domingo, 29 de marzo de 2015

LUCIÉRNAGA


Hoy ha visto un querubín
mi pluma, como las entrañas
de un perfil tan breve
temen con avidez bestial
la frecuencia de la noche,

sentí sus giros de aguja en mi vacío,
una neblina iris de albor, cegador
horario dominado de tiempo esclavo,
sentí la flor de su epidermis en rimas
reinas saltarinas en filamentos cristalinos,

observé su lino, su equilibrio
con un fundir de tornasoles,
pericia en bramarle a la luna,
en abrirle los ojos a la noche,
en palpitares de ráfagas de mitos,

un aroma lucido de su piel
soborna con rocío la tiniebla,
ensortijada lluvia de sentidos,
blancura dócil y puro espíritu
en el desembarcar del silencio,

sostiene desvestida un fuego
esperma de sus membranas,
palpitar magnético de fulgor
adueñada de una silueta germinadora
victoriosa y trovadora ola tras ola,

ardiente desvarío estático
en vaticinios ajustados
acorde a los reflejos de su rumbo,
ese clamor oscuro es tan solo
horas de caricias encandiladas
asidas a la oquedad de su vientre.

Manuel Vílchez García de Garss

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