Un hombre común
es quien raja la tierra en dos,
le arranca el fruto indiscriminado
de la gloria
y sacrifica la lluvia en el derroche
de los puentes.
Comúnmente hacemos lo que parece
no ser común
nos satisfacemos del dolor
del pájaro herido
y la ballena suicida;
asesinamos el viento puro…
Y la manera extravagante de sostener
el arco y la flecha
en el vandálico crimen
de las manzanas.
La razón común cuelga de un plato
se pisotea enajenada en la ventana
del mundo,
los arroyuelos son escamoteados,
el ser HUMANO entonces se camuflajea:
no hay piedad para los que nacen,
ellos tendrán comúnmente
lo poco que dejemos.
(Textos de la tierra inconclusa I) de
Rosendo García Izquierdo
Publicado en Siembra 96
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