Sé que te odio, porque solo tengo
por ti un extraño sentimiento de hacerte mal.
Porque siento por ti antipatía,
y por ello te deseo lo contrario
a los buenos designios.
Que tus anhelos tengan mal
favorecimiento,
porque por ti surge aversión,
encono, inquina, aborrecimiento.
Me eres detestable, repudiable.
Te conmino por ello
al aburrimiento, al fastidio,
al cansancio de la alegría.
Que seas abominada,
mirada con repulsión,
que te señale el mal ejemplo,
que lo que pienses sea la locura,
como lo que proviene de la sinrazón.
Mi profundo afán es que caiga
sobre tu destino la desgracia,
la calamidad, para que jamás
seas feliz, ni tengas amores
que recordar porque fuiste pasajera
y no dejaste buena huella a seguir,
por eso te deseo la más dura enfermedad
y que terminen siendo tus días largos
y amargos, después de mucho
llorar y de dolor padecer.
Que sobre tu tumba, cueva de sombras
que espero pronto ocupes
nadie te ofrende las flores
sino que a cambio de ello
los perros callejeros
te regalen sus amores
con un chorro oscuro
de levantada de pata.
Del libro Rimas & Palabras de A.J.Ortega
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