viernes, 1 de septiembre de 2017
OH, TEMPORA, OH MORES
Yo
como Borges
te puedo ofrecer
la amargura de haber mirado largamente a la luna solitaria
darte estos silencios en los que me ocupo para no regresar al polvo
Tengo a mano la rémora
que no permite cortarme las venas
saltar al vacío
pedir limosnas
Yo
como Poncio Pilatos
estoy destinado a lavarme las manos
mirar por encima del hombro al horizonte
mordisquear esta madera que no es tabla de salvación
que no es algo que divide
que no es el agridulce de la memoria
Esto es parte de lo que tengo y doy
largas caminatas
pocas novias
un eclipse
un amigo inventado
una vez al lado del mar ciego y leve
Eso es
otro mortal más que mortifica tu vida
y lame la sal de tus pechos
y se acuesta y tiene pesadillas
y se acoge a la diáspora del aire
y se queda en silencio
y escribe
y muere
y se despierta para ofrecerte las vísceras
como Dios manda.
Reinaldo García Blanco -Cuba-
Del libro La Estrella de Cuba
Publicado en Editorial Alebrijes
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