Me otorgaron la noche con sus prolijos días,
con sus soles limpísimos…
Me otorgaron la duda.
Indagué por los círculos, los caminos abiertos;
conviví con lo inhóspito, coroné lo difícil
y me mantuve firme, doliente y esperándote.
Del libro Consumación de lo eterno de
CARLOS VAQUERIZO -Sevilla-
Publicado en Luz cultural
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