lunes, 26 de marzo de 2018

ÁREA


Desde mi profundidad,
veo mi descenso manejable
al alcance de mi mano entumecida
junto a esta Lamia de extensos ojos,
virtual,
turbadora,
absoluta.
Me digo sin escucharme,
intuyendo la noche húmeda
lamiendo este espacio
que ignoro ocupar.
Porque deseo huir sin irme,
condensarme en humo
y surgir por el embudo
que me expande inverosímil.
E insisto en la superficie que me contuvo,
quizá sin haber estado,
pesadilla tras pesadilla,
dichoso sin despertar.

MANUEL JESÚS GONZÁLEZ CARRASCO -Madrid-

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