Hoy toca hacer números. Quizás debería empezar a hacer balance de los libros leídos este año a fin de elaborar una lista con los más relevantes, - para comentarlos a fin de año en mi blog- pero me decanto por lo primero. Si sois una de las escasas personas que aún se deleitan con un buen libro, es posible que en alguna ocasión os hayáis preguntado cuánto gana el autor que tan buenos ratos os regala (o casi). Si por el contrario os tienta la idea de convertiros en escritores, entonces debéis leer sin falta este artículo.
En el 90% de los casos, el autor se embolsa un 10% del precio que habéis pagado por vuestro ejemplar. Con mucha suerte, el sufrido autor venderá unos 900 ejemplares de la obra, 500 si ha tenido la osadía de escribir en catalán, vasco o gallego. Si el libro se vende a 15 euros, habrá facturado la desorbitada cifra de 1.350 euros, de los que pagará un 15% a su agente literaria y otro 15% a Hacienda. Que se sepa, sólo Ildefonso Falcones ha ganado lo suficiente con la literatura como para montar una empresa opaca en Panamá, aunque a buen seguro no será el único. Si volvemos al humilde escritor del supuesto que nos ocupa, el montante final de lo ganado se acerca a los 945 euros. Para vivir como un mileurista, o casi, el pobre hombre tendrá que escribir un libro todos los meses y además vender 900 ejemplares de cada título, cosa harto improbable pues no hay escritor tan prolífico ni cuerpo que lo resista.
La conclusión es más que obvia: la inmensa mayoría de nosotros vivimos de otra cosa y escribimos en nuestros ratos libres, con todo lo que ello comporta para la profesionalización del sector. Traducciones, informes editoriales, clases de escritura, tutorías, correcciones de estilo, conferencias, charlas y algún que otro artículo periodístico si hay suerte. Algunos, rozando la desesperación, nos decimos a nosotros mismos que nos conformamos con dejar un “legado” que vaya más allá de lo material a nuestros hijos. Para que sepan algo más sobre nosotros que lo que cuentan las fotografías.
Personalmente he optado por el fascinante mundo de Coaching, y he renunciado a la isla para disfrutar de un tórrido verano en Barcelona, encerrada doce horas al día- fines de semana incluidos- en un centro de la Gran Vía. Gracias a mi pequeño sacrificio, he conseguido un título oficial de Coach y un máster en PNL con los que pienso ganarme la vida de ahora en adelante. ¿Lo conseguiré? De no ser así, siempre puedo escribir un libro que recoja las anécdotas más jugosas de mi nueva profesión y volver a “forrarme” con la literatura. Con suerte, conseguiré sacar 500 euros con su venta y ya tendré para pagar la tercera parte de lo que me ha costado cada uno de los cursos.
Moraleja: si en algún momento te has planteado escribir libros, no te despidas de tu actual trabajo, o de lo contrario, tus hijos van a cenar... ¡sopa de letras!
Inés Matute
Publicado en Agitadoras revista cultural 76
Tienes toda la razón aunque te has quedado un poco corta. La mayoría de los escritores de hoy, encima de "perder· dos, tres, cuatro años o más escribiendo una novela, sea inventada o histórica, y ya no digamos si se trata de poesía, encima pierden dinero. En las librerías, con suerte, pondrán una semana su libro en el escaparate, y luego pasará a las cajas del olvido hasta que con un 10% de descuento lo ofrezcan en plena calle, para el día del libro o en cualquier feria.
ResponderEliminarPodría añadir encima que proliferan los plagios, las estafas y los timos de muchos editores, distribuidores y libreros, que se escaquean de pagar o ni siquiera llegan a editar lo pactado.
Pero cuando es gusano de la escritura ataca, no tiene piedad y nos despierta durante la noche para plasmar -muchas veces- una simple frase.
En una ocasión, un abogado amigo me dijo que le gustaría saber escribir poesía, pero cada vez que lo intentaba le salía un churro y se quedó sorprendido ante mi respuesta:
¡No sabes la suerte que tienes!
Angalu
www.acueductoazul.blogspot.com