Las niñas de dos en dos
van cantando su canción.
Ya saben multiplicar,
¡viva la gracia de Dios!
Hacen caso al altavoz
“la tierra no tiene alma,
sí la tenemos tú y yo”,
a voz en grito, proclaman.
Ya tienen claro las nenas
qué es el multiplicador
ya consiguen que la escuela
les de la nota mejor.
Multiplicando carreras
las ve el “hermano mayor”
que a su despacho las lleva
y les llama la atención.
Sufren públicas condenas,
que producen escozor,
para que arraigue, en sus venas,
la ley y el orden mejor.
Oiga y saque conclusiones
de aquesto que les pasó:
todas tuvieron castigos
y la duquesita no.
Porque da grandes limosnas
y obtiene perdón de Dios.
Aunque en lugar del rosario
rezaría esta oración.
Para pobres de la Tierra
Hoy me sacrifico yo
La que no suelte sus trenzas,
Ponga la braguita al sol.
Como trenzas no tenía
Ella se sacrificó
Y colgada en la ventana
Luce su braguita al sol.
Pedro Jesús Cortés Zafra -Málaga-
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