miércoles, 3 de septiembre de 2014
LA VELA SE APAGA
La realidad huye con el culo cagado y las bragas de traba. Al compás de la música de la memoria, la llama baila y bailan las sombras por las paredes en un aquelarre amorfo y onírico mientras una vela llora lágrimas de cera que recorren su cuerpo, desnudando su vida y dándole formas caprichosas a su muerte. Una sonrisa de medio lado, guasona como ella sola, se asoma al escote de un recuerdo y deja caer su melancolía por el canalillo de la añoranza.
En cada nuevo cruce de caminos dejamos algo por perder. Por cada camino en el que nos perdemos, nos hemos ido encontrándonos una migaja más. Cada pieza del rompecabezas con el que nos vamos formando está hecha con ojos enguachinados y una enseñanza agarrada a la cola de un eco.
Se va consumiendo la vela y apagándose el reloj. No quedarán rescoldos de este fuego cuando llegue a su fin la luz y empiece la juerga de sensaciones, y, al acecho de la oscuridad absoluta, las sombras esperan su momento para quererse por los rincones y follarse en los infinitos, metiéndole miedo a los miedos.
FRANCISCO TOMÁS BARRIENTO -Campofrío-
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