lunes, 4 de marzo de 2013
TE RESPIRO
Te respiro, y la vida
se me llena de sueños,
como si fueras una estatua de aire
y en una sola inhalación, tu cuerpo,
etéreo, tembloroso,
fuera apresado al fondo de mi pecho.
He aspirado fragancias,
de la rosa al naranjo y al incienso,
y me quedé sin ellas,
eran golpes de viento,
mariposas de sombra,
agua trenzándoseme entre los dedos,
brillo breve, intangible,
apenas un recuerdo.
Al respirar tu dimensión, quisiera
nunca exhalar mi aliento,
por temor a perderte
como se pierde el vaho en los espejos.
Tan frágil, tan ligera,
pero tan mía, con mi propio sello.
Y no desciendes sólo a mis pulmones,
te filtras, te dilatas en mi centro,
y te arrastra mi sangre,
cada contacto tuyo en mí disuelto.
Me posees con la absoluta fuerza
de quien se compenetra desde dentro,
extendida en los brazos, en los muslos,
y acoplada en el sexo.
Te ciño íntegramente,
te quedas, y me quedo.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-

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