Universo encapotado de nubes estáticas,
entre fieles reflejos sombras infieles,
sentir que no existe, divaga en la lejanía,
posesión de dudas que me atormentan.
Mis manos huérfanas –sin aliento-
sin conciencia que les alumbre,
tan inconstantes, tan llenas de incontinencia…
perdieron su identidad en pavoroso silencio.
Energía de espíritu que me doblega,
me inyecta visiones que me aturden,
deja caer gotas de lluvia en mi cerebro,
lo taladra, lo ablanda y lo desespera.
Me expando en algo que es nada…
en agujero negro floto, y me abstengo,
el tiempo de mi cuerpo se rinde,
mi ser existencial claudica por momentos.
En mudas palabras me observo,
en árido desierto no me comprendo,
el mar en calma no baña mis pies lentos,
las olas desistieron, sin encanto murieron.
Mis ojos en el límite del inconsciente –ciegos-
entre musarañas, pastizales verdes,
al borde de un camino incierto –algo espero-
tal vez, pasar de mi vida que perdí hace tiempo.
LOLA WIZNER
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