alegría de olivo.
¡Nana, nanita, nana para tu largo empeño!
En tu voz desatada tus huesos siguen vivos.
¡Tristes hombres-dijiste- si no mueren de amores!
Y hablaste de retoños mientras tuvieras vida.
Al hijo sementado le propusiste soles
y un surco de relinchos de libertad sin bridas.
Pero, “la mala luna”, Miguel, y aquella pena
que valía más que toda, decías, la alegría,
te redujo a la sangre más allá de tus venas.
¡A ser hasta la muerte, por siempre una sangría.
Sufriste, mi poeta, tal como el hombre sufre
la libertad medida por la ley de los hombres,
que te negó la luz y te obligó en la lumbre
a cargar una cruz y grabarle tu nombre.
Mas no cundió el silencio. La poesía fue tu nido
y con la fe del pobre en tu calvario abierto,
le diste a tus estrofas gorjeos y alaridos,
trazándote una ruta en medio del desierto.
Tus amores, Miguel, mantenían el postigo
de tu ilusión abierto, en las horas amargas,
pero lo fue cerrando la muerte del amigo
y lo selló aquel hijo que te robó la parca.
¡Nana, nanita, nana, Miguel!...tu alma de encina
devota de otra vida que compense tu drama,
se que recibe cartas de amor de Josefina
como sé bien que aún muerto, tu corazón le ama.
Falta ahora que entiendan el clamor de tus versos,
en cuanto repetiste que “el polvo no es la tierra”
que siendo ya un cadáver en la campiña inmerso,
querrías cuajar en planta después de tanta guerra.
Casi a la edad de Cristo, sin nanas de cebolla,
con su pulmón vencido partió Miguel Hernandez,
y entre el cielo y la tierra sus versos nos arrollan
con la chispa del genio, eterna entre los grandes.
Elvira Sevillano Marco
Déjame la Esperanza
por Elena Liliana Popescu
(De Orihuela, su pueblo y el nuestro,
se ha ido como un rayo, Miguel Hernández,
con quien tanto queríamos)
A lejanos y solitarios confines
la enamorada muerte te llevó consigo...
Habrás encontrado tus almendros en flor,
Al amigo perdido, a tu compañero del alma.
Le habrás contado, despacio, todo lo pasado
desde que te quedaste solo con tu dolor,
En el campo de almendros espumosas,
cuando se fue como del rayo
y tú seguiste tu sino hacia la libertad.
Juntos bajo la higuera perfumada
le habrás dicho en las auroras de nácar
adonde te llevó el río de la vida
Aunque si volvieras
nacerías otra vez luchador, poeta y enamorado
de la naturaleza, por mucho que sufrieras...
Maltrecho por la vida y el amor,
estrecharías a tu hijo contra tu pecho, fuerte,
casi hasta cortarle la respiración,
Y a tu amada, que dejaste de modo pasajero.
Buscarás ocultos elixires...
En ti mismo hallarás un buen consejero.
Confiado en tu secreto destino
volverás como un rayo algún día
dueño de tu impetuoso genio
y sin la poesía no podrías vivir...
Traducido por Joaquín Garrigós
PECES
la silueta de submarino
en el muelle aceitoso.
Una pasión ancestral,
hace brincar los peces.
La luna es la mirada que los tensa
y los celebra como diamantes de sal.
Cristina Daneri
¡Miguel Hernández, hermano,
¡Paz y salud en la tierra
que te acoge...!
¡Paz y Salud!. Ten la mano
que a la amistad no se cierra,
ni se niega, ni se encoge...
Hermano republicano,
cantor del pueblo abatido;
compeñero perseguido
por el odio del tirano,
¡Salud y Paz!,
que mañana
volverá la Libertad
como un aura en la ventana
del mejor amanecer...
si España volviese a ser
otra vez republicana...
Miguel Hernández, hermano,
Poeta del pueblo llano,
compañero: ¡Paz , Salud!
¡Salud y Paz, compañero
es deseo de un minero
desde que ha visto en la Cruz
clavado al Hombre Jesús
y, como a él, a tí mismo
por el necio fanatismo
de la España clerical...
¡Salud, hermano!...El chacal
sigue ahí...Su catecismo
es que se abra otro abismo
con nueva sangre vital...
y vuelva España al bautismo
de su mentira imperial...
¡ Paz para tí --y para tantos
porque elevásteis a cantos
la tragedia nacional...!
¡Salud y Paz!... que hay espantos
que siguen,hermano, igual.
Albino Suárez
A MIGUEL HERNÁNDEZ
Este inmenso español de pura cepa
subió montañas e inundó los prados,
y trepó con sus versos los estrados
a donde el sol de los humildes trepa.
Quien apreciar su magnitud no sepa
es porque habita con los desterrados
o porque el fuego de temibles hados
en lo estrecho del alma no le quepa.
No sigo a don Miguel por esos toros
ni porque tenga sangre de los moros
(si la tiene) y le inunda su alta veta.
Lo admiro por rebelde y porque tuvo
los temples de poeta cuando anduvo
los caminos de espinas de un poeta.
Francisco Henríquez
UNA ROSA BLANCA
Una rosa blanca en la escena de los hechos.
Sobre la piel lejana de tu tarde
Esa misma rosa se deshoja
Y enjuga las fragancias
De un sopor crepuscular.
Tu cuerpo declinante
Se contorsiona hasta llenar los espacios
De mi espera inútil.
En otro jardín
Están brotando pétalos al amanecer.
Fernando Zabaleta R.
LA PATRIA DEVASTADA
Y yo que era fecunda
altiva y orgullosa
vi a mis hijos muertos
torturados, las manos ensangrentadas
por mis valles cargados de racimos
vi el vino convertido en sangre derramada
por las anchas praderas de mi campo azulado
oí el tronar de las granadas y el silbido de las balas
hombres crueles vinieron, pisotearon el trigo
robaron mis maizales, mataron mi ganado
con las alforjas llenas huyeron, rapaces asesinos
con las alforjas llenas del oro de mis trigales.
Y yo que sonreía con el sol de la madrugada
y me adormecía cuando el sol se ponía
vi cómo estallaban las bombas
lloraban las madres
vi el hambre de mis hijos, su penuria, su miseria
los vi heridos, sucios, tristes
oí el llanto en la noche
y yo que era altanera, casi una diosa
humillada, pisoteada, vendida
ultrajada
lloré lágrimas ardientes
mis ríos desbordaron
quisieron cubrir mi tierra
de todos esos horrores
de la patria devastada.
Y yo que era fecunda, mis senos llenos de leche
una vieja inválida, humillada y ultrajada
mis ubres no dan más leche
mis labios secos no ríen
las manos duras, rugosas
arañan la tierra estéril
vestida de negro y velos
mis puños golpean la tierra
no hay miel, no hay más maizales
las espigas ya sin granos
mis ojos lloran los ríos
de la patria devastada.
Ana María Torres
NANA A MIGUEL HERNANDEZ
Reflexión
No se mata al poeta
al vaciarle las venas
ni capitula el verso
porque el mundo esté en guerra.
La muerte es un pasaje
de transición apenas
y el grito que silencian
puede llenar la tierra.
¡Nana, nanita, nana, Miguel, para tu sueño!
No más leche de tuera en tu alegría de olivo.
¡Nana, nanita, nana para tu largo empeño!
En tu voz desatada tus huesos siguen vivos.
¡Tristes hombres-dijiste- si no mueren de amores!
Y hablaste de retoños mientras tuvieras vida.
Al hijo sementado le propusiste soles
y un surco de relinchos de libertad sin bridas.
Pero, “la mala luna”, Miguel, y aquella pena
que valía más que toda, decías, la alegría,
te redujo a la sangre más allá de tus venas.
¡A ser hasta la muerte, por siempre una sangría.
Sufriste, mi poeta, tal como el hombre sufre
la libertad medida por la ley de los hombres,
que te negó la luz y te obligó en la lumbre
a cargar una cruz y grabarle tu nombre.
Mas no cundió el silencio. La poesía fue tu nido
y con la fe del pobre en tu calvario abierto,
le diste a tus estrofas gorjeos y alaridos,
trazándote una ruta en medio del desierto.
Tus amores, Miguel, mantenían el postigo
de tu ilusión abierto, en las horas amargas,
pero lo fue cerrando la muerte del amigo
y lo selló aquel hijo que te robó la parca.
¡Nana, nanita, nana, Miguel!...tu alma de encina
devota de otra vida que compense tu drama,
se que recibe cartas de amor de Josefina
como sé bien que aún muerto, tu corazón le ama.
Falta ahora que entiendan el clamor de tus versos,
en cuanto repetiste que “el polvo no es la tierra”
que siendo ya un cadáver en la campiña inmerso,
querrías cuajar en planta después de tanta guerra.
Casi a la edad de Cristo, sin nanas de cebolla,
con su pulmón vencido partió Miguel Hernandez,
y entre el cielo y la tierra sus versos nos arrollan
con la chispa del genio, eterna entre los grandes.
Elvira Sevillano Marco
Déjame la Esperanza
por Elena Liliana Popescu
(De Orihuela, su pueblo y el nuestro,
se ha ido como un rayo, Miguel Hernández,
con quien tanto queríamos)
A lejanos y solitarios confines
la enamorada muerte te llevó consigo...
Habrás encontrado tus almendros en flor,
Al amigo perdido, a tu compañero del alma.
Le habrás contado, despacio, todo lo pasado
desde que te quedaste solo con tu dolor,
En el campo de almendros espumosas,
cuando se fue como del rayo
y tú seguiste tu sino hacia la libertad.
Juntos bajo la higuera perfumada
le habrás dicho en las auroras de nácar
adonde te llevó el río de la vida
Aunque si volvieras
nacerías otra vez luchador, poeta y enamorado
de la naturaleza, por mucho que sufrieras...
Maltrecho por la vida y el amor,
estrecharías a tu hijo contra tu pecho, fuerte,
casi hasta cortarle la respiración,
Y a tu amada, que dejaste de modo pasajero.
Buscarás ocultos elixires...
En ti mismo hallarás un buen consejero.
Confiado en tu secreto destino
volverás como un rayo algún día
dueño de tu impetuoso genio
y sin la poesía no podrías vivir...
Traducido por Joaquín Garrigós
PECES
la silueta de submarino
en el muelle aceitoso.
Una pasión ancestral,
hace brincar los peces.
La luna es la mirada que los tensa
y los celebra como diamantes de sal.
Cristina Daneri
miércoles, 10 de marzo de 2010
Homenaje a Miguel Hernández
SOY EL LÁZARO QUE AL FIN HALLÓ TU FRENTE
Soy la patria desde el sol que no me mira
Me levanto desde el norte hasta la sombra
que agita cementerios y planetas
me arrepiento de vivirme sin tenerte
desde el día que miré mi espejo roto
(Mi Dios ya no podrá soñar conmigo
mi voz descubre el mar y todo el mundo
Con mi nombre se construye cada estrella
La pampa se ilumina con mi paso)
No recuerdo un solo día sin nombrarte
mi herida mi muerta mi lejana
Ya no puedo regresar al viejo cuerpo
SOY EL NUEVO CIUDADANO DE LA MUERTE
Soy la patria del dolor y su cuchillo.
Andrés Morales
AQUEL TORO…
(A MIGUEL HERNANDEZ)
El toro sin memoria olvidó un día
El nombre del pastor de aquel rebaño.
Queda un eco de versos como engaño
Que a las tablas de sombra allí le guía.
El toro apenas sueña una elegía
Que estercola la tierra en su aledaño
Y sombras de unas rejas que hacen daño
A un martir de la vida y la poesía.
La nana no es amarga seguidilla,
Ni sangre de cebolla que amamanta
Sonetos sumergidos en la pena.
El toro ya no es toro. La puntilla
solo pudo callar a una garganta.
Quedamos las demás sobre la arena.
Antonio Muñoz Maestre
Ausencia de mi Pluma
Mi pluma se detuvo y se por qué, Amor te tengo y se que te tendré
Sentí que quizás te aburría, expresándote con mis versos, que,
en mi, estas siempre presente., no dejo de ser romántica y por ti poeta, no dejo de amarte y por ti sufrir
Llego la paz y ojalá cese la tormenta., reina el Silencio y hablan las miradas, tratando de expresar lo que no sale de tus labios y temes decir.
Y si me dejaras de amar, que Dios me ayude a Soportar el dolor que has de causar. Y si te faltara yo, porque inerte la vida me deje, pídele a el que me perdone, si te fallé y a terminar tus días no te acompañé.
Salud, Amor y ternura pido para los dos, que Dios nos Bendiga, y nos perdone si en algo hemos fallado, que perdone nuestros pecados y purifique nuestras almas, que tengamos larga vida y una eterna unión Matrimonial, que durmamos juntos, como un par de Angelitos en el lecho de nuestro umbral, que no deje que la monotonía nos haga titubear, que nos demos muchos besos y sintamos nuestro corazón palpitar y por siempre nos podamos amar.
Aida Luisa León Hernández
La isla negra de los loas.
¿No cesará este rayo…?
En la tierra del vudú, sí, en la antigua isla negra
Todos los loas temblaron, sí, en la isla olvidada
Los negros dioses se estremecieron, se lamentaron
Lloraron los dioses-loas, lloró el folklore
Gimió Papa Legba, custodio de los caminos
Caminos de niños, mujeres y hombres
Caminos segados, caminos truncados
Millares de muertos por el gran temblor asesino
Terremoto caprichoso, sin aviso ni piedad
Terremoto sospechoso, lleno de maldad
Pobre Haití, otrora primogénita libertaria
Tierra de la bella Erzulie, toda danza y amor
Tierra de loas, ahora ya sin bosques ni aguas
Tierra arruinada, ahora y siempre explotada
Damballa, serpiente dios, herido en su corazón
Luminoso padre de todos los negros loas
Infértil deidad ahora, ciego y mudo ahora
Sin arco iris ni ríos protectores
Tierra antigua otrora verde, hoy reseca
Ahora solo polvo y escombros, hedor y muerte
Zombis humanos de plaza en plaza
Sin techo, sin lumbre y sin sombra
Solo asombro y miedo, pavor y llanto
Ghede abrió las puertas y reclamó su pago
Kalfu se adueñó del día e hizo eterna la noche
Rayo apocalíptico de sangre, pena, muerte y dolor
Dicen, y no son mentiras mías
Que un hombre blanco fue el culpable
Dicen que apretó un incandescente botón rojo
Y que antenas desconocidas hicieron lo suyo
Antenas gigantes de gigantes brazos electrónicos
Cual criminal Goliat contra un inerme David
Goliat tocó el Arpa en la eterna tierra de las nieves
Desde la tierra usurpada al esquimal
Un evangelista falsario justificó la masacre
Maldijo a la isla por ser antigua tierra de insurrectos
Alabó el tiempo de desgracias, lágrimas y lástimas
Desconoce, sin dudas, de historia y solidaridad humana
Predicador ignorante, mal intencionado y sordo
No perdona que el haitiano sea cristiano
No sabe que aún se oyen los tambores en la isla negra
Los tambores caribeños de Ogoun y Nago Shangó.
Marcio Ulises Estrada Paneque.
Manzanillo, Cuba. 21/02/2010.
Soy la patria desde el sol que no me mira
Me levanto desde el norte hasta la sombra
que agita cementerios y planetas
me arrepiento de vivirme sin tenerte
desde el día que miré mi espejo roto
(Mi Dios ya no podrá soñar conmigo
mi voz descubre el mar y todo el mundo
Con mi nombre se construye cada estrella
La pampa se ilumina con mi paso)
No recuerdo un solo día sin nombrarte
mi herida mi muerta mi lejana
Ya no puedo regresar al viejo cuerpo
SOY EL NUEVO CIUDADANO DE LA MUERTE
Soy la patria del dolor y su cuchillo.
Andrés Morales
AQUEL TORO…
(A MIGUEL HERNANDEZ)
El toro sin memoria olvidó un día
El nombre del pastor de aquel rebaño.
Queda un eco de versos como engaño
Que a las tablas de sombra allí le guía.
El toro apenas sueña una elegía
Que estercola la tierra en su aledaño
Y sombras de unas rejas que hacen daño
A un martir de la vida y la poesía.
La nana no es amarga seguidilla,
Ni sangre de cebolla que amamanta
Sonetos sumergidos en la pena.
El toro ya no es toro. La puntilla
solo pudo callar a una garganta.
Quedamos las demás sobre la arena.
Antonio Muñoz Maestre
Ausencia de mi Pluma
Mi pluma se detuvo y se por qué, Amor te tengo y se que te tendré
Sentí que quizás te aburría, expresándote con mis versos, que,
en mi, estas siempre presente., no dejo de ser romántica y por ti poeta, no dejo de amarte y por ti sufrir
Llego la paz y ojalá cese la tormenta., reina el Silencio y hablan las miradas, tratando de expresar lo que no sale de tus labios y temes decir.
Y si me dejaras de amar, que Dios me ayude a Soportar el dolor que has de causar. Y si te faltara yo, porque inerte la vida me deje, pídele a el que me perdone, si te fallé y a terminar tus días no te acompañé.
Salud, Amor y ternura pido para los dos, que Dios nos Bendiga, y nos perdone si en algo hemos fallado, que perdone nuestros pecados y purifique nuestras almas, que tengamos larga vida y una eterna unión Matrimonial, que durmamos juntos, como un par de Angelitos en el lecho de nuestro umbral, que no deje que la monotonía nos haga titubear, que nos demos muchos besos y sintamos nuestro corazón palpitar y por siempre nos podamos amar.
Aida Luisa León Hernández
La isla negra de los loas.
¿No cesará este rayo…?
En la tierra del vudú, sí, en la antigua isla negra
Todos los loas temblaron, sí, en la isla olvidada
Los negros dioses se estremecieron, se lamentaron
Lloraron los dioses-loas, lloró el folklore
Gimió Papa Legba, custodio de los caminos
Caminos de niños, mujeres y hombres
Caminos segados, caminos truncados
Millares de muertos por el gran temblor asesino
Terremoto caprichoso, sin aviso ni piedad
Terremoto sospechoso, lleno de maldad
Pobre Haití, otrora primogénita libertaria
Tierra de la bella Erzulie, toda danza y amor
Tierra de loas, ahora ya sin bosques ni aguas
Tierra arruinada, ahora y siempre explotada
Damballa, serpiente dios, herido en su corazón
Luminoso padre de todos los negros loas
Infértil deidad ahora, ciego y mudo ahora
Sin arco iris ni ríos protectores
Tierra antigua otrora verde, hoy reseca
Ahora solo polvo y escombros, hedor y muerte
Zombis humanos de plaza en plaza
Sin techo, sin lumbre y sin sombra
Solo asombro y miedo, pavor y llanto
Ghede abrió las puertas y reclamó su pago
Kalfu se adueñó del día e hizo eterna la noche
Rayo apocalíptico de sangre, pena, muerte y dolor
Dicen, y no son mentiras mías
Que un hombre blanco fue el culpable
Dicen que apretó un incandescente botón rojo
Y que antenas desconocidas hicieron lo suyo
Antenas gigantes de gigantes brazos electrónicos
Cual criminal Goliat contra un inerme David
Goliat tocó el Arpa en la eterna tierra de las nieves
Desde la tierra usurpada al esquimal
Un evangelista falsario justificó la masacre
Maldijo a la isla por ser antigua tierra de insurrectos
Alabó el tiempo de desgracias, lágrimas y lástimas
Desconoce, sin dudas, de historia y solidaridad humana
Predicador ignorante, mal intencionado y sordo
No perdona que el haitiano sea cristiano
No sabe que aún se oyen los tambores en la isla negra
Los tambores caribeños de Ogoun y Nago Shangó.
Marcio Ulises Estrada Paneque.
Manzanillo, Cuba. 21/02/2010.
lunes, 8 de marzo de 2010
Homenaje a Miguel Hernández
AUTOR Y VERSO
PUEDO ESCRIBIR, EN MI CUADERNO DE NOTAS TAN VIEJO COMO YO.
QUE AÚN CORREN GOTAS EN PALIDAS MEJILLAS...FORMANDO SURCOS DE SAL QUE AMARGAN MAS MI VIDA.
QUE AÚN SE TIÑE MI PIEL DE COLORES INFANTILES. Y MI ALMA SE TATUA DE SUEÑOS PUBERILES.
QUE DE MI PLUMA NACEN LOS VERSOS, INSPIRADOS POR LAS MUSAS.
Y DISFRUTO MÁS QUE NUNCA LA NATURALEZA...¡LEJOS DEL BULLICIO DE LA TURBA!.
PUEDO ESCRIBIR UN VERSO QUE NO TENGA RIMA.DEJARLO QUE LA LLUVIA LE CAIGA ENCIMA.
Y LE COLOQUE LA MUSICA A LAS PALABRAS CON LA SAL DE MIS MEJILLAS.
CALLO... PIENSO....
ME ESTIMULA EL SILENCIO.
SOY LA CAUSA QUE PRODUCE EL EFECTO DE VIVIR COMO YO SIENTO.
COMO VIVIR SIN EL RECUERDO Y OBVIAR EL PRESENTE DE LOS SUEÑOS?.
AQUÍ NADA SERÁ PERFECTO...VIVO LO CORRECTO.
¡COMO DESEO SER EL MISMO VERSO!.
SOY UN POETA...CUYO CORAZÓN SE MARCHITA, JUNTO A UNA MARGARITA.
LAS DESHOJA CON EL PENSAMIENTO ...PUES LE DA TRISTEZA HACERLO COMO LE VIENTO.
EL POETA ES UN SER CON LOS PIES SOBRE LA TIERRA .
EN LA NOCHE BESA UNA A UNA LAS ESTRELLAS.
ESCALA LA MONTAÑA PARA DIVISAR TODA LA SABANA.
ESCUCHA EL SUSURO DEL VIENTO ENAMORARLA.
SUEÑA CON CONTAR LAS ESTRELLAS DEL FIRMAMENTO, MIENTRAS PRACTICA CONTANDO....
LOS GRANOS DE ARENA DE SU DESIERTO.
ADIVINA ....
SI DETRÁS DE LA CORTINA ES DE DIA O ES DE NOCHE....
SI EN TUS OJOS CERRADOS,AÚN ESTÁ PRESENTE MI NOMBRE.
¡EL POETA ES LA BESTIA!....EL NIÑO QUE JUEGA.
LA VORACIDAD DE LA FIERA...LA FRAGILIDAD DE SU PRESA.
EL SER QUE REFLEJA EN LAS PALABRAS. LA ESPLENDOROSAS DESNUDEZ DE SU ALMA.
LA CASA DE UN POETA ESTA METIDA ENTRE EL FOLLAJE DE UN CEREZO.
ALLÍ SE ANIDAN CON LOS POLLUELOS...¡LOS VERSOS!... JUNTO A TODOS SUS SUEÑOS.
MI VERSO... NO LO PUEDE DEJAR DE TRASPORTAR EL AIRE, NI EL OLVIDO BORRAR SUS LETRAS DEL RECUERDO DE LA GENTE.
ME DAN VIDA... POSTERGANDO UN POCO MÁS LA MUERTE.
LOS VERSOS SON MÁS MIOS EN BOCAS AJENAS, COMO LO ES EL AZUL DEL MAR, EL ALBO VUELO DE LAS GAVIOTAS.
LAS PALABRAS SE ESCRIBEN CON ROJO,SOBRE UN PAPEL QUE PALPITA.
ESPERAN PACIENTEMENTE...¡A QUE EL ALMA LAS REPITA!.
JOSÉ AGUSTÍN PACANCHIQUE RAMÍREZ
CENTENARIO
Os doy un gozo:
el rayo no envejece
por ser heredad.
Alfredo Pérez Alencart
PUEDO ESCRIBIR, EN MI CUADERNO DE NOTAS TAN VIEJO COMO YO.
QUE AÚN CORREN GOTAS EN PALIDAS MEJILLAS...FORMANDO SURCOS DE SAL QUE AMARGAN MAS MI VIDA.
QUE AÚN SE TIÑE MI PIEL DE COLORES INFANTILES. Y MI ALMA SE TATUA DE SUEÑOS PUBERILES.
QUE DE MI PLUMA NACEN LOS VERSOS, INSPIRADOS POR LAS MUSAS.
Y DISFRUTO MÁS QUE NUNCA LA NATURALEZA...¡LEJOS DEL BULLICIO DE LA TURBA!.
PUEDO ESCRIBIR UN VERSO QUE NO TENGA RIMA.DEJARLO QUE LA LLUVIA LE CAIGA ENCIMA.
Y LE COLOQUE LA MUSICA A LAS PALABRAS CON LA SAL DE MIS MEJILLAS.
CALLO... PIENSO....
ME ESTIMULA EL SILENCIO.
SOY LA CAUSA QUE PRODUCE EL EFECTO DE VIVIR COMO YO SIENTO.
COMO VIVIR SIN EL RECUERDO Y OBVIAR EL PRESENTE DE LOS SUEÑOS?.
AQUÍ NADA SERÁ PERFECTO...VIVO LO CORRECTO.
¡COMO DESEO SER EL MISMO VERSO!.
SOY UN POETA...CUYO CORAZÓN SE MARCHITA, JUNTO A UNA MARGARITA.
LAS DESHOJA CON EL PENSAMIENTO ...PUES LE DA TRISTEZA HACERLO COMO LE VIENTO.
EL POETA ES UN SER CON LOS PIES SOBRE LA TIERRA .
EN LA NOCHE BESA UNA A UNA LAS ESTRELLAS.
ESCALA LA MONTAÑA PARA DIVISAR TODA LA SABANA.
ESCUCHA EL SUSURO DEL VIENTO ENAMORARLA.
SUEÑA CON CONTAR LAS ESTRELLAS DEL FIRMAMENTO, MIENTRAS PRACTICA CONTANDO....
LOS GRANOS DE ARENA DE SU DESIERTO.
ADIVINA ....
SI DETRÁS DE LA CORTINA ES DE DIA O ES DE NOCHE....
SI EN TUS OJOS CERRADOS,AÚN ESTÁ PRESENTE MI NOMBRE.
¡EL POETA ES LA BESTIA!....EL NIÑO QUE JUEGA.
LA VORACIDAD DE LA FIERA...LA FRAGILIDAD DE SU PRESA.
EL SER QUE REFLEJA EN LAS PALABRAS. LA ESPLENDOROSAS DESNUDEZ DE SU ALMA.
LA CASA DE UN POETA ESTA METIDA ENTRE EL FOLLAJE DE UN CEREZO.
ALLÍ SE ANIDAN CON LOS POLLUELOS...¡LOS VERSOS!... JUNTO A TODOS SUS SUEÑOS.
MI VERSO... NO LO PUEDE DEJAR DE TRASPORTAR EL AIRE, NI EL OLVIDO BORRAR SUS LETRAS DEL RECUERDO DE LA GENTE.
ME DAN VIDA... POSTERGANDO UN POCO MÁS LA MUERTE.
LOS VERSOS SON MÁS MIOS EN BOCAS AJENAS, COMO LO ES EL AZUL DEL MAR, EL ALBO VUELO DE LAS GAVIOTAS.
LAS PALABRAS SE ESCRIBEN CON ROJO,SOBRE UN PAPEL QUE PALPITA.
ESPERAN PACIENTEMENTE...¡A QUE EL ALMA LAS REPITA!.
JOSÉ AGUSTÍN PACANCHIQUE RAMÍREZ
CENTENARIO
Os doy un gozo:
el rayo no envejece
por ser heredad.
Alfredo Pérez Alencart
domingo, 7 de marzo de 2010
La Revista Azahar rendirá homenaje al poeta, de Orihuela, Miguel Hernández, el sábado 24 de Abril, a partir de las 7 de la tarde, en la sede de la Asociación Cultural la Guitarra, C/ Neptuno, 3.
Te invitamos a participar en el acto mandándonos un poema a revista_azahar@hotmail.com
Los poemas que lleguen se pondrá en el blog de la revista: revistaazahar.blogspot.com
Te invitamos a participar en el acto mandándonos un poema a revista_azahar@hotmail.com
Los poemas que lleguen se pondrá en el blog de la revista: revistaazahar.blogspot.com