La tristeza sin dueño.
Es el lastre de una noche oscura.
Es un papel flotando en la ventana
en brazos de la intemperie.
Es un abrazo roto en un baile lento.
Es un cuerpo ávido de esperar las voces del silencio.
Es el germen de la fiereza del mundo.
Es una noche oscura lastrada de silencios.
La tristeza sin dueño.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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