martes, 19 de enero de 2021

JOSEFA MARIA Y JUAN DE LA OLIVA

 

A los pies del trasero tronera de la falsa Iglesia

De Moradillo de Roa

Que fue, en su tiempo, baluarte defensivo

De sus campos y vega del Ejido

Existe un barranquillo

Que, hoy día, llaman de la Pandemia

Pues vienen al él a tirar sus colchones

Tullidos y sifilíticos perdidos

Dejando una estampa de guarrería

A esta foto tan bella

Donde la Iglesia toca el cielo

Abriendo puerta a las estrellas.

Ayer vine con un amigo 

Máster en Bebida de Vino

A la bodega de Rita

La más bella entre las bodegas

Que no sale en las fotos turísticas

Para colocar unas placas de piedra

Que el viento y la lluvia habían hecho caer.

En mitad del camino

Alguno a alguna con nocturnidad y alevosía

Había abandonado un colchón

Que parecía tener el forro de plástico

Lleno de virus de Pandemia.

Al pasar cerca de él

Por no pisarlo, pues nos daba ascos

Le dimos una patada y azadonazo

Para retirarlo del camino

Yendo a caer justo al lado

De otros colchón del maldito Virus.

De repente, se nos apareció un ser cual mono

Escapado de Tarzán, sin duda

Que nos reprendió las patadas al colchón

Diciéndonos que teníamos que cogerle

Y llevarlo al Punto Limpio.

-Sí, le contestamos al unísono

Cógelo tú con los dientes

Que, a lo mejor, se enamora de ti el Virus

Pues, en este colchón han follado

Cristianos cautivos de Pandemia.

-Qué caballerías, contestó.

-Ah, y no sufras, majadero, le dijimos

Que, con este colchón a cuestas

Al llegar a Torregalindo

Verás que la cristiana Josefa María

Por ti llora y suspira

Y te entrará al cuerno

Aunque esté lleno de Pandemia

Juan de la Oliva

Como, ahora,  llora Hispania Nostra 

Por haber premiado 

El Proyecto de las Bodegas

Talladas en piedra.

Daniel de Culla


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