miércoles, 27 de junio de 2018
VIAJANDO POR LA NOVELA
De nuevo aquí,
en este desorden de ideas
que llamo “novela”
Sale entre impulsos,
pierde la guía originaria
recorriendo otros caminos,
se abre a sí misma
sin brújula
brotando
a fuerza
de su propia voluntad,
movida por mi álter ego
Rosshalde…
No sé que será de esto,
¡Tanto escrito desarticulado!
necesitando un sombrío
laboratorio del XIX,
experimentando con galvanismo
sobre los pedazos
de mil ideas,
anhelando dar forma
a la sombra
de este espectro.
Rosshalde se concentró en el círculo de la luna, posó su helada mirada en el blanco estupor de su lejanía, su mente divagaba tal lobo hipnotizado ante el concentrado espejo del firmamento, aullando perdida en la eterna oscuridad de las estrellas ¡Siempre esa sensación de no estar en ningún lugar! de no pertenecer, tierra de nadie latiendo enmarañada en filosos adentros.
La noche… Pasión e inspiración para los enamorados pero dueña infame en los corazones momificados. Comenzó a preguntarse y el murmullo de su voz, desató un solitario alrededor junto a la malla imposible de sus sonidos ¡La garganta atizando! lanzando tiras vivas de palabras involuntarias, sofá de psicoanalista presenciando la terapia de una pesadilla ¿Por qué no era como la mayoría y se dedicaba tan solo, a la simple contemplación del insinuante universo? pero, no… era reo de sí misma, un paralizado Hamlet, príncipe en el Reino del vacío. Detrás de sus párpados, el verdugo la mantenía pasando hambre, disfrutando ser el carcelero de sus incógnitas…
– ¿Es posible romper en pedazos la incertidumbre que inspira, el no poseer algún tipo de sabiduría? ¿Una sola, convicción? ¿Cuánta distancia nos separa del abismo del sí mismo? ¿Se puede conocer “algo” realmente? La duda metódica… no capturar el éter en la sustancia del pensamiento ¡Eso es dudar! sudarse desconociéndolo todo, no entender la opción acertada entre miles de las equivocadas ¿Correctas? ¡Nada lo es! No se trata de la selección, el “éxito” depende del proceso, del tránsito, no obligatoriamente de la motivación per se. Puede existir una buena inspiración encerrada en un mal procedimiento, un excelente trayecto, devenir del haber escogido muy torpemente ¡Es la naturaleza del error! La cuestión no es el atrevimiento, el punto es quedarse varado a la orilla de la vida, ser la línea congelada entre la cobardía y la osadía, no hacer ¿Dar vueltas y dejar que el azar decida? o ¿Quitarse las vendas, aún a costa de apagar todas las farolas y quebrarse? ¡Necesitaba un fuerte estallido de electricidad! ¿Por qué no le caía un rayo encima? Seguro todo cobraría sentido.
Scarlet C
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