Al fondo de mí misma la música del cisne.
Allí estaba inclinado
flotando sobre las profundidades del lago.
Veo su belleza que se expande y remolina ante mí.
La sombra del ave, su espectro,
aún navega como un mito,
hace huella la plenitud,
la transparencia,
como destello de un ideal perdido.
En el silencio de la noche,
oyendo el maullido sin tiempo de los gatos,
me acurruqué entre las sábanas, agitada.
Allí vi al cuervo, abriendo su pico,
quemando mi voz.
Un chillido vociferando sobre mi piel.
Era el ave majestuosa de Poe diciendo, “Nunca más”.
En mi pesadilla, (nunca más el ideal, el amor).
Oh sonido,
que retumba en las paredes de mi cuarto,
que resuena en mi interior,
y no me deja hablar ni pensar.
Hago sordo esos ruidos y así,
emerge surreal otra luz,
otra música,
otra imagen que columpia.
La figura grácil del cisne suspendida
en las orillas del ojo.
Del libro Más allá y al mismo tiempo de Estela Barrenechea -Argentina-
Publicado en Suplemento de Realidades y ficciones 87
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