Mi primer invierno en ti
fue el frío incontable tuyo.
Garúa y garúa y tu domo gris;
y la noche.
Recuerda mi nuca el estío.
Tildo un recuerdo:
mi nuca roja, rugosa
en tu playa
y hasta luego nueva…
cuando oscureció.
Mis ojos, sí, en el párpado
que tu invierno quemó.
Mis ratos claros
en tu bruno frío, recuerdan
un río hablador que le canta
a una piedra de tu plaza;
y el caserón caído...
Lima, yo te miré donde te vi.
Me tuve que quedar
y mis párpados quemaron
tu invierno hasta el sol.
P.D.:
No te lleves a mis locos
con tu frío;
mi provincia
te nombra en el mercado,
verde y dulce.
Del libro Lima: Visiones desde el dibujo y la poesía de Parix Martin Cruzado Jiménez -Perú-
Publicado en La Biblioteca
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