“Écrire, c’est hurler en silence !”
Pénélope Damman
En los pómulos de la luna,
El firmamento populoso de estrellas infinitas,
Dibuja sarcásticamente…injustamente…
Tu óbito escamoteado.
En la cuna de estas sombras sonoras
Saltan y resaltan mis desmadres,
Nacen y fenecen mis manantiales,
Y mora mi vida sufrida, desdicha imperecedera.
¡Ay, qué ayeres y qué hoyes tan reñidos
En este mar de bramido proceloso!
¡Ay, qué bravías luchas huérfanas entabladas!
Todo falta do faltan las fragancias de tu palmeral.
En el santuario de mis noches de insomnio,
Deseos suicidas el alma entona.
Recuerdos de arco iris y relámpagos
Yacen sin soliloquio.
En el umbral de mis hoyes insurgentes,
De rayos y truenos sobrantes,
El céfiro circula asaz curioso
Queriendo rastrear mis silencios sonantes y tonantes
Y con voz urgente me echa a la cara:
¿! A quién embalsamas decentemente
Estos gritos callados, estos barrancos amigables!?
A Majakech, eterno nombre. Idilio sempiterno.
Rachid Boussad
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 34
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