Me enamoré de ti, no sé;
encontrarme contigo, fue mi suerte.
Como una estrella me guiabas;
tu arrebatadora estela me obnubilaba.
Un amor que a trompicones, corría por las venas;
agonía y dicha, entre claras tinieblas. Caminos paralelos, que nunca se cruzaban;
caminos llenos de obstáculos, que no llegaban a mezclar su destino.
La distancia nos separaba, pero nuestro amor en aumento;
recados nos llevaba el viento, nos contaba secretos.
Mi alma vagante, escuchaba el eco de tu risa;
formando cascadas de agua fría, cristalinas.
``Siempre nos quedará París’’en el recuerdo;
nuestro amor transcurría feliz, como el río Sena.
Paseando abrazados por los adoquines mojados;
sin un final escrito, embarcados en un crucero.
Elisa Toledo
No hay comentarios:
Publicar un comentario