Entre el color y la estrella
fulge una lámpara antigua:
¡la que prendió la manigua
cuando se hermanó de ella!
Fuego de la llama aquella
de carbón de yaba o cigua,
que sigue en fuego contigua
a la esperanza más bella.
Flota libre sobre el ala
de luz que le dio Agustín
––teñida de rosa y bala––.
Sol de clavel y jazmín
que la gloria despetala
de la patria en el jardín.
Francisco Henriquez
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