CULTOR ADAMANTINO
Artífice adamantino
del verso que sube y riela
en la ciudad de Orihuela
Miguel Hernández, genuino
de horizonte esmeraldino
y victima del penal:
con gallardía cabal
echó a volar la paloma...
¡Conduce al verde genoma
con su destello inmortal!.
María Magdalena Cabrera Zamora
(Seudónimo: La Profesora Espinosa)
Santiago de Cuba
CUÉNTAME UN VERSO ABUELO
¡Cuéntame un verso abuelo!
Desde la luna, desde el olivo,
desde el fúsil herido.
¡Regálame un verso abuelo!
-Tendrás que ayudarme niña,
ya mis racimos-huesos,
cerraron la médula del canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo callado.
Libé en tu nana, amarga boca.
Negra aceituna, libé en tu nana.
En la cuna del hambre,
mi niño estaba.
Que negra cuna, que triste madre.
Amarga boca, boca sin aire.
Libé en tu nana,
amarga boca.
Negra aceituna,
libé en tu nana.
Hoy te vengo a dejar esta rosa
de letras y llantos amarillos,
junto al gris metal de su seso,
que cumpliría cien años,
si el viento de la vida
hubiese sido tu aliado.
Cien cipreses se perdieron
entre olivares blancos.
Cien cipreses, cien,
a uno por año.
¡Cuéntame un verso abuelo Miguel!
Desde la cuna del limonero.
Desde el ayer o, desde donde estés,
mándame un verso que borre la hiel,
de tus abrasados poemas sin piel.
-Tendrás que ayudarme niña
ya mis cuchillos-huesos,
secaron la voz y el canto.
Que es mucho tiempo yaciendo.
Que es mucho tiempo muriendo.
En estos barrotes, que la fiebre
me torna pétalos de tus dedos,
abrocho días, noches,
convoco la mies.
Arde la casa encendida
de besos y sombra amante.
Arde la casa
encendida.
Besos y sombra.
Entre barrotes, el mundo arde.
Hoy te vengo a dejar estos lirios
de versos y llantos amarillos,
junto al gris metal de tu seso,
que cumpliría cien años,
si a la rosa de tus vientos,
no hubiese la muerte convocado.
Cien cipreses se perdieron
entre rojos olivares,
rojos de miedo y de sangre.
Y en cada ciprés cien mil versos.
¡Que desierto han provocado,
tantos cipreses muertos!
Manuela Bodas Puente
No hay comentarios:
Publicar un comentario