Cada vez que nos vemos,
me sabe a poco.
Y cuando no te veo…
cierro mis ojos.
Añoro tu mirada
dulce y melosa
fundida en mis adentros
tierna y sedosa.
Tus ojos son dos puñales
que se clavan en mi alma.
No siento dolor alguno,
solo una profunda calma.
Son tus pupilas luceros
que alumbran mi oscuridad,
cuando a ciegas voy andando
sin ir a ningún lugar.
Desde que tú me miraste
algo cambió en mi interior
y mi corazón andante
te busca en cada rincón.
JUAN RUIZ MORAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario