De mi habitación mil pasillos oscuros,
cada uno sigue su camino y
recorre como arterias,
el universo que inventas.
Mi habitación es como un piano infinito
que manos infantiles atesoran.
Se despliega antes mis ojos,
como un laberinto siempre por desenredar.
Son mil pasillos oscuros que palpitan
como un corazón a la espera de mil ascensores.
Supuran de mi habitación mil dolores pequeños
que gatean salpicando luz e intemperie.
Es todo en mi cabeza una habitación interior,
un colegio, la mugre, la obsidiana, el ardor.
Se derrama insondable la vida,
y no es la vida, mi vida,
como mil pasillos oscuros espejeando esqueletos grasientos.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
No hay comentarios:
Publicar un comentario