La lluvia esconde las lágrimas
que el mar deposita sobre la arena,
no hay nadie, sólo las nubes
están despojándose de su túnica.
Yacen las caracolas sobre la orilla,
agrietadas de dolor.
Le hablo a la orilla de mis sueños.
de mis secretos más íntimos
y, también de los amores que se
fueron con la furia de la espuma
que se rompe sobre el espigón.
La luna de deshoja sobre mi frente.
Se viste de crespones azulados
que se cruzan sobre el horizonte
en la cima de ese mar.
Yo camino sobre la arena despacio,
mis huellas se van borrando
por la tranquila orilla de tu mar.
Juana Campos Cortés.
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