domingo, 24 de diciembre de 2017

NO PUEDO RESPIRAR


No puedo respirar mucho tiempo bajo mi suéter o distinguir las velas de un tulipán en llamas pero puedo ponerme guantes y recolectar gotas de lluvia desde la ventana, guardarlas en frascos secretos, llevarlas a mi habitación y apagar las luces, cerrar los ojos y olvidarme de todo.
Puedo conectar mis pulmones a paredes rotas de lugares rotos o un rasguño que inquiete la madrugada, caminar descalzo sobre banquetas perdidas cada noche y perderme también.
Atrapar estrellas fugaces en fotografías fugaces, endulzar mi cafeína con tierra, rondar callejones y coladeras olvidadas y que me llamen invisible, besar el polvo en mi garganta con un suspiro y que lo llamen magia y puedo erizarme, y escuchar las voces de otra habitación, puedo bajar las escaleras con un cuchillo oxidado, llegar hasta la barranca y desollar un colibrí, puedo trepar un pino y ser su corazón y ser el viento y ser las ramas o un instante que se vuelve nada en un rincón.
Puedo ir hasta las calles y no sentir frío, no sentirme, fumar marihuana bajo mi cama y dejar que me aplaste o esnifar cocaína o gis de colores en una tarde gris.
Y puedo intentar colgarme de la regadera o rajarme las venas con un alambre y dejar una nota con crayola y gotas de sangre, pero no quiero que se termine aún… no sin esconder páginas y páginas de alma en algún cajón.

REVOL DIDIER

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