domingo, 28 de abril de 2013

EL TEMBLOR


Estalló la primavera
como un alarido
y se despertaron
los sexos dormidos
de los animales
que hibernaban.
La Naturaleza
se derramó
en una orgía furibunda
de olores, de sabores,
de colores rabiosos,
en un aquelarre
de sensaciones excitadas,
en un pandemonium
de hormonas desaforadas,
en un caótico totum revolotum
que no dejó títere
con cabeza correcta.
En nuestra cama
nosotros también
sentimos el temblor
y nos abalanzamos
el uno sobre el otro
con hambre en los dedos,
desmayados de caricias.

JUAN EMILIO RÍOS VERA -Algeciras-

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