HOMENAJE A R GIGER

Simple cara de mujer
que sin mirar, mira
que todo lo observa, sin observar
que tal vez quisiera, sin querer
bailar con ese color azul
que sus ojos ven, sin ver.

Bella cara de mujer
que piensa, sin pensar
en ese mar de aguas tranquilas
que oye, sin oír,
que huele, sin oler
mientras espera, sin esperar
que un color verde
la invite, sin invitar
a un baile sin final.

Sencilla cara de mujer
que contempla, sin contemplar
las altas paredes de Santa Catalina
donde sabe, sin saber
que muchas historias
ocurrieron a lo largo del tiempo
pero que ella, tal vez, en algún libro
leyó, sin leer.

Del libro Los que danzan con el color de JOSÉ LUIS RUBIO