¡Dios creó tan encantadoras a las mujeres!,
con alma optimista y atiborrada de dulzura,
púsole la hermosura como encanto eternal,
roció de prudencia y madurez tan acertada.
El cielo azulino esplende con grandiosidad,
el mar pacificado enrolla sus ondulaciones,
la luna induce sus fases, llena de adhesión,
y el Universo lisonjea a la beldad femenina.
Creada como la más admirada en la Tierra,
bella entre las bellas y con pujanza íntegra,
es la reina sempiterna de hogares del orbe.
¡Jamás serán quebrantadas ni agraviadas!,
el mal apesadumbrará a los intemperantes,
son la primera-única maravilla del Universo.
Julio César Portella Medina -Perú-
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