martes, 30 de abril de 2013

QUIMERAS


No hacían falta las palabras...
los ojos lo decían todo.

Nos quemábamos sin fuego,
tiritábamos sin frío
y moríamos de deseo.

Al dibujar con tu mano
la sombra que proyectaba
la silueta de mi cuerpo;
me sentí amarrada a ti
con lazos de terciopelo.

La urgencia nos devoraba,
entrelazamos los dedos,
bebimos uno del otro
encadenando los besos.

El aliento... en un suspiro,
los sentidos al acecho,
el corazón al galope,
el alma huyendo en un vuelo.

Mas, te diluiste en la noche.
Después de todo... era un sueño.

Carmen Aguirre -Málaga-

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