¿Las Normas? Las normas están para romperlas. ¿Las Leyes? Mentiras escritas para acallar conciencias. ¿Las tradiciones? Superstición hecha fiesta. ¿El lenguaje nos condiciona o somos nosotros los que limitamos su sentido?
Desde pequeños se nos condiciona, socializa, manipula. Se nos dice lo que es bueno y lo que no lo es; se nos ponen fronteras, límites, cortapisas. Asumimos como normas “naturales” lo que son imposiciones seculares, y pensamos que debe seguir siendo así porque siempre lo ha sido. Incapaces de derribar el podrido edificio nos limitamos a parchearlo, obviando las grietas que son muy visibles, las maderas carcomidas, o los techos que amenazan derrumbarse y aplastarnos. Seguimos habitándolo porque así lo hicieron nuestros predecesores y así lo deberán hacer nuestros descendientes.
¿Podremos alguna vez romper este círculo vicioso? He ahí la gran pregunta.
Francisco J. Segovia -Granada-
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