Recuérdame cuidando las miradas,
los ojos que enfermaron de mirar,
recuérdame lamiendo las pisadas
de unos pies tan cansado de llegar;
bebiendo de este hueco de tu mano,
el veneno resume nuestro amor,
tan despojado ya de mí, tan vano
como el aire que dicta mi dolor.
Amando a aquel que me parte el alma
con golpes que envenenan una vida
que dejo ahora mismo de sentir.
Y escribe los más tristes en tu calma,
dales a dios y al juez lo que te pidan.
Esta que llora, no muere más por ti.
Carmen Moreno -Cádiz-España//Madrid-
Publicado en la Biblioteca
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