Me parece tentadora,
tu oferta de esta mañana,
prefiero ver la campana,
que ver tu locomotora.
Mi libertad pecadora,
mi fama de cortesana
en mi tierra castellana,
tu calma no me desflora.
Ni mi cuerpo, ni mi mente,
llegas tarde para todo,
mi personaje caliente.
Lárgate triste beodo
que soy mujer muy decente,
y puedo gritar tu apodo.
Carlos Puchelar
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