Amanece, es lo único seguro.
Últimamente ha sido un no bien grande
la puerta que he tocado. Ya se expande
la queja del bolero que murmuro.
Amanece, estoy vivo, poco importa
si moriré de esperas indigesto.
Un día me regalo, no me presto
el viaje de la luz que se reporta.
Amanece, qué bueno ver las flores,
y saludarme en el espejo verde
de la naturaleza que no pierde
sus ganas de brillar con mis temores.
Amanece, huirán mis sinsabores.
¡Mañana ya tal vez ni los recuerde!
Jorge García de la Fe
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