Beberé mi soberbia
cual vino que mata
envenenando mi alma.
Cuervos que cantan
en la tristeza vaga
de mis noches.
Golpearé al silencio
que dejó tu ausencia,
puertas negras
tras luz de aquella sonata.
Creció la hojarasca
tras tiempos de fríos,
vinos que emborrachan,
olvidos... Que no son olvidos.
ALADINO LAVIAS OLVERA -México-
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