domingo, 3 de marzo de 2013

ONCE DE ABRIL


Déjame ser el escribano de tu vida,
de las letras de tu nombre,
de las maneras que busco para decirlo.
Que yo te dejaré que corrijas
mis faltas de ortografía.
Que yo caeré en la tentación inevitable
en cualquiera de los abrazos
de las mil y una noches que nos quedan.
Déjame llegar con mi pena desnuda
adonde tu risa desabrochada,
deja que mis labios tiemblen
para que tú me los tranquilices,
que yo te estoy dejando mi vida desaparecida.
Dame tus labios virginales
que desafían mi ateísmo,
dame permiso para enmarcar
tu nombre en mi memoria,
que yo he recaudado recuerdos
y he encontrado un alma en bancarrota.
Cierra los ojos que, si quieres,
aprendo a decir que sí,
cierra los ojos y dame palabras,
que yo alzaré la vista
para verte venir.

Del libro Olvidadizo de que lo hacía, quise quererte de ENRIQUE ROJAS GUZMÁM -Chiclana-

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