Fuiste mi primer amor
al hombre que le di todo mi ser
amigos incondicionales en el amanecer.
Tú alma rebozaba de alegría
tus ojos brillaban día a día
tus brazo me cubrían
resguardándome de la melancolía
te percibí tan inmenso en tú gallardía.
Hombre impetuoso y generoso
con el corazón lleno de gozó
compañero de tanto retozo.
Forjando en cada amanecer
el camino de lo que puedo suceder
tratando de evitar el padecer.
Mi gran y pequeño tirano
creyéndose poseer el conocimiento
sin llegar a entender
que no se puede retener
lo intangible del querer.
Sandra Méndez -Guatemala-
No hay comentarios:
Publicar un comentario