viernes, 2 de mayo de 2014
MÍRAME
Clavaste tus ojos en mi cuerpo.
No pude zafarme de ellos.
Me causaron mucho dolor.
Aparta tus ojos, apártalos
que me estás dejando sin pensamientos
y no quiero ser en tus manos
un insensible muñeco.
No quiero que lamas mis heridas
con la frialdad de tu mirada.
Necesito tiempo para recuperarme
sin que tú intervengas en ello.
Aún tengo cicatrices de otros ojos
que me hicieron sufrir mucho
en un tiempo nunca olvidado
aunque ya algo alejado.
Por eso no deseo que tus ojos
me roben ni una mirada
ni provoquen en mí sensaciones
de las que después no me deshaga.
Mírame lentamente, sin acritud,
con un amor desbordante
que desborde sin arrancar
quejas de mi sensible cuerpo.
Tu fuego me quema
sin saber como apagarlo
para evitar las quemaduras
que me van debilitando.
Pero aunque te diga todo esto
no me hagas caso y mírame
porque prefiero ser un muñeco
que vivir ignorado por ti.
Quémame que esas quemaduras
aunque duelan se soportan
con resignación porque son productos
de un amor arrebatador.
Mírame, mírame, mírame,
que necesito tu mirada
para no perder la ilusión
y seguir creyendo en la vida.
JOSÉ LUIS RUBIO
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