Desde que Joaquín perdió la vida en aquel terrible accidente automovilístico; el mundo de Sofía cambió. Ellos estaban a unas semanas de casarse, y todos los planes que juntos construyeron se hicieron cenizas; de igual forma que el cuerpo de Joaquín al volar por los aires después de explotar su coche.
Sofía comenzó a beber más de la cuenta, dejó de trabajar y su vida se fue a pique. Pasados diez meses del terrible incidente, Joaquín que se encontraba ya en un plano superior, convertido en ángel y encargado de hacer el bien en la tierra, topó de frente con su amada quien convertida en prostituta y
dedicada a sostener su adicción a la cocaína, ofreció sus servicios a Joaquín.
Entristecido por el destino de su amada, observó cómo un hombre la arrebató de sus brazos; con maldiciones, a golpes y jalones se la llevó hacia un callejón.
Joaquín los siguió con el afán de intentar defenderla del tipo que la agredía y al momento de jalar del
hombro al sujeto, se percató de que estaba en el mismo plano que él, solo que en el lado opuesto, era un demonio.
Al reconocerse, el hombre empujó a Sofía al piso y del impacto ella perdió la conciencia. Los dos se enfrentaron dejando el plano terrenal y como un ángel y un demonio comenzaron a discutir.
—Deja a la mujer en paz, estás acabando con ella— dijo el ángel.
—A ti que más te da, es una prostituta y mi jefe quiere pronto el alma de ella.
—Te doy mi alma a cambio de la de ella— contestó Joaquín.
— ¡Estúpido! — respondió con desprecio el demonio— a él le gustan las mujeres, no los cabrones
amanerados como tú.
—Tu jefe gana más con el alma de un ángel que con la de una mortal.
—Estas de suerte angelito, hoy quiero divertirme —dijo el demonio— juguemos una partida de póker. Si gano la mujer es para mi jefe; si pierdo, te entrego a ti.
Sentado a la mesa de una cantina con unas cartas de póker a la mesa, Joaquín entregó con gusto su alma a cambio de la de su amada Sofía.
Mª. del Socorro Candelaria Zárate (México)
Publicado en la revista digital Minatura 124
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