Te puedes marchar,
ya no puedes escribir
la página siguiente
de un libro terminado,
ni pintar en la pared
de un templo derribado,
ni ordenar los cuadros
de un museo abandonado.
Ya no hay nada que decir,
llegó el invierno y no hay más,
más calores que sofocar
ni más fuegos que apagar.
Ya no hay nada que decir,
llegó tu barco y zarparás
hacia otra realidad
muy lejos de este mar.
Te puedes marchar,
ya no puedes disparar
una bala más al cielo
comenzado el alto el fuego,
ni charlar de madrugada
a mi tumba ya sellada,
ni cantar otra canción
tras la última ovación.
Ya no hay nada que decir,
ni misterios que aclarar,
ya no hay llaves que probar,
ni más trucos que ensayar.
Ya no hay nada que decir,
tu recuerdo se nubló
me encargué de clausurar
este amor por defunción.
Te puedes marchar,
ya no puedes seguir,
la función ha terminado
y el teatro se ha cerrado…
cerrado por defunción.
Gustavo González -Valladolid-
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